Prepararse para las oportunidades de la vida
¿Quieres tener un gran futuro? ¡Obtén tu educación académica!
Cuando los deberes y las tareas escolares comienzan a amontonarse y te preguntas si tanto esfuerzo merece la pena, recuerda este consejo de la Primera Presidencia. Sus palabras de sabiduría te brindarán una motivación adicional para estudiar la próxima pila de notas y apuntes.
Debido a que la preparación académica afectará enormemente tu futuro y “es una parte importante del plan de nuestro Padre Celestial para ayudarte a llegar a ser más como Él” (Para la Fortaleza de la Juventud, 2011, pág. 9), descubrirás que merece tu mejor empeño.
Presidente Thomas S. Monson
La enseñanza celestial
“Jóvenes, algunas lecciones de la vida se aprenden de los padres, mientras que otras se aprenden en la escuela o en la Iglesia. Hay, sin embargo, ciertos momentos en que ustedes saben que es nuestro Padre Celestial que imparte la enseñanza y ustedes son Sus alumnos”.
“Tu jornada eterna”, Liahona, julio de 2000, pág. 57.
El mar de la vida
“La vida es un mar en el cual se humilla al orgulloso, queda expuesto el haragán y se descubre al líder. Para navegar por él a salvo y llegar al puerto deseado, deben mantener sus cartas de navegación a mano y actualizadas. Deben aprender de la experiencia de otras personas, ser firmes en sus principios, ampliar sus intereses, comprender el derecho que tienen los demás de navegar por el mismo mar, y ser confiables en el cumplimiento de sus deberes.
“El esfuerzo que dediquen a los estudios surtirá un efecto importante en las oportunidades que tendrán cuando terminen de estudiar; a medida que se esfuerzan por lograr una buena calificación, no subestimen la importancia de aprender realmente a pensar”
(“Great Expectations”, Devocional en la Universidad Brigham Young, 11 de enero de 2009, pág. 4); speeches.byu.edu.
La preparación precede a los hechos
“El prepararse para las oportunidades y las responsabilidades que nos da la vida nunca ha sido más importante que ahora. Vivimos en una sociedad de cambios; la competencia intensa es parte de la vida; la función de esposo, padre, abuelo, proveedor y protector es muy diferente de lo que era hace una generación atrás. La preparación no es una opción, es una obligación. El dicho antiguo de que los que viven en la ignorancia son más felices, ya no se aplica. La preparación precede a los hechos”
(Véase “Llamados a servir”, Liahona, julio de 1996, pág. 47).
Presidente Henry B. Eyring
La actitud de aprender
“Si te esfuerzas lo suficiente y si eres fiel, tu destino, como hijo de Dios, es llegar a ser como Él, lo que significa que no hay nada que sea verdad que no puedas aprender, porque Él conoce toda la verdad.
“La mayoría de las personas dejan de aprender por causa del temor. Tienen temor de no poder aprender. Tú nunca tendrás ese temor si eres fiel. Puede que tu formación académica se vea interrumpida por algún motivo, pero deseo que sepas, con certeza absoluta, que puedes aprender todo lo que Dios desea que aprendas. Los grandes aprendices creen eso; tienen la actitud de que pueden aprender”
“Do What They Think You Can’t Do”, New Era, octubre de 1989, pág. 6.
El Señor te conoce
“Tu vida está siendo observada con detenimiento, como lo fue la mía. El Señor sabe tanto lo que Él necesitará que tú hagas, como lo que tú vas a necesitar saber para hacerlo. Puedes tener confianza en que Él ha preparado oportunidades para que aprendas. No las reconocerás a la perfección, como me sucedió a mí, pero cuando pongas las cosas espirituales en primer lugar en la vida, recibirás la bendición de sentirte atraído hacia determinada carrera o estudio y tendrás la motivación para trabajar más duramente”
“La educación en la vida real”, New Era, abril de 2009, pág. 6.
Presidente Dieter F. Uchtdorf
El mandamiento de aprender
“Para los miembros de la Iglesia, la educación no es simplemente una buena idea, sino un mandamiento. Hemos de aprender ‘de cosas tanto en el cielo como en la tierra, y debajo de la tierra; cosas que han sido, que son y que pronto han de acontecer; cosas que existen en el país, cosas que existen en el extranjero’ [véase D. y C. 88:79–80]”
“Dos principios para cualquier economía”, Liahona, noviembre de 2009, pág. 58.
La perseverancia paciente
“Cuando tenía 10 años de edad, los de mi familia llegaron a ser refugiados en un nuevo país. Siempre había sido un buen alumno… por lo menos hasta que llegamos a Alemania Occidental…
“Debido a que gran parte del programa de estudios me resultaba nuevo y extraño, me atrasé. Por primera vez en mi vida empecé a preguntarme si tendría la inteligencia suficiente para los estudios.
“Por fortuna, tuve un maestro que me enseñó a ser paciente. Me enseñó que el trabajo firme y constante —la perseverancia paciente— me ayudaría a aprender.
“Con el tiempo, las materias difíciles empezaron a tener más sentido, incluso inglés. Poco a poco, empecé a darme cuenta de que si me aplicaba de forma constante, podría aprender. No sucedió de inmediato, pero con paciencia, lo logré”
“Continuemos con paciencia”, Liahona, mayo de 2010, pág. 57.