2016
Reconocí la palabra de Dios
Enero de 2016


Reconocí la palabra de Dios

José Evanildo Matias Fernandes, São Paulo, Brasil

Illustration of a man standing at a counter and reading a copy of the Book of Mormon..

Ilustración por Allen Garns.

Hace ya varios años, mientras me encontraba en un aeropuerto en São Paulo, Brasil, vi en el escaparate de una librería un libro intitulado “El Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo”. Dudaba que nuestro mundo decadente y falto de dirección aceptara otro testamento de Jesucristo, y me pasé el fin de semana pensando en el libro.

Finalmente, no pude soportar más mi curiosidad y regresé a la librería a comprarlo; sin embargo, al llegar, no lo encontré. Se lo describí al empleado de la tienda, pero dijo que nunca lo había visto y que tampoco podía encontrar el registro del mismo, a pesar de que todos los libros que allí se exhibían estaban catalogados.

Un tiempo después, mientras me encontraba en la farmacia, me llamó la atención un libro abierto que estaba sobre el mostrador. Comencé a leerlo y descubrí que hablaba acerca de un hombre llamado Korihor, el cual insistía en dudar del poder de Dios y que al final quedó mudo. Al reflexionar en las palabras que leí, reconocí que provenían de Dios.

En esa época, había estado buscando orientación divina; un día me puse de rodillas y oré con fervor para pedirle a Dios que me mostrara el verdadero sendero que me llevaría a Él. Unos días después, nuestro hijo enfermó, de modo que volví a la farmacia. Cuando estaba a punto de salir de allí, entraron tres jóvenes estadounidenses que llevaban puestas placas de identificación; de inmediato sentí una calidez en el pecho, lo cual me indujo a hablarles.

Me dijeron que se encontraban en Brasil para predicar el evangelio de Jesucristo; yo les pregunté si podrían enseñarme, y concertamos una cita.

Cuando oí acerca del profeta José Smith por primera vez, sabía que se había contestado mi oración. Entonces los misioneros me dieron un libro; para mi sorpresa, era el Libro de Mormón, exactamente igual al que había visto en el escaparate. Volví a sentir una dulce calidez y me sentí tan feliz que casi no podía hablar.

Los misioneros me explicaron el origen del libro y después me pidieron que orara y le preguntara a Dios si era verdadero. Para entonces ya tenía una certeza absoluta de la divinidad del libro, ya que el Señor me lo había mostrado —en dos ocasiones; sin embargo, lo examiné detalladamente. Al leer el capítulo 17 en 3 Nefi, supe que encerraba una historia divina debido a que en ella se hallaban las palabras de Jesucristo.

La base de mi testimonio radica en saber que en el Libro de Mormón se encuentra la palabra de Dios. Eso ha ocasionado un cambio en mí, y continúa cambiándome.