¿Era lo que estudiaba suficiente?
Angie Nicholas, Texas, EE. UU.
Había leído fielmente el Libro de Mormón todos los días desde que era una adolescente; incluso las noches en que caía a la cama exhausta y me daba cuenta que ese día no había leído, tomaba el libro y leía cuando menos unos versículos.
Hace dos años me pidieron que enseñara el Antiguo Testamento durante seminario matutino. Estaba menos familiarizada con el Antiguo Testamento que con cualquier otro libro de las Escrituras, de modo que algunos días pasaba de tres a cuatro horas estudiando y preparando mis lecciones. Debido a que dedicaba tanto tiempo a estudiar la Biblia y las revelaciones de los últimos días, dejé de leer el Libro de Mormón todos los días. Por las noches lo leíamos en familia, y de vez en cuando lo utilizaba para verificar alguna referencia, por lo que consideraba que el tiempo que dedicaba al estudio diario del Evangelio era suficiente.
En enero, a mediados del año escolar, el presidente de mi estaca extendió el desafío a toda la estaca de leer un capítulo del Libro de Mormón por día. Aunque me preguntaba cómo encontraría el tiempo para hacerlo debido a que tenía que estudiar de forma intensa para seminario, decidí que aceptaría el desafío. Necesitaba hacerlo no solo para fortalecerme a mí misma, sino para dar el ejemplo a mis hijos y a mis alumnos.
A partir de ese momento leía un capítulo del Libro de Mormón todos los días al empezar a preparar mi lección de seminario o al prepararme para ir a la cama. Volví a sentir un espíritu y un poder en la vida que no sabía que me faltaban. Mis lecciones de seminario, que habían marchado bien, mejoraron aun más. Las partes del Antiguo Testamento que habían sido difíciles de entender se volvieron más claras. Me di cuenta también de que entendía mejor el Libro de Mormón a causa del estudio profundo que había estado haciendo de los profetas y de la ley de Moisés.
En la introducción del Libro de Mormón figura esta cita del profeta José Smith: “Declaré a los hermanos que el Libro de Mormón era el más correcto de todos los libros sobre la tierra, y la clave de nuestra religión; y que un hombre se acercaría más a Dios por seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”.
El Libro de Mormón une todas las partes del Evangelio y encierra un potente testimonio de Jesucristo y del Plan de Salvación; da sentido a todos los aspectos de mi vida. Estoy agradecida por tener el Libro de Mormón como parte de mi vida cotidiana.