Una Navidad diferente
La autora vive en Colorado, EE. UU.
Sería difícil no ver a mamá, pero todavía podía ser una buena Navidad.
“Al imaginarte una Navidad este año, recuérdalo a Él” (Children’s Songbook, pág. 50).
Ya era casi Navidad, pero Diego no estaba muy entusiasmado; esa era la primera Navidad desde que sus padres se habían divorciado, y nada parecía ser igual. Él y su hermano, Samuel, ni siquiera iban a ver a su mamá esa Navidad.
“Todo es diferente”, le dijo Diego a su papá.
“Lo sé”. Los ojos del papá estaban tristes. “A veces las cosas cambian antes de que mejoren”. Se quedó callado por un momento, y luego sonrió. “La Navidad será diferente este año, pero eso no significa que no podremos pasar buenos momentos; seguiremos celebrando el nacimiento del Salvador”.
Diego asintió. Sería difícil no ver a su mamá, pero quizás la Navidad podría seguir siendo algo bueno, como dijo su papá. Él quería ayudar a que esa Navidad fuera feliz;
Diego se fue a su habitación a pensar. A veces, durante la Navidad, realizaban un proyecto de servicio familiar. ¿Qué podrían hacer este año?
Diego miró en su habitación y vio un auto de juguete con el que ya no jugaba más. Lo agarró y le dio vuelta a las ruedas. Todavía estaba en buenas condiciones. ¡Quizás él, su papá y Samuel podrían regalar algunos juguetes a niños que no tuvieran! Encontró algunos juguetes más y los puso en una bolsa con el auto.
Cuando Diego terminó, llevó la bolsa a la habitación de Samuel. “¿Te puedo ayudar a recoger tu habitación?”, le preguntó. “Es una sorpresa para papá”.
Samuel levantó la vista del dibujo que estaba haciendo. “Sí, claro”.
Los chicos trabajaron juntos para limpiar la habitación de Samuel. Diego le contó el plan, y encontraron algunos juguetes con los que Samuel no jugaban y los añadieron a la bolsa.
Cuando terminaron, llevaron la bolsa a la planta baja. “Papá”, dijo Diego, “encontramos algunos juguetes con los que ya no jugamos. ¿Podemos regalarlos a los niños que no tienen juguetes?”.
El papá parecía sorprendido y contento. “¡Qué idea tan buena! Podemos llevarlos esta tarde al albergue para personas sin hogar”.
Visitar el albergue fue divertido; Diego y Samuel pudieron jugar con algunos de los niños mientras el papá hablaba con los adultos.
De camino a casa, el papá preguntó qué más podían hacer para que esa Navidad fuera especial.
“La Navidad pasada hicimos galletitas para nuestros vecinos”, dijo Diego.
“Podríamos hacer eso”, dijo el papá. “Vamos a comprar lo que necesitamos para hacerlas”.
Samuel pensaba que hacer galletas era una idea genial.
Los chicos ayudaron al papá a comprar los ingredientes en la tienda. En casa, hicieron la masa y la cortaron en formas de estrellas y árboles. Diego y Samuel glasearon las galletas de color amarillo y verde. Después, llevaron bolsitas con galletas a los vecinos.
Al final del día, Diego estaba cansado pero contento; él, Samuel y el papá habían hecho cosas juntos como familia y habían ayudado a otras personas. El papá tenía razón; la Navidad fue diferente, pero aun así, fue una buena Navidad.