2016
Fortaleza para elegir
Diciembre de 2016


Fortaleza para elegir

El autor vive en California, EE. UU.

¿Servir en una misión o convertirme en culturista profesional? Un pasaje de las Escrituras y una cita que mi amigo compartió conmigo me ayudaron a decidir.

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Me puse eufórico cuando un día me llamó un hombre y me dijo que había visto mis exhibiciones de culturismo y que quería ser mi patrocinador. Iba a pagarme la ropa, las proteínas y el pasaje de avión a Europa para que hiciera exhibiciones allí; incluso me dijo que podría aparecer en una revista. El culturismo era mi pasión y ¡ese era mi sueño! El único problema era que hacía unos días había enviado los papeles para servir en una misión. Le dije al hombre que iba a pensar en su oferta y que lo llamaría.

Me encontraba ante la decisión más difícil de mi vida. Para mis padres, aceptar el patrocinio no era una opción. Me dijeron: “Tal vez tengas esta oportunidad después de la misión”; pero yo no podía dejar de pensar en ello. Sabía que debía ir a la misión y servir al Señor, pero el sueño de mi vida estaba delante de mí.

Pregunté a muchos de mis amigos qué pensaban que debía hacer. Algunos dijeron que debía aceptar la oferta del patrocinador y otros dijeron que era Satanás trabajando en mi contra porque él no deseaba que yo sirviera en una misión.

Un día, un buen amigo mío compartió conmigo una cita del presidente Ezra Taft Benson (1899–1994): “Los hombres y las mujeres que entreguen su vida a Dios descubrirán que Él puede hacer mucho más con sus vidas de lo que ellos mismos pueden hacer. Les dará más gozo, ampliará su visión, avivará su mente, fortalecerá sus músculos, elevará su [ánimo], multiplicará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades, confortará sus almas, les dará amigos y los colmará de paz”1.

Esa cita me impactó profundamente, al igual que un pasaje que leí en el Libro de Mormón: “Y si los hijos de los hombres guardan los mandamientos de Dios, él los alimenta y los fortifica, y provee los medios por los cuales pueden cumplir lo que les ha mandado” (1 Nefi 17:3).

Con la ayuda de esa cita y el pasaje de las Escrituras, así como el apoyo de mis amigos y mi familia, decidí servir en una misión y fui llamado a servir en la Misión Bolivia Cochabamba.

Servir en una misión fue la mejor decisión que he tomado. Recibí innumerables bendiciones durante mi servicio, incluso la de ser bendecido para aprender español rápidamente.

El Señor también bendijo a mi familia. Mientras estaba en la misión, recibí un correo electrónico de mis padres diciéndome que mi hermano mayor había ido a la Iglesia por primera vez en doce años. Más adelante cambió su horario de trabajo para poder asistir todos los domingos y se puso la meta de leer el Libro de Mormón. También mi hermano menor, que había estado teniendo problemas, hizo algunos cambios en su vida y fortaleció su fe. Mi primo se reactivó y empezó a ir al templo cada semana para efectuar bautismos por los muertos. Ciertamente, hemos sido bendecidos.

Nota

  1. Véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, pág. 47; cursiva agregada.