Mensaje de las maestras visitantes
El gozo familiar se halla en la rectitud
Estudie este material con espíritu de oración y busque inspiración para saber lo que debe compartir. ¿De qué manera el entender el documento “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” aumentará su fe en Dios y bendecirá a las hermanas que están bajo su cuidado en el programa de maestras visitantes? Si desea más información, visite reliefsociety.lds.org.
Dios “estableció las familias para traernos felicidad, para ayudarnos a aprender principios correctos en un ambiente amoroso y para prepararnos para la vida eterna”1. Sobre el “gran plan de felicidad” (Alma 42:8), el presidente Russell M. Nelson, Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles, dijo: “En Su plan se declara que el hombre y la mujer existen ‘para que tengan gozo’ [2 Nefi 2:25], y ese gozo viene cuando escogemos vivir en armonía con el plan eterno de Dios”2.
Un hogar centrado en Cristo proporciona las mejores oportunidades para lograr el éxito. El élder Richard G. Scott (1928–2015), del Cuórum de los Doce Apóstoles, lo describe como un lugar “donde se enseña el Evangelio, se guardan los convenios y abunda el amor”, donde las familias pueden “vivir con obediencia”, y llegar a estar “afirmados con fuerza en el evangelio de Jesucristo”3.
El presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dijo: “… podemos decidir hacer todo lo que esté de nuestra parte por invocar los poderes del cielo para [nuestra] familia”, y tendremos más probabilidades de promover el amor, el servicio, la obediencia y la felicidad en nuestro hogar si nuestros hijos “[escuchan] la palabra de Dios y después la [ponen] a prueba con fe. Si lo hacen, su naturaleza cambiará de manera tal que producirá la felicidad que buscan”4.
Hogares centrados en Cristo
En las Escrituras encontramos ejemplos de hogares centrados en Cristo. Después de la muerte de su padre, Lehi, Nefi se llevó a su familia y a otras personas que creían en las advertencias y revelaciones de Dios, y que escucharon sus palabras, lejos de la tierra de los lamanitas. En aquel nuevo lugar, los nefitas pudieron guardar los juicios, estatutos y mandamientos del Señor en todas las cosas, conforme a la ley de Moisés (véase 2 Nefi 5:6–10). Con el tiempo, sin embargo, algunos fueron desobedientes incluso entre los nefitas.
Aunque los miembros de nuestra familia en ocasiones se aparten de la rectitud como hicieron los nefitas, el élder Scott dijo que un hogar centrado en Cristo aún “nos proporcionará la mayor certeza de tener paz y refugio en nuestro hogar”. Reconoció que “igualmente tendremos muchos desafíos y congojas, pero aun en medio de las dificultades, podremos disfrutar de paz interior y de verdadera felicidad”5.