Perspectivas de Doctrina y Convenios sobre el Padre y el Hijo
Este libro de revelaciones pone de manifiesto verdades perdidas sobre la Trinidad y cómo podemos volver a vivir con el Salvador y el Padre Celestial.
La restauración del Evangelio ha dado al mundo mucho mayor conocimiento sobre la naturaleza de la Trinidad y Sus propósitos. Con este conocimiento, nuestra fe en Ellos crece y nuestro deseo de guardar Sus mandamientos aumenta.
De manera específica, Doctrina y Convenios nos ayuda a aprender acerca de Jesucristo, ya que enseña poderosas verdades acerca de “Su divinidad, Su majestad, Su perfección, Su amor y Su poder redentor” (introducción de Doctrina y Convenios). Este libro de revelación moderna incluye la invitación del Señor: “Aprende de mí y escucha mis palabras” (D. y C. 19:23). Puede profundizar nuestro conocimiento de Él, de cuál es nuestra relación con Él, de lo que ha hecho por nuestra redención, y de lo que espera de nosotros.
En Doctrina y Convenios podemos oír la voz de Jesucristo.
Doctrina y Convenios no es Escritura antigua, sino que contiene revelaciones que se dieron a José Smith y a sus sucesores en el mundo moderno. Se oye la voz divina de Jesucristo que habla como el representante del Padre1. La voz del Señor Jesucristo en primera persona figura con más frecuencia en Doctrina y Convenios que en el Nuevo Testamento, el Libro de Mormón, y la Perla de Gran Precio juntos2.
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D. y C. 18:33–35 “Y yo, Jesucristo, vuestro Señor y vuestro Dios, lo he hablado. Estas palabras no son de hombres… sino mías; por tanto, testificaréis que son de mí”.
Doctrina y Convenios contiene los relatos de aquellos que vieron a Dios
Como resultado de la Primera Visión en 1820, el joven José Smith obtuvo conocimiento de primera mano sobre la existencia del Padre y del Hijo. Doctrina y Convenios registra ocasiones adicionales en las que el Profeta y otras personas vieron al Padre y al Hijo en visiones o apariciones personales. Esos relatos nos sirven de testigos modernos de que Ellos viven y que dirigieron la restauración del Evangelio.
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D. y C. 76:19–23 Se vio al Padre y al Hijo en visión en febrero de 1832.
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D. y C. 137:1–3 Se vio al Padre y al Hijo en visión en enero de 1836.
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D. y C. 110:2–4 Jesucristo, el gran Jehová, se apareció en abril de 1836.
Doctrina y Convenios nos ayuda a aprender acerca de Dios el Padre.
El profeta José Smith enseñó: “Cuando entendemos la naturaleza de Dios, y aprendemos cómo acercarnos a Él, entonces Él empieza a manifestarnos los cielos… Cuando estemos dispuestos a venir a Él, también Él estará dispuesto a venir a nosotros”3. Doctrina y Convenios nos ayuda a acercarnos más al Padre Celestial al enseñar acerca de Su naturaleza, atributos y propósitos.
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D. y C. 20:12, 17–18 Dios el Padre es infinito e inmutable.
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D. y C. 76:20, 23 El Padre y el Hijo son seres separados y distintos.
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D. y C. 93:3–5 El Padre y el Hijo son uno.
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D. y C. 130:22 El Padre y el Hijo tienen cuerpos tangibles de carne y huesos.
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D. y C. 138:3–4 El Padre Celestial ama a Sus hijos, de modo que envió a Su Hijo a salvar a la humanidad.
Doctrina y Convenios nos ayuda a aprender acerca de Jesucristo
Jesucristo fue el Primogénito de todos los hijos de nuestro Padre Celestial procreados en espíritu. En la vida premortal, Jesús obtuvo todo conocimiento y poder y representó al Padre como el Creador de los mundos. A través de Su poder divino, el Señor Jesucristo es la fuente de luz y vida para todas Sus creaciones. Doctrina y Convenios aclara muchas de Sus funciones en el plan del Padre.
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D. y C. 93:21 Jesucristo fue el Primogénito de todos los hijos de Dios procreados en espíritu.
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D. y C. 38:1–3 Jesucristo obtuvo todo conocimiento y poder antes de que el mundo fuese.
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D. y C. 76:24 Jesucristo representó al Padre como el Creador de los mundos.
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D. y C. 88:6–13 Jesucristo es la fuente de luz y vida para todas Sus creaciones.
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D. y C. 45:11; 136:21, 22 Jesucristo fue el gran Jehová del Antiguo Testamento.
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D. y C. 43:34 Jesucristo es el Salvador del mundo.
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D. y C.18:11–13; 20:21–25 Jesucristo sufrió, fue crucificado, murió y se levantó de nuevo.
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D. y C. 29:10–12 Jesucristo ha prometido volver a la tierra con poder y gloria.
Doctrina y Convenios nos ayuda a saber lo que el Padre y el Hijo esperan de nosotros
Más que cualquier otro libro de Escrituras, Doctrina y Convenios deja claro lo que es la vida eterna: volver a vivir con el Padre y el Hijo, recibir todo lo que el Padre tiene, y llegar a ser como Ellos. También nos dice cómo Jesucristo, por medio de Su expiación, lo hace posible, y lo que tenemos que hacer para cumplir con los requisitos que Él ha establecido. Además, en Doctrina y Convenios aprendemos lo que significa seguir el ejemplo de Jesucristo, ya que, al igual que nosotros, al principio Jesucristo no tuvo la plenitud, pero recibió gracia por gracia hasta que tuvo todo poder y gloria.
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D. y C. 1:32; 19:16–19; 58:42–43; 95:1–2 El Salvador brinda el perdón a los que se arrepienten.
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D. y C. 20:37, 41, 72–74; véase también 33:11 Dios invita a todo aquel que cree a recibir el bautismo y el Espíritu Santo.
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D. y C. 84:19–21 El poder de la divinidad se manifiesta por medio de las ordenanzas del Sacerdocio de Melquisedec.
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D. y C. 93:12–14, 16–17 Jesucristo recibió gracia por gracia hasta que logró la plenitud.
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D. y C. 20:30–31 El Salvador da gracia a aquellos que lo aman y le sirven.
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D. y C. 35:2; 50:40–43 Podemos llegar a ser uno con el Padre y el Hijo.
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D. y C. 93:19–20 Podemos recibir la gloria y la plenitud del Padre.
Doctrina y Convenios proporciona un modelo para adquirir conocimiento espiritual
Además de enseñar y testificar del Padre y del Hijo, Doctrina y Convenios proporciona un modelo para adquirir conocimiento espiritual acerca de todos los miembros de la Trinidad a través de la ayuda del Espíritu Santo: estudiar la palabra del Señor, pedir comprensión a nuestro Padre Celestial, y ejercer fe en Jesucristo mediante la obediencia a Sus mandamientos.
Se promete luz y verdad a aquellos que vivan de acuerdo con todas las palabras del Señor. Es importante conocer los detalles acerca de la naturaleza de la Trinidad y Sus propósitos. Ese conocimiento puede conducir a la búsqueda diligente del entendimiento espiritual y de la convicción de la verdad. Ese conocimiento nos confirma que el Padre Celestial y Jesucristo nos conocen personalmente, que nos aman y que desean bendecirnos con la vida eterna.
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D. y C. 6:5; 76:5–10, 114–118 El Padre Celestial desea que pidamos conocimiento y Él promete compartirlo.
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D. y C. 84:43–48 El Padre nos enseña cuando damos oído diligentemente a Sus palabras.
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D. y C. 88:118 Buscar conocimiento, tanto por el estudio como por la fe.
Conclusión
Doctrina y Convenios nos ayuda a acercarnos más a nuestro Padre Celestial y a Su Hijo Unigénito, Jesucristo, al revelar el carácter y el propósito de Ellos. El profeta José Smith sintetizó la razón por la que podemos confiar en Dios: “Los propósitos de nuestro Dios son grandiosos, Su amor inconmensurable, Su sabiduría infinita y Su poder ilimitado; por lo tanto, los santos tienen motivo para regocijarse y alegrarse, sabiendo que ‘este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre’ (Salmos 48:14)”4.