Línea por línea
Santiago 1:5–6
Santiago nos enseñó cómo pedir a Dios para que podamos recibir una respuesta.
5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
6 Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la ola del mar, que es movida por el viento y echada de una parte a otra.
Pedir con fe
“Fíjense, por favor, en el requisito de pedir con fe que, a mi modo de entender, significa la necesidad no solo de expresar, sino de hacer; la doble obligación de suplicar y de ejecutar; el requisito de comunicar y de actuar”.
Élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, “Pedir con fe”, Liahona, mayo de 2008, pág. 94.
Falta de sabiduría
De alguna u otra manera, a todos nos falta el tipo de sabiduría que solo Dios puede darnos. “… Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1 Corintios 2:11). Por eso todos necesitamos pedirle a Él.
Pide a Dios
“La oración se dirige a nuestro Padre Padre Celestial en el nombre de Jesucristo…
La finalidad de la oración no es cambiar la voluntad de Dios, sino obtener para nosotros y para otras personas las bendiciones que Dios está dispuesto a otorgarnos, pero que debemos solicitar a fin de recibirlas”.
Guía para el Estudio de las Escrituras: “Oración”, scriptures.lds.org.
Dada a todos los hombres
“A ninguno de los que a él vienen desecha,… todos son iguales ante Dios”.
Abundantemente
Abundantemente —Esta palabra denota tener algo en “cantidad”, la cual puede implicar un deseo único en el propósito de Dios de darnos abierta y generosamente.
Sin reproche
Dios les responderá y nunca les reprochará (criticará, regañará ni culpará) por pedirle humildemente una respuesta a una pregunta sincera.
No dudando en nada
“En los momentos de aflicción, asegúrate de que tus convenios tengan primordial importancia y que obedezcas con exactitud. Entonces puedes pedir con fe, sin dudar en nada, según tus necesidades, y Dios responderá”.
Élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, “El poder de los convenios”, Liahona, mayo de 2009, pág. 22.