Una promesa profética
El plan de Salvación
“Una parte fundamental del plan [de Salvación] es nuestro Salvador Jesucristo. Sin Su sacrificio expiatorio, todo estaría perdido. Sin embargo, no es suficiente simplemente creer en Él y en Su misión; es necesario que nos esforcemos y aprendamos, que escudriñemos y oremos, que nos arrepintamos y mejoremos; es necesario que conozcamos las leyes de Dios y que las vivamos; es necesario que recibamos Sus ordenanzas de salvación; y únicamente si así lo hacemos, obtendremos la felicidad verdadera y eterna.
“Somos bendecidos por tener la verdad, y tenemos el mandato de compartir la verdad. Vivamos la verdad, a fin de que merezcamos todo lo que el Padre tiene para nosotros. Él no hace nada a menos que sea para nuestro beneficio. Él nos ha dicho: ‘Esta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre’ [Moisés 1:39].
“Desde lo más profundo de mi alma y con toda humildad, testifico del gran don que el plan de nuestro Padre es para nosotros. Es el único camino perfecto para tener paz y felicidad tanto aquí como en el mundo venidero”.