5 promesas de la oración
La autora vive en Utah, EE. UU.
El Padre Celestial proporciona la oración como una manera de comunicarse directamente con Él para agradecer, pedir bendiciones y crecer espiritualmente. Algunas veces todo lo que conlleva es inclinar nuestra cabeza, cruzar los brazos y decir unas simples y sinceras palabras. Fácil, ¿no? Aquí hay cinco diferentes promesas o bendiciones que podemos recibir al orar:
1 Fortaleza para vencer
Como humanos, podemos sentir debilidad de muchas maneras: física, emocional, espiritual y mental. Podemos estar luchando por correr una carrera o pasar un examen o resistir una tentación o sentir el Espíritu, pero la oración puede darnos la fortaleza que necesitamos para vencer cualquier cosa que la vida nos presente.
Como dijo Nefi: “…porque sé que el [Señor] nunca da mandamientos a los hijos de los hombres sin prepararles una vía para que cumplan lo que les ha mandado” (1 Nefi 3:7). El Señor puede darnos la fortaleza para lograr todas las cosas buenas que tratemos de hacer si es Su voluntad.
Ora por fortaleza para vencer una tentación. Ora por fortaleza para enfocarte y estudiar en forma productiva para un examen. Ora por fortaleza para correr y no cansarte. Ora por fortaleza, y Él hará que seas fuerte.
2 Perdonar
Aunque es agradable pensar lo contrario, no somos perfectos. Cometemos errores, y eso es solo parte de la vida, pero el Señor proporciona una manera de solucionarlo: el poder de la expiación de Jesucristo; y un punto de acceso a Su poder es la oración.
Cuando pedimos perdón por medio de la oración, podemos ser perdonados de nuestros pecados mediante la expiación del Salvador. Aunque los pecados más grandes necesiten ayuda de un obispo o presidente de rama, una oración personal y sincera siempre será uno de los primeros pasos para el perdón, ya sea que pidamos al Padre Celestial que nos perdone o nos ayude a perdonar a otra persona. Él incluso nos ayudará a aprender cómo perdonarnos a nosotros mismos.
3 Conocimiento y guía
La revelación personal podría haber sido una de las primeras bendiciones prometidas de la oración en la que hayas pensado, especialmente con el nuevo lema de la Mutual dando vueltas en tu cabeza. José Smith tenía falta de conocimiento sobre a qué iglesia debía unirse, así que, se arrodilló en la Arboleda Sagrada, hizo sus preguntas y recibió una respuesta, ¡y de qué manera!
Pero la revelación no es solo para profetas, y tampoco tiene que ser una experiencia trascendental. Si alguno de nosotros tiene falta de sabiduría en cualquier cosa, podemos y debemos pedírsela a Dios. Él responderá, aunque algunas veces no sea en la manera que esperamos. El Señor contestará nuestras preguntas y nos ayudará a guiar nuestra vida, ¡pero primero tenemos que pedir!
4 Deseo de hacer la voluntad del Señor
Puede resultar difícil ver esto como una bendición porque, honestamente, algunas veces queremos cosas que el Señor no desea para nosotros; pero a medida que oramos para estar verdaderamente convertidos y tener el deseo de hacer la voluntad del Señor, vamos a notar algo muy sorprendente: que lo que queremos comienza a parecerse más a lo que Él quiere.
Sin embargo, este cambio de corazón no sucederá inmediatamente. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles ha dicho: “Para muchos de nosotros, la conversión es un proceso constante y no un solo acontecimiento que resulta de una experiencia poderosa o dramática. Línea por línea y precepto por precepto, de forma gradual y casi imperceptiblemente, nuestras intenciones, nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras obras llegan a estar en armonía con la voluntad de Dios” (“Convertidos al Señor”, Liahona, noviembre 2012, págs. 107–108).
5 Paz
Una de las bendiciones que se nos promete si oramos es paz y consuelo por medio del Espíritu Santo. Después de todo, se le llama el Consolador. Tengan la seguridad de que la paz llegará incluso en tiempos difíciles. Recuerden la promesa del Señor en Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”. Con el tiempo llegará la paz si la pedimos.
La oración es la manera directa de comunicarse con nuestro amoroso Padre; hazlo y deja que Él te bendiga por ello; pero después de recibir estas bendiciones de la oración sincera, recuerda expresar tu más sincera gratitud, como ya se dieron cuenta, en la oración.