Una promesa profética
Suplicando que desciendan los poderes del cielo
“Las Escrituras nos enseñan que el ejercicio justo del sacerdocio depende de que vivamos los principios de bondad, caridad y amor.
“Examinemos nuestras vidas y tomemos la determinación de seguir el ejemplo del Salvador de ser bondadosos, cariñosos y caritativos. Al hacerlo, estaremos en una mejor posición de suplicar que los poderes del cielo desciendan sobre nosotros, sobre nuestras familias y sobre nuestros compañeros de viaje en este trayecto, a veces difícil, de vuelta a nuestro hogar celestial”.