2020
Milagrosa tarde blanca
Abril de 2020


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Milagrosa tarde blanca

Jesucristo es “el camino, y la verdad, y la vida”. Cada vez que leo esa frase reafirmo aún más quién soy, qué es lo que debo hacer y mi función como su representante en la tierra. Por medio del ejemplo del Salvador podemos lograr grandes cosas; quisimos compartir nuestra historia porque sé que la obra misional no sólo nos permite cambiar la vida de otros sino también la nuestra.

Esta tarde blanca se llevó a cabo en el Barrio La Morita, Santa Rita Maracay, Venezuela. Junto con mi compañera, la hermana Rivas, trabajamos incansablemente, con ayuda de los miembros, para tener nuestra anhelada tarde blanca; hicimos muchos sacrificios, pero el gozo que sentimos al estar allí es inexplicable. Adicionalmente realizamos actividades que permitieron a las personas conocer más en cuanto a la Iglesia; una de estas actividades se llamó “¿Quiénes somos?”, en la cual logramos obtener más de 300 contactos en una mañana.

Invitamos a cada misionero del mundo a NO rendirse, a servir con todo su corazón, alma, mente y fuerza. El Salvador nos dice en las Escrituras: El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar Su vida en rescate por muchos; así también los invito a ir en rescate de TODOS. Cuando somos obedientes con exactitud y dejamos todo en el altar de sacrificio, el Señor en Su misericordia nos concede cuanto deseamos. Testifico que La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el Reino de Dios sobre la tierra y que nada me ha dado mayor felicidad en toda mi vida que el servir honorablemente al Señor. Testifico que las familias pueden ser eternas y que, cuando nos consagramos a Dios, ¡cambiamos nuestra naturaleza para siempre!

“Pues el fin del mandamiento es el amor nacido de un corazón puro, y de una buena conciencia y de una fe no fingida”. (1Timoteo 1:5)