2021
Todos podemos encontrar gozo dentro de nuestras prisiones personales
Febrero de 2021


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Todos podemos encontrar gozo dentro de nuestras prisiones personales

Gracias a Cristo, nuestros momentos más oscuros pueden ser los capítulos más felices de nuestra historia.

mujer junto a la ventana

“… pues he aprendido a contentarme con lo que tengo” (Filipenses 4:11). Tales son las palabras de Pablo en una carta al pueblo de Filipos. Pero contentarse sin importar cuáles sean nuestras circunstancias ni lo que estemos pasando es más fácil de decir que de hacer.

En especial, es de sorprender que Pablo, justamente, fuera capaz de contentarse en el estado en el que se encontraba. Escribió aquellas palabras mientras estaba cautivo en la cárcel, y no se trataba de las cárceles que conocemos hoy en día. Actualmente, las cárceles son, por lo general, una celda de ladrillos de concreto, con baño, comida y ropa limpia, y ofrecen la oportunidad de trabajar e interactuar con otras personas, al menos hasta cierto punto. Pero Pablo se hallaba en una cárcel que los historiadores describen que estaba a “3,6 metros [12 pies] de profundidad en la tierra” y que era “repugnante e inmunda a causa de la suciedad, la oscuridad y el hedor”. Aquella habitación, de unos 2 metros (6,5 pies) de altura, unos 9 metros (30 pies) de largo y unos 7 metros (22 pies) de ancho, era donde “los prisioneros que habían sido condenados a morir por estrangulamiento o inanición eran arrojados”1.

Allí es donde estaba Pablo.

Y sin embargo, de alguna manera, en ese terrible lugar, escribió lo que muchos cristianos llaman el libro más feliz de la Biblia. Expresó gratitud (véase Filipenses 1:3), esperanza (véase Filipenses 1:20) y confianza en el Señor (véase Filipenses 2:19). Hizo referencia al gozo y al regocijo más de 15 veces solamente en esa carta.

A diferencia de Pablo, la mayoría de nosotros no pasamos nuestros días encerrados entre las paredes de una prisión. Pero muchos de nosotros podemos estar encerrados en un estado mental parecido a una cárcel; atrapados en alguna prueba que parezca encerrarnos. Nuestras prisiones podrían ser la pérdida de empleo, la muerte de algún ser querido, la soledad, el miedo, los vaivenes económicos, las adicciones, el dolor o la ansiedad. Cuando nos sentimos encerrados en nuestras prisiones personales, ¿llenamos nuestro corazón y nuestras palabras de gratitud, esperanza, fe, confianza y gozo, al igual que Pablo? ¿Podemos mirar en retrospectiva nuestros momentos en las prisiones y referirnos a ellos como los capítulos más felices de nuestra vida? ¿Cómo es posible hacerlo?

Aquello se hace posible al creer lo que Pablo creía cuando dijo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Es por medio de Cristo que podemos estar rebosantes de gozo —incluso en nuestros lugares más oscuros— “con lo que ten[emos]” (Filipenses 4:11).

Pablo suplicó al pueblo de Filipos: “Por nada estéis afanosos” —en otras palabras, no se preocupen innecesariamente por nada— “sino sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6). Pablo continuó: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:7). Cuando estamos en nuestras prisiones y oramos con toda la energía que tenemos, agradeciendo al Padre Celestial por todo lo que Él ha hecho, en verdad, podemos tener la absoluta certeza de que todo estará bien gracias a Jesucristo.

Simplemente recuerda que fue gracias a Jesucristo que, mientras estaba en la cárcel, Pablo escribió el libro más feliz de la Biblia. Nuestras propias prisiones también pueden ser nuestros capítulos más felices. El presidente Russell M. Nelson enseñó: “Si centramos nuestra vida en el Plan de Salvación de Dios […] y en Jesucristo y Su evangelio, podemos sentir gozo independientemente de lo que esté sucediendo —o no esté sucediendo— en nuestra vida”2. Podemos ser felices y ser fortalecidos por medio de Jesucristo, sea cual fuere el estado en el que nos encontremos.

Notas

  1. “Roman Prisons”, UNRV, consultado el 6 de julio de 2020, unrv.com/government/roman-prisons.php.

  2. Russell M. Nelson, “El gozo y la supervivencia espiritual”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 82.