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5 consejos para prosperar como estudiante universitario
¿Quieres sobrevivir? ¿O quieres prosperar? Estos consejos pueden marcar la diferencia.
Ya sea que estés en un campus universitario o cursando una carrera en línea, la experiencia universitaria puede provocar una mezcla de emociones: el entusiasmo de forjar tu camino en el mundo, y tal vez algo de ansiedad por tener que realizar tareas de estudio de nivel superior y pagar la matrícula. Para mí, ir a la universidad era una experiencia completamente nueva. Decidí asistir a un campus, lo que significaba vivir fuera de casa, compartir habitación con una persona desconocida (que con frecuencia es desordenada) e intentar comer algo que no fueran sándwiches; ¡todo ello mientras cursaba asignaturas difíciles!
La universidad implicaba muchos cambios, y a menudo me preguntaba si tenía la capacidad necesaria para tener éxito. Aunque acostumbrarme a la vida universitaria me llevó algo de tiempo, al final aprendí hábitos que me ayudaron a lograr el éxito en mi experiencia en la universidad. A continuación figuran cinco consejos que me ayudaron a sobrellevar la adaptación a la universidad.
1. Prioriza el Evangelio y procura escucharlo a Él
Tal vez este sea el consejo más importante de todos. Cuando empecé la universidad, buscar el equilibrio entre las tareas, las clases y el trabajo —todo aquello mientras trataba de encontrar tiempo para estar con mis amigos— era abrumador a veces. Pero me di cuenta de que a menudo no me centraba en el estudio de las Escrituras ni en la oración; pues cuando lo hacía, todo lo demás parecía mucho más viable. Ahora, cuando me siento estresada, me tomo un momento para evaluar cómo puedo priorizar el Evangelio en mi vida. No soy perfecta en ello, pero me esfuerzo por orar y estudiar las Escrituras diariamente para tener más oportunidades de “escucharlo”, tal como nos ha instado a hacerlo el presidente Russell M. Nelson1. Me he dado cuenta de que lo que es importante para mí, es importante para el Padre Celestial, en especial mi formación académica. Cuando hago mi mejor esfuerzo y le pido ayuda, Él está conmigo y me fortalece para lograr todo lo demás que necesite hacer.
2. Establece metas y repásalas a menudo
Al principio de cada semestre, me gusta fijar metas a largo y a corto plazo. Las metas a corto plazo son pequeñas metas que me pueden ayudar a alcanzar las metas más trascendentes y a largo plazo. Por ejemplo, mi meta a largo plazo es licenciarme en relaciones públicas, y una de mis metas a corto plazo es entregar todas mis tareas a tiempo. Escribo las metas y las coloco donde pueda verlas a menudo, como en mi teléfono o colgadas en el refrigerador. El centrarme en ellas me ha motivado a seguir adelante durante muchos momentos difíciles en la universidad.
3. Planifica los horarios de estudio en tu agenda semanal
Trazar un plan semanal de cuándo estarás en clase y cuándo estarás estudiando siempre es útil. Normalmente planifico tres horas de estudio a la semana por cada hora de crédito en la que esté matriculada (es decir, una clase de tres créditos equivale a nueve horas de estudio a la semana). Y cuando sigo mi plan, mis actividades extracurriculares son mucho más placenteras ¡sin la angustia de pensar en las tareas pendientes!
4. Consume comidas equilibradas y haz ejercicio
El cuidar de tu cuerpo está totalmente relacionado con tener éxito en la universidad. Mi salud física siempre ha ejercido influencia tanto en mi salud mental como en mi salud emocional. Cuando empiezo a sentirme agobiada, salgo a correr. El ejercicio me ayuda a despejar la mente, y el comer alimentos saludables me mantiene con energía. Cuando estoy físicamente sana, estoy mejor preparada para centrarme en mis estudios.
5. Duerme lo suficiente
Los adultos deben dormir entre siete y nueve horas cada noche, lo cual es una meta que me esfuerzo por cumplir con regularidad (y que a menudo no consigo llevar a cabo). Por mucho que quiera quedarme despierta hasta tarde para leer un buen libro o conversar mediante chats con amigos, siempre es más importante dormir. Dormir reduce el estrés y puede mejorar la capacidad de las personas de retener lo que han estudiado. Las noches anteriores a los exámenes, ajusto mi horario para priorizar el poder dormir lo suficiente y rendir al máximo al día siguiente.
Después de haber hecho esas cinco cosas con regularidad, no solo me adapté a la vida universitaria, ¡sino que prosperé! Recuerda, el miedo no viene del Padre Celestial. A medida que Él sea tu prioridad, podrá ayudarte a hacer cualquier cosa y lograr todo lo que se requiera de ti.