“Es un buen día para estar agradecidos”, Liahona, octubre de 2022.
Solo para versión digital: Retratos de fe
Es un buen día para estar agradecidos
Descubrimos que, al infundir esperanza, nosotros la hallamos. Nuestro objetivo se convirtió en ayudar a otras personas, así como a nosotros mismos, a prepararse para la eternidad.
Cristi: Me comunicaron que me quedaban unos dos años de vida. Le dije a James que entendería si esto era más de lo que él pudiera soportar. “Esta es tu oportunidad de irte”, le dije. Pero él respondió: “Preferiría estar contigo, combatiremos juntos al cáncer y haremos todo lo que podamos. Aprovecharemos cada momento de esta vida que el Padre Celestial nos conceda. Recuerda, esto es para toda la eternidad”. Y él tiene razón, ¿verdad?, un matrimonio eterno no se termina solo porque uno de los dos vaya antes a la otra vida.
James: Yo sabía que quería estar sellado a ella; los dos ya habíamos estado casados antes, y ayuné y oré durante mucho tiempo para encontrarla. Me preparé para ser digno de ella y para ser la clase de esposo que la cuidaría, no iba simplemente a huir de esta situación.
Cristi: Decidimos que queríamos hacer todo lo posible por ser felices ahora y en la eternidad.
James: Siempre hemos sido físicamente activos y decidimos seguir haciendo todo el tiempo que pudiéramos las cosas que nos encantan, como correr, hacer senderismo, nadar, viajar y montar en bicicleta y en moto. También nos gusta mucho pasar tiempo con la familia. Incluso después de varias cirugías para extirparle los tumores del pecho y de la espalda, ella siguió haciendo todo lo que pudo durante el mayor tiempo posible. Al mismo tiempo, comenzó a hacer otras cosas que sentía que debían quedar hechas también.
Cristi: De matrimonios anteriores, James tenía cinco hijos y yo cuatro. Decidí que debía escribirles cartas a todos ellos, por lo que les escribí muchas, y ahora que ya han pasado varios años, mi brazo está tan hinchado y lleno de tumores que ya no puedo ni escribir. Hace tan solo unos días, traté de escribir una carta a mi hija por su cumpleaños, y me dolía tanto el brazo que apenas podía respirar. Por eso, escribir esas cartas cuando lo hice resultó ser inspirado. Me alegro de haber escuchado esa impresión, porque ahora no podría haberlo hecho.
James: Cristi posee una habilidad semejante a la de Cristo de percibir lo bueno en los demás. Tiene un profundo testimonio de su Salvador y un enorme deseo de realizar la obra misional.
Cristi: Recuerdo haber tratado de negociar con el Señor. Por un tiempo, decía algo como: “Vamos, sáname, ¡quiero recoger a Israel!”. Intenté dar órdenes a Dios, pero no funcionó. Luego pensé: “Bueno, mi nombre, Cristi, quiere decir ‘seguidor de Cristo’. Mientras todavía esté aquí, deseo llevar tantas almas a Cristo como pueda”.
James: Y eso condujo a otra impresión.
Cristi: Comencé a publicar cada día un mensaje en las redes sociales, un pequeño mensaje de esperanza y amor. Lo titulé “Es un buen día para estar vivos”, y muchas personas comenzaron a enterarse. Mi cuñada era atea, pero me preguntó: “¿Comenzarás a enviarme tus mensajes?”. Con el tiempo llegó a ser creyente y ahora es miembro de la Iglesia. Mi hermano también empezó a leer los mensajes, que lo ayudaron a volver a encontrar la fe, y ahora está activo en la Iglesia.
James: Viajaba mucho en viajes de negocios, yendo a poblaciones pequeñas de Texas y Georgia. A menudo Cristi me acompañaba. Conocíamos a personas con las que queríamos mantenernos en contacto y ella les decía: “¿Puedo enviarle uno de mis mensajes? Puedes decidir más adelante si deseas seguir recibiéndolos”.
Cristi: El número de personas que deseaban recibir mis mensajes siguió creciendo, y ahora son unas doscientas. Algunas de ellas son miembros de la Iglesia, y otras no. Durante mucho tiempo, enviaba un pensamiento todos los días, pero ahora eso es cada vez más difícil. Pienso que mis mensajes constituirán una pequeña historia, y cuando me vaya, mi familia y mis amigos seguirán teniendo mi testimonio sobre lo que sé que es verdad.
James: Lo que ha escrito nos ayudará a mantener una perspectiva eterna. Además, me dice una y otra vez que velará por mí y que nos cuidará. Queremos ser una familia eterna, ¡ese es el auténtico objetivo!
Cristi: Han pasado siete años desde que me diagnosticaron, y a medida que escribir un mensaje diario me resulta más complicado, en ocasiones lo titulo: “Es un buen día para estar agradecidos”. Estoy muy agradecida por Jesucristo y Su expiación, y pienso en la letra del himno “Cuenta tus bendiciones”1. Aunque perdamos todo en esta vida, aún tenemos la promesa de que las familias pueden ser eternas. Siempre podemos tener en cuenta esa bendición, que nos edificará.