Voces de los Santos
Me dieron un nuevo llamamiento; ¿y si no lo hago bien?
Hola, mi nombre es Jenny y soy mamá de 6 niños. Llegó a mí un llamamiento muy especial; me llamaron como maestra de seminario, y como toda persona natural e imperfecta llegaron muchas preguntas a mi mente: ¿Podré hacerlo bien? ¿Tendré el tiempo suficiente para magnificarlo? Analizaba que también tenía que velar por mis hijos, que aún son pequeños, pues las clases de seminario empiezan a las seis de la mañana y también se cruzaban con el horario del colegio de ellos, pues debía organizarme para alistarlos y prepararlos para que lleguen a tiempo al colegio.
De pronto, tuve la gran necesidad de hacer una oración y pedirle al Señor que me diera las fuerzas y me ayudara con este nuevo llamamiento. Nosotras la madres sabemos el arduo trabajo que tenemos en casa; y con este llamamiento tenía el temor de no hacerlo bien y de no ser de gran ayuda al Padre en Su reino, por medio de la enseñanza, para aquellos jovencitos y jovencitas. Entre tanta confusión, pude sentir que Él me contestó. Al abrir mis Escrituras, me encontré con Josué 1:9: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”.
Estas palabras llenaron mis ojos de lágrimas y con certeza pude saber que el Padre Celestial no me dejaría sola; sabía que Él me ayudaría a seguir con fe y con todas las fuerzas, y con la guía de Su Espíritu abrazaría esta hermosa responsabilidad de maestra de seminario.
Estoy realmente agradecida por este tiempo; el Señor confía y cree en mí. A pesar de mis desafíos, siento que me sostiene cada día. Testifico que a medida que nos esforcemos por cumplir con Sus mandamientos, Él nos brindará sostén y guía en nuestros tiempos de aflicción y confío en Él y en las promesas que tiene para cada uno de nosotros.
Comparto mi testimonio de que Jesús vive y nos ama, que gracias a la oración puedo sentir Su compañía y los temores desaparecen. Sé que Él nos ama y nos mira con ojos de amor y bondad y solo está esperando que acudamos a Él para bendecirnos.