Relatos de las Escrituras
Abinadí y el rey Noé


“Abinadí y el rey Noé”, Historias del Libro de Mormón, 2023

Mosíah 11–17

3:52

Abinadí y el rey Noé

El mensaje de un profeta

El rey Noé señala mientras dos sacerdotes están parados detrás de él

El rey Noé reinaba sobre los nefitas que vivían en la tierra de Nefi. Noé obligaba a su pueblo a darle mucho dinero y luego lo gastaba en cosas atractivas para sí mismo. Llamó a sacerdotes llenos de orgullo para que le ayudaran a reinar y no guardaba los mandamientos de Dios. En cambio, hacía muchas cosas inicuas.

Mosíah 11:1–13

El rey Noé

Noé también hizo que su pueblo se volviera inicuo; no siguieron al Señor.

Mosíah 11:7, 11, 14–15, 19

Abinadí observa a la gente mientras hacen cosas malas

Un profeta de Dios llamado Abinadí vivía en la tierra. El Señor envió a Abinadí a decir a Noé y a los de su pueblo que se arrepintieran.

Mosíah 11:20

Abinadí habla al pueblo

Abinadí dijo a las personas que el Señor quería que se arrepintieran. Si no se arrepentían, el Señor permitiría que sus enemigos vinieran a su tierra y reinaran sobre ellos. Los enemigos harían que la vida fuese muy difícil para Noé y su pueblo.

Mosíah 11:20–25

Personas enojadas

Las personas estaban enojadas con Abinadí por lo que había dicho y querían matarlo, pero el Señor protegió a Abinadí y lo ayudó a escapar.

Mosíah 11:26

El rey Noé se frota las manos y habla con los sacerdotes

Noé también quería matar a Abinadí. Noé no creía en el Señor, y él y su pueblo no se arrepintieron.

Mosíah 11:27–29

Abinadí con las planchas, mientras habla a una familia

Dos años después, el Señor envió a Abinadí nuevamente a advertir al pueblo. Abinadí dijo al pueblo que sus enemigos se apoderarían de la tierra porque ellos no se habían arrepentido. Las personas se enojaron con Abinadí, dijeron que no habían hecho nada malo y no quisieron arrepentirse. Ataron a Abinadí y lo llevaron ante Noé.

Mosíah 12:1–16

Abinadí arrodillado, de espaldas al rey Noé

Noé y sus sacerdotes idearon un plan. Los sacerdotes intentaron hacer caer en una trampa a Abinadí haciéndole muchas preguntas, pero Abinadí les respondió con valentía. Los sacerdotes quedaron sorprendidos por las respuestas de Abinadí y no pudieron hacerlo caer en la trampa. Abinadí dijo a los sacerdotes que ellos se preocupaban más por el dinero que por hacer lo correcto.

Mosíah 12:17–37

Abinadí se levanta y resplandece

Noé mandó a sus sacerdotes que mataran a Abinadí, pero Abinadí les advirtió que no lo tocaran. Su rostro resplandecía a causa del poder de Dios. Abinadí dijo que los sacerdotes no habían enseñado las leyes de Dios y les enseñó que Jesucristo nacería, moriría por nosotros y resucitaría. Dijo que Jesús los perdonaría, si se arrepentían.

Mosíah 13; 16:6–15

Abinadí mirando al rey Noé

Abinadí finalizó el mensaje que el Señor le mandó dar. Noé seguía enojado y mandó a sus sacerdotes que tomaran a Abinadí y lo mataran.

Mosíah 17:1

El rey Noé observa a Abinadí mientras Alma piensa y los demás sacerdotes se enojan

Alma, uno de los sacerdotes, creyó a Abinadí y trató de salvarlo, pero Noé también se enojó con Alma y lo obligó a irse.

Mosíah 17:2–3

Alma se esconde de los sacerdotes malvados

Los sacerdotes dijeron a Abinadí que podría vivir si decía que lo que enseñaba no era verdad; pero Abinadí les dijo que había enseñado la verdad. Noé y sus sacerdotes se enojaron otra vez y mataron a Abinadí quemándolo. Los guardias de Noé intentaron matar a Alma también, pero se escondió y escribió todas las palabras de Abinadí.

Mosíah 17:3–13, 20