“Los hermanos Nefi y Lehi”, Historias del Libro de Mormón, 2023
Los hermanos Nefi y Lehi
Se escucha una voz del cielo
Nefi y Lehi eran dos hermanos que querían que todos supieran acerca del Evangelio de Jesucristo. Los nefitas y los lamanitas estaban en guerra, pero los hermanos aun así enseñaban a las personas de ambos grupos. Un día, mientras viajaban para enseñar a la gente, un ejército de lamanitas los encarceló.
Helamán 3:20–21, 37; 4:4–5, 14; 5:4–21
Muchos días después, el ejército fue a la cárcel para matar a Nefi y a Lehi.
Antes de que alguien pudiera dañar a Nefi y a Lehi, apareció un círculo de fuego a su alrededor. El fuego no los quemaba; Dios los protegía. Luego tembló la tierra. Parecía como si los muros de la prisión fueran a caer. De repente, una nube de oscuridad cubrió a todos los demás que estaban en la cárcel; las personas estaban muy asustadas.
Llegó una voz desde arriba de la nube de oscuridad; era apacible, como un susurro, pero la gente la sentía en el corazón. Era la voz de Dios, quien les dijo que se arrepintieran.
La tierra y los muros de la prisión se sacudieron más, y la voz se oyó nuevamente y mandó a la gente que se arrepintiera. Las personas no podían moverse a causa de la nube y del temor.
Un hombre de la multitud se llamaba Amínadab; él antes había pertenecido a la Iglesia de Dios. Vio que los rostros de Nefi y Lehi comenzaron a brillar intensamente; parecían ángeles, y era como si estuvieran hablando con alguien que estaba en el cielo. Amínadab dijo a todos que miraran a Nefi y a Lehi.
Las personas preguntaron a Amínadab lo que podían hacer para que desapareciera la nube de oscuridad. Amínadab explicó lo que sabía acerca de Dios y Jesús. Dijo a los del pueblo que debían arrepentirse, tener fe en Jesús y orar a Dios. Las personas escucharon a Amínadab y oraron hasta que la oscuridad desapareció.
El fuego de Dios rodeó a todas las personas, pero no las quemó. Fueron llenos del Espíritu Santo, se sintieron muy felices y dijeron cosas maravillosas. La voz se oyó de nuevo y les dijo que tendrían paz debido a su fe en Jesús. Aparecieron ángeles y visitaron a las personas.
Nefi, Lehi y todas las personas salieron de la cárcel. Las personas contaron a mucha gente de toda la tierra lo que habían visto y oído ese día. Muchos de los lamanitas creyeron y decidieron seguir a Jesús. Dejaron de combatir en la guerra y empezaron a ayudar al pueblo a tener fe en Jesús y arrepentirse.