“Jesús visita al pueblo”, Historias del Libro de Mormón, 2023
Jesús visita al pueblo
Ayudó a cada persona a creer en Él
Muchos de los del pueblo no escuchaban a los profetas de Dios, pero otros sí creían en lo que enseñaban los profetas. Estos creyentes esperaban las señales de la muerte de Jesucristo.
Después de que Jesús murió en Jerusalén, comenzaron las señales. En las Américas, hubo tormentas, terremotos y fuegos durante tres horas. Las ciudades fueron destruidas y muchas personas murieron. Luego, hubo oscuridad total durante tres días.
La oscuridad era tan densa que la gente no podía ver el sol, la luna ni las estrellas. Ni siquiera podía encender fuegos o velas.
Muchas de las personas que aún estaban vivas estaban muy tristes y asustadas. Lloraban y se lamentaban por no haberse arrepentido antes.
De repente, oyeron una voz. Era Jesús hablándoles. Les prometió sanar a todos los que se arrepintieran. Jesús les dijo que había muerto y vuelto a la vida para ayudar a todas las personas. El pueblo estaba tan asombrado que dejó de llorar. Hubo silencio en la tierra durante muchas horas.
Jesús habló de nuevo. Les dijo a los del pueblo que los ayudaría si elegían seguirlo. La oscuridad se disipó y la tierra dejó de temblar. El pueblo estaba feliz y alabó a Jesús.
Aproximadamente un año después, muchas personas llegaron al templo en la tierra de Abundancia. Hablaron sobre Jesús y las señales de Su muerte. Mientras conversaban, oyeron una voz suave desde el cielo que al principio no pudieron entender. Luego la oyeron de nuevo.
Cuando oyeron la voz por tercera vez, miraron hacia el cielo. Era el Padre Celestial hablando. Les dijo que vieran y escucharan a Su Hijo. Luego, el pueblo vio a un hombre con una túnica blanca que descendía del cielo.
El hombre se puso de pie entre el pueblo y dijo: “Yo soy Jesucristo”. La gente cayó al suelo. Jesús les dijo que había sufrido y muerto por todos. Los invitó a tocar las marcas de Sus manos, pies y costado para que pudieran saber que Él es el Salvador del mundo.
Las personas se acercaron a Jesús una por una. Vieron con sus propios ojos y sintieron con sus propias manos las marcas en Sus manos, pies y costado. Todos supieron que Él es quien los profetas dijeron que vendría y que era el Salvador del mundo. La gente cayó a los pies de Jesús y lo adoró.