Capítulo 41
3 Nefi 12–14
Introducción
Este bloque de las Escrituras contiene un sermón que el Cristo resucitado predicó al pueblo que estaba en la tierra de Abundancia. Este sermón, que se parece mucho al Sermón del Monte del que se tiene constancia en Mateo 5–7, contiene principios que sirven de modelo para seguir al Salvador y lograr la perfección en la vida venidera. El presidente Harold B. Lee (1899–1975), decimoprimer Presidente de la Iglesia, enseñó que en este sermón “el Maestro nos revela en cierto modo Su propio carácter, que fue perfecto… y, al hacerlo, nos da un plan detallado de acción para seguir en nuestras propias vidas” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Harold B. Lee, 2001, págs. 221–222).
Como sucede con la mayor parte de los capítulos de este manual, este capítulo tiene más material del que se puede ver en una clase. Seleccione las ideas para la enseñanza que mejor se ajusten a las necesidades de los alumnos.
Algunas doctrinas y principios
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Las bienaventuranzas son pautas para lograr la felicidad (véase 3 Nefi 12:1–12).
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Jesucristo es el Legislador (véase 3 Nefi 12:17–47).
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Debemos vivir el Evangelio por las razones correctas (véase 3 Nefi 13:1–6, 16–18).
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Los seguidores de Jesucristo escuchan Sus palabras y las siguen (véase 3 Nefi 14).
Sugerencias para la enseñanza
3 Nefi 12:1–12. Las bienaventuranzas son pautas para lograr la felicidad
Explique que las enseñanzas de 3 Nefi 12:3–12 (y Mateo 5:3–12) a menudo se llaman bienaventuranzas. Pida que los alumnos vayan a la página 315 del manual del alumno para leer el primer párrafo del comentario correspondiente a 3 Nefi 12:3–12. Pídales que busquen el significado de la palabra bienaventuranza. Pregúnteles por qué creen que la palabra bienaventurados se utiliza al empezar cada bienaventuranza.
Dé tiempo a los alumnos para analizar 3 Nefi 12:3–12 de forma individual. Sugiérales que consulten el manual del alumno para obtener perspectiva sobre estos versículos. Pídales que enumeren las cualidades o condiciones que se mencionan en estos versículos, las cuales pueden provocar felicidad. Después divida a los alumnos en grupos pequeños y pídales que compartan sus ideas unos con otros, conversando así sobre las cualidades y condiciones que pueden guiar nuestra vida. Pida que un alumno de cada grupo resuma las ideas de su grupo para el resto de la clase. Haga una lista con las ideas de los alumnos en la pizarra. Tal vez desee compartir la observación del presidente Harold B. Lee de que cuatro de las bienaventuranzas tienen que ver con nuestra vida personal y nuestra relación con Dios, mientras que otras cuatro tienen que ver con nuestra relación con los demás (véase Decisions for Successful Living, 1973, págs. 54–62).
Pida que los alumnos lean el segundo párrafo de 3 Nefi 12:3–12 (página 315 del manual del alumno).
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¿De qué forma se basa cada bienaventuranza en la anterior?
3 Nefi 12:13–16. Debemos ser “la sal de la tierra” y una luz para los demás
Pida que un alumno lea 3 Nefi 12:13. Muestre un salero. Pida que los alumnos comparen el uso de la sal con la influencia que los Santos de los Últimos Días pueden tener en los demás.
Pida a un alumno que lea Doctrina y Convenios 101:39. Dirija la atención de los alumnos a la conexión entre hacer convenios y ser “la sal de la tierra”. Indique que además de darle sabor a los alimentos, la sal se puede usar para conservar la comida para que no se eche a perder.
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Cuando guardamos los convenios que hicimos con el Señor, ¿cómo podemos evitar que otras personas se “echen a perder” espiritualmente?
Lea la declaración del élder Carlos E. Asay que se encuentra en la página 317 del manual del alumno (también disponible en el DVD complementario A). Pida a los alumnos que piensen en lo que tienen que hacer para conservar su “sabor”.
Pida que un alumno lea 3 Nefi 12:14. Muestre una linterna o una lámpara. Pregunte a los alumnos de qué forma la vida de los Santos de los Últimos Días puede ser como una luz para los demás.
Después de que los alumnos contesten, pare una linterna o una vela apagada en un pupitre o en una mesa. (Recuerde que no se permite tener llamas en los edificios de la Iglesia.) Pida que un alumno lea 3 Nefi 12:15. Tape la linterna o la vela apagada con algo, por ejemplo: una caja.
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¿Qué le termina pasando a la llama si se tapa la vela?
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¿Cómo podemos, sin querer o a propósito, esconder nuestra luz?
Lea 3 Nefi 12:16.
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¿Cómo podemos hacer que “alumbre [nuestra] luz” sin llenarnos de orgullo? (Véase también 3 Nefi 18:24.)
3 Nefi 12:17–47. Jesucristo es el Legislador
Antes de la clase, prepare cinco papelitos. En cada uno, escriba una de las siguientes referencias de las Escrituras y preguntas:
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3 Nefi 12:21–26. ¿Qué relación hay entre el enojo y las acciones hirientes?
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3 Nefi 12:27–30. ¿Qué relación hay entre nuestros pensamientos y nuestras acciones?
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3 Nefi 12:33–37. En estos versículos, el Salvador enseña que siempre debemos cumplir con nuestra palabra. ¿Cómo puede la persona que no es honesta eliminar la deshonestidad de su vida?
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3 Nefi 12:38–42. ¿Cuáles son algunos de los resultados posibles cuando alguien toma represalias por las palabras o acciones hirientes de otra persona?
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3 Nefi 12:43–46. ¿Cómo nos afecta el albergar sentimientos negativos hacia otras personas?
Pida que un alumno lea 3 Nefi 12:19.
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¿Quién dio la ley de Moisés?
Escriba Jesucristo es el Legislador en la pizarra.
Explique que en 3 Nefi 12:21–47, el Salvador menciona algunos elementos de lo que tradicionalmente se entiende por la ley de Moisés, y después enseña una ley superior. Ayude a los alumnos a percatarse de que, cuando Él emplea en estos versículos frases como “habéis oído que ha sido dicho” o “fue escrito”, está introduciendo un concepto antiguo de la ley de Moisés, y cuando dice algo como “pero yo os digo”, está introduciendo una ley superior.
Divida la clase en cinco grupos, y dé a cada grupo uno de los papelitos que preparó antes de la clase (véase el principio de esta idea para la enseñanza). Pídales que lean juntos el pasaje de las Escrituras y que intercambien opiniones sobre la correspondiente pregunta. Algunos hallarán ayuda adicional en las páginas 318–319 del manual del alumno. Pida que cada grupo prepare una presentación para la clase, en la cual:
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Leerán el pasaje en voz alta.
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Resumirán lo que se entendía de la ley de Moisés, tal como se presenta en el pasaje.
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Contestarán la pregunta del papelito.
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Sugerirán qué hacer en la vida para seguir la ley superior.
(En relación al versículo 43, obsérvese que en el Antiguo Testamento no consta que la ley de Moisés autorice a las personas a amar a su prójimo y aborrecer a su enemigo. Parece ser que esta idea se infiltró en la casa de Israel después de los días de Moisés y se la llegó a aceptar como una filosofía vinculada con dicha ley.)
3 Nefi 12:48. Podemos llegar a ser perfectos
Pida que un alumno lea 3 Nefi 12:48.
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¿Cómo nos es posible guardar este mandamiento? (En busca de más ideas, remita a los alumnos a la declaración del presidente James E. Faust que se encuentra en la página 320 del manual del alumno.)
Pida que un alumno pase al frente del aula. Explique que, en la demostración que sigue, el frente del aula representa el lugar en que el alumno se encuentra ahora en sus esfuerzos por lograr la perfección, y el fondo del aula representa dicha perfección. Pida que el alumno dé un paso en dirección al fondo del aula.
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¿Ya ha logrado la perfección?
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¿Es inservible el paso porque no lo llevó hasta la perfección misma?
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¿Cómo podrá lograr la perfección?
Ayude a los alumnos a entender que debemos seguir, un paso a la vez, en pos de la perfección si alguna vez queremos lograr esa meta final. Para resumir esta idea, lea la siguiente declaración del profeta José Smith:
“Cuando suben una escalera, tienen que empezar desde abajo y ascender peldaño por peldaño hasta que llegan a la cima; y así es con los principios del Evangelio, deben empezar por el primero, y seguir adelante hasta aprender todos los principios de la exaltación. Pero no los aprenderán sino hasta mucho después que hayan pasado por el velo” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, págs. 282–283).
Si le parece que los alumnos necesitan más aliento en lo referente al mandato del Señor de que seamos perfectos, considere pedirles que lean la declaración del presidente Spencer W. Kimball en la página 320 del manual del alumno.
Antes de terminar este análisis, ayude a los alumnos a entender que, para lograr la perfección, debemos ejercer la fe en Jesucristo y Su expiación y venir a Él. Incluso después de hacer cuanto podamos, nuestros esfuerzos no bastarán sin el poder de la Expiación. Cuando comparta esta verdad, tal vez desee pedir que los alumnos lean Moroni 10:32–33 y Doctrina y Convenios 76:50–53, 69–70. Pida a los alumnos que describan la relación que existe entre la gracia de Dios y el llegar a nuestra meta de la perfección.
3 Nefi 13:1–6, 16–18. Debemos vivir el Evangelio por las razones correctas
Escriba los siguientes pasajes de las Escrituras en la pizarra:
Pida a los alumnos que lean cada pasaje de las Escrituras en silencio y que preparen un discurso sobre su significado (tal vez necesite explicar que la palabra limosna se refiere a una cosa, como dinero o ropa, que se da para ayudar a los pobres). Por cada grupo de versículos, haga las siguientes preguntas:
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¿Qué advertencia hizo el Salvador acerca de la manera en que damos limosna (o la manera en que oramos o ayunamos)?
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¿Qué ejemplos hay de la forma correcta de ayudar a los pobres (o de orar o ayunar)?
Si considera que los alumnos necesitan tratar más el tema de guardar los mandamientos por las razones correctas, puede pedirles que lean Moroni 7:6–9 y la declaración del élder Dallin H. Oaks que aparece en las páginas 406–407 del manual del alumno.
3 Nefi 13:7–13. El Salvador nos enseñó a orar
Para repasar los consejos del Salvador acerca de la oración, pida que los alumnos se turnen para leer 3 Nefi 13:7–13, un versículo cada quien. Después de que se lea cada versículo, pida que los alumnos enuncien en sus propias palabras el principio, o los principios, de dicho versículo. Después pregunte si a alguno le gustaría compartir ideas adicionales o experiencias personales que tengan que ver con el versículo.
3 Nefi 13:19–24. “Ningún hombre puede servir a dos señores”
En la pizarra, escriba la siguiente declaración del presidente Marion G. Romney (1897–1988), de la Primera Presidencia (citada en “El precio de la paz”, Liahona febrero de 1984, pág. 6):
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¿Qué creen que quiere decir esta afirmación?
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¿Cómo se parece esta declaración a 3 Nefi 13:24?
Lea los siguientes consejos del presidente James E. Faust (1920–2007):
“Hoy día, muchos de nosotros tratamos de servir a dos señores —al Señor y a nuestros propios intereses egoístas— sin ofender al diablo. La influencia de Dios, nuestro Padre Eterno, nos insta, nos suplica y nos inspira a que lo sigamos a Él. En cambio, el poder de Satanás nos insta a no creer y a desobedecer los mandamientos de Dios.
“El élder [Marion G.] Romney [enseñó]: ‘Las consecuencias de las elecciones [del hombre mortal] son de la clase en la que se juega al todo o nada. No hay manera de escapar a la influencia de estos poderes opuestos. Inevitablemente seguirá a uno o al otro. El albedrío que Dios le ha dado le proporciona el poder y la opción de elegir; y tiene que hacerlo, ya que no puede servir a los dos al mismo tiempo’” (“Servir al Señor y resistir al diablo”, Liahona, noviembre de 1995, pág. 4).
3 Nefi 13:25–34. Debemos “busca[r] primeramente el reino de Dios y su justicia”
Explique que el Salvador dirigió sus instrucciones de 3 Nefi 13:25–34 a los doce discípulos nefitas, quienes habían de dedicar todo su tiempo al servicio en la Iglesia. No obstante, todos los miembros de la Iglesia pueden aplicar 3 Nefi 13:33 a su propia vida.
Pida que un alumno lea 3 Nefi 13:33.
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¿Qué significa esto para ustedes? (Anímelos a dar más de una respuesta.)
3 Nefi 14. Los seguidores de Jesucristo escuchan Sus palabras y las siguen
Sostenga una roca en una mano y arena en la otra. Permita que la arena se le escurra por entre los dedos.
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¿Sobre cuál de estos dos materiales prefieren edificar una casa? ¿Por qué?
Después de un breve análisis, pida que un alumno lea 3 Nefi 14:24–27.
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Según el Salvador, ¿cuáles son las dos cosas que haremos si somos prudentes?
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¿Por qué es necesario que hagamos estas dos cosas para heredar la vida eterna?
Escriba lo siguiente en la pizarra:
Dé instrucciones a los alumnos de leer calladamente cada uno de los ocho pasajes de las Escrituras que usted escribió en la pizarra. Dígales que cada pasaje contiene consejos del Salvador acerca de cierto comportamiento recto. Después de que hayan tenido tiempo para estudiar los pasajes, pídales que determinen qué comportamientos justos exige Jesús de quienes lo siguen a Él. (Versículos 1–2: juzgar con rectitud; versículos 3–5: concentrarse en las culpas de uno mismo en lugar de las de otros; versículo 6: demostrar respeto por lo sagrado; versículos 7–11: buscar la revelación personal para contestar nuestras preguntas; versículo 12: tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran; versículos 13–14: escoger el sendero del Evangelio, el cual conduce a la vida eterna; versículos 15–20: seguir a los profetas verdaderos; versículos 21–23: hacer la voluntad de Dios.)
Divida la clase en ocho grupos. A cada grupo asígnele preparar una presentación breve sobre uno de los comportamientos justos de la lista anterior. Las presentaciones no deben superar los dos o tres minutos de duración. Cada presentación puede incluir lo siguiente:
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Señalar el comportamiento recto.
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Leer algún pasaje de cualquiera de los libros canónicos que nos ayude a entender mejor el comportamiento recto.
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Compartir un ejemplo actual de la importancia del comportamiento recto y su relevancia para nosotros hoy en día.
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Compartir un testimonio personal del comportamiento recto y las bendiciones que llegan al hacerlo parte de nuestra vida.
A medida que los grupos den sus presentaciones, enumere en la pizarra los comportamientos rectos. Si no es práctico escribirlos en la pizarra, prepare un póster [afiche] antes de la clase y muéstrelo en esta parte de la lección.
Invite a los alumnos a seleccionar en silencio uno de los comportamientos justos para concentrarse en él. Tal vez desee darles tiempo a fin de que escriban en un cuaderno o una hoja sus ideas y metas para superarse.
A modo de repaso de la idea para la enseñanza anterior o como conclusión de toda la lección, tal vez desee leer o volver a leer la conclusión que el Salvador dio a su sermón, la cual se encuentra en 3 Nefi 14:24–27. Exprese sus sentimientos acerca de lo que significa edificar sobre un fundamento seguro. Aliente a los alumnos a seguir los consejos del Salvador y a escuchar Sus palabras y seguirlas (véase el versículo 24). Tal vez desee además invitar a los alumnos a entonar “Soy un hijo de Dios” (Himnos, núm. 196) como recordatorio de por qué nos conviene seguir los principios de este sermón.
3 Nefi 14:6. Se debe tratar “lo que es santo” con cuidado
Pregunte a los alumnos lo que creen que significa el simbolismo de 3 Nefi 14:6. Sugiérales que correlacionen 3 Nefi 14:6 con Doctrina y Convenios 63:64. Explique que “lo que es santo” (3 Nefi 14:6) es todo lo que tenga una naturaleza espiritual especial, como la respuesta a una oración, una bendición del sacerdocio, una revelación personal, una experiencia sagrada, etc.
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¿Cuál es el peligro de hablar sobre experiencias sagradas con las personas que no pueden o no quieren entenderlas?
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El consejo de Doctrina y Convenios 63:64, ¿cómo se aplica al contar las experiencias sagradas?
3 Nefi 14:12. La “regla de oro”
Lea 3 Nefi 14:12, que se conoce como la regla de oro.
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La regla de oro, ¿cómo refleja los otros principios del sermón del Salvador?
Invite a los alumnos a contar de ocasiones en que se hayan beneficiado con este principio.