“Lección 187: Manejar el estrés y la ansiedad: Jesucristo puede fortalecernos”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario, 2025
“Manejar el estrés y la ansiedad”, Doctrina y Convenios: Manual del maestro de Seminario
Lección 187: Salud física y emocional
Manejar el estrés y la ansiedad
Jesucristo puede fortalecernos
Todos sentimos estrés. El estrés puede ayudarnos a realizar las tareas cotidianas y a afrontar los desafíos de la vida; sin embargo, el estrés prolongado y los sentimientos de ansiedad pueden afectarnos negativamente. El Señor puede ayudarnos. Esta lección puede ayudar a los alumnos a identificar y practicar técnicas para acudir al Señor con el fin de manejar el estrés y la ansiedad.
Algunas posibles actividades de aprendizaje
Estrés y ansiedad
El estrés y la ansiedad son una parte normal de la vida, constituyen la manera en que el cerebro y el cuerpo reaccionan ante cualquier exigencia, como un problema en casa, un examen en la escuela o una decisión importante. Los niveles correctos de estrés y ansiedad nos pueden ayudar a concentrarnos, alcanzar nuestras metas y proteger nuestro cuerpo. Sin embargo, demasiado estrés o ansiedad por un período prolongado de tiempo puede convertirse en un problema.
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¿De qué forma crees que puedes darte cuenta de cuándo el estrés y la ansiedad son normales y saludables, y cuándo son excesivos?
Si estás lidiando con demasiado estrés y ansiedad, es posible que te enfermes con frecuencia, tengas dolores de cabeza, te sientas enojado la mayor parte del tiempo, tengas cambios drásticos del apetito o experimentes falta de concentración. La ansiedad no saludable también puede manifestarse con los síntomas siguientes: sensación de pánico, respiración rápida permanente, debilidad y letargo, dificultades para dormir, problemas digestivos, fijación en la ansiedad o dificultad para pensar con claridad.
El élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:
Estén pendientes de los indicadores de estrés en ustedes mismos y en otras personas a las que puedan ayudar. Al igual que con su automóvil, estén alertas a las temperaturas elevadas, a la velocidad excesiva o al bajo nivel de combustible […]. Hagan los ajustes necesarios. La fatiga es un enemigo común para todos nosotros (Jeffrey R. Holland, “Como una vasija quebrada”, Liahona, noviembre de 2013, pág. 41).
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En general, ¿qué nivel de estrés sientes que te describe mejor?
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¿Qué opinas de tu capacidad para reducir tu nivel de estrés cuando es necesario?
Todos podemos mejorar nuestra capacidad para reconocer cuando estamos sometidos a demasiado estrés o ansiedad. También podemos mejorar nuestra capacidad para acudir al Señor en busca de ayuda. Durante esta lección, busca maneras de invitar la ayuda del Señor para manejar el estrés y la ansiedad.
La ayuda del Señor
Lee varios de los versículos siguientes y busca cómo podrían aplicarse a nosotros cuando sentimos demasiado estrés o ansiedad: Salmo 55:22; Isaías 40:29; Mateo 11:28; Mosíah 24:14–15.
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¿Qué aprendiste de estos pasajes de las Escrituras?
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¿Cómo podrían aplicarse estas verdades al estrés y la ansiedad?
Un ejemplo de las Escrituras
Tal vez resulte útil analizar algunos ejemplos de esas verdades. Dedica unos minutos a buscar en las Escrituras ejemplos de personas que experimentaron estrés o ansiedad.
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¿Qué nivel de estrés crees que sería normal en esta situación?
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¿Cómo pueden haber influido el estrés y la ansiedad de esta situación en el comportamiento de la persona?
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¿Qué hizo la persona para acudir al Señor en busca de ayuda con su estrés o ansiedad?
Técnicas para manejar el estrés y la ansiedad
A fin de ayudar a los alumnos a practicar técnicas que puedan ayudarlos a manejar el estrés y la ansiedad, podrían realizar una de las actividades siguientes, o ambas.
Piensa en el estrés o la ansiedad que sientas. Cuando realices las técnicas siguientes, busca cualquier indicio de que te esté ayudando.
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Practica la meditación consciente.
Definir: Explique que la atención plena o conciencia plena [mindfulness] consiste en estar presente en el momento, sin interpretar ni juzgar lo que estamos experimentando. Una manera de hacerlo es centrarnos en nuestra respiración mediante ejercicios sencillos de respiración.
Demostrar: Aunque usted y los alumnos se sientan un poco incómodos haciendo esto como clase, explíqueles que vale la pena intentar esta técnica y que tiene muchos beneficios. Explique que los alumnos harán lo siguiente:
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Inhalen profunda y lentamente por la nariz varias veces y hagan una pausa después de cada inhalación.
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Relajen los hombros. Traten de respirar de modo tal que se mueva el estómago, no los hombros.
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Traten de concentrarse en la respiración. Si empiezan a pensar en otra cosa, con suavidad vuelvan a prestar atención a las sensaciones de su respiración.
Otra opción es invitar a los alumnos a inhalar por cuatro segundos, mantener la respiración por cinco segundos y exhalar por seis segundos. (Los alumnos pueden adaptar el ejercicio si es necesario).
Quizás convenga practicar esta técnica por su cuenta antes de la clase. Incluso puede tomarse el pulso antes y después de practicar esta técnica para ver si su frecuencia cardíaca disminuye, un posible indicio de que su estrés está disminuyendo. Podría comentar a la clase cómo influyó en usted esta técnica.
Practicar: Pida a los alumnos que realicen la actividad. Mientras lo hacen, anímelos a notar las sensaciones físicas de sus pulmones que se expanden y contraen al respirar. Invítelos a observar si se distraen y qué tipo de pensamientos, sentimientos y sensaciones los distraen. Observe a los alumnos sin tratar de controlarlos ni juzgarlos y, simplemente, vuelva a llevar su atención a la respiración.
Invite a los alumnos a expresar cómo se sintieron. Usted podría pedirles que se tomen el pulso antes y después del ejercicio y que indiquen si ha disminuido.
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¿Por qué nos podría ayudar esta técnica cuando nos sintamos estresados o ansiosos?
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Céntrate en la gratitud.
Definir: Dediquen tiempo a fijarse en lo que es bueno y positivo de ustedes mismos y del mundo. Reflexionen especialmente sobre lo que el Señor ha hecho por ustedes y por quienes los rodean (véase Doctrina y Convenios 59:7). Una manera de hacerlo es escribir cada día cinco cosas por las que están agradecidos en un diario de gratitud.
Demostrar: Explique que los alumnos pueden utilizar una parte de un diario que ya tengan como su diario de estudio de Seminario, o tener un diario diferente. También podrían escribir sus pensamientos en una nota en el teléfono. Esta actividad incluye los pasos siguientes:
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Escriban por lo menos cinco cosas específicas por las que están agradecidos, especialmente cosas que el Señor ha hecho por ustedes.
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Escriban por qué están agradecido por esas cosas.
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Esfuércense por continuar esta práctica cada día.
Quizás quiera intentar esta técnica usted mismo antes de la clase. Puede relatar partes de su experiencia y cómo se sintió.
Practicar: Invite a los alumnos a escribir cinco cosas específicas por las que estén agradecidos, especialmente cosas que el Señor haya hecho por ellos, su familia y otros seres queridos. Pídales que escriban también por qué están agradecidos por esas cosas.
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¿Cómo te sientes después de haber practicado esta técnica?
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¿Por qué esta técnica podría ayudarte cuando te sientas estresado o ansioso?
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Invite a los alumnos a hablar de otras técnicas que utilicen como ayuda para manejar su estrés y ansiedad. Estos son algunos ejemplos: orar al Señor, limitar el uso de la tecnología, tomarse un breve descanso, mantenerse activo, analizar sus expectativas, ser amable consigo mismo y enfocarse en otra persona.
Para concluir, busca la guía del Señor para elaborar un plan que incluya qué hacer, cuándo y con qué frecuencia a fin de invitar al Salvador a que te ayude a manejar el estrés y la ansiedad.