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Aprender por el Espíritu
Introducción
A fin de que los misioneros maduren en el Evangelio y se mantengan en el sendero que conduce a la vida eterna, es necesario que desarrollen el hábito de estudiar el Evangelio. En los centros de capacitación misional, los misioneros dedican varias horas de cada día a estudiar por su propia cuenta y con su compañero, y se espera que en el campo misional continúen su estudio del Evangelio todos los días. Deben aprender “tanto por el estudio como por la fe” (D. y C. 88:118) a fin de crear una reserva de conocimiento del Evangelio y profundizar su propia conversión. Es esencial que los misioneros tengan una reserva de conocimiento obtenida mediante el estudio guiado por el Espíritu a fin de enseñar con poder y cumplir con su objetivo.
Preparación preliminar
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Estudie Doctrina y Convenios 8:2–3; 9:7–8; 11:12–17, 21–22, 26–28 y 138:1–2, 11.
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Estudie Predicad Mi Evangelio, páginas 17–19, 22–25.
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Proporcione hojas de papel a los alumnos que no tengan un diario de estudio.
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Prepárese para mostrar el video “Advice for Studying the Scriptures” [Consejos para estudiar las Escrituras] (2:07), disponible en LDS.org.
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Prepare el volante titulado “Hábitos de estudio personal de las Escrituras”, que se encuentra al final de la lección.
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Prepárese para mostrar una imagen de José y Hyrum Smith.
Sugerencias para la enseñanza
La importancia de estudiar el Evangelio
Muestre a los alumnos una imagen de José Smith y su hermano Hyrum y pídales que abran sus Escrituras en Doctrina y Convenios 11. A fin de ayudar a los alumnos a entender el contexto de esa sección, explique que mientras José Smith estaba traduciendo el Libro de Mormón, su hermano mayor, Hyrum, se interesó profundamente en la obra y deseó compartir el mensaje de la Restauración con otras personas. Buscando conocer la voluntad del Señor, Hyrum le pidió a José que pidiera una revelación para él. La respuesta del Señor está registrada en Doctrina y Convenios 11. En muchos sentidos, Hyrum se encontraba en la misma situación que los integrantes de su clase, quienes se están preparando para compartir el mensaje del Evangelio restaurado.
Pida a un par de alumnos que se turnen para leer en voz alta Doctrina y Convenios 11:15–17 mientras la clase sigue la lectura con la vista y busca el consejo que el Señor le dio a Hyrum. Luego pregunte:
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¿Por qué le dijo el Señor a Hyrum que “[esperara] un poco más” antes de compartir el mensaje del Evangelio con los demás?
Pida a los alumnos que lean Doctrina y Convenios 11:21–22 y 26 y que busquen el consejo que se aplica a los futuros misioneros de la actualidad.
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¿Qué le indicó el Señor a Hyrum que hiciera a medida que se preparaba para compartir el Evangelio con los demás? ¿Qué significa obtener la palabra de Dios? ¿Qué significa atesorar la palabra del Señor en el corazón?
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¿Cómo puede ayudar el consejo del Señor de esos versículos a alguien que se esté preparando actualmente para prestar servicio en una misión? (Aunque es posible que utilicen otras palabras, los alumnos deberían expresar el siguiente principio: El estudio del Evangelio prepara a los misioneros para predicar el Evangelio con el Espíritu y con poder).
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¿Qué bendiciones prometió el Señor a los que procuran obtener Su palabra?
Pida a los alumnos que se dirijan a la página 195 de Predicad Mi Evangelio y pida a uno de ellos que lea en voz alta el párrafo que comienza con “Su habilidad de enseñar con poder…”. Luego pregunte:
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¿Qué ideas de ese párrafo recalcan la importancia del estudio diario de las Escrituras para los que desean llegar a ser misioneros eficaces? (El estudio de las Escrituras prepara a los misioneros para enseñar el Evangelio con poder).
Diga a los alumnos que durante el resto de la lección se centrarán en la forma en que pueden sacar mayor provecho de su estudio personal de las Escrituras. Anime a los alumnos a meditar a lo largo de la lección en cuanto a la manera de aplicar lo que aprendan a fin de mejorar la eficacia de su estudio de las Escrituras y del Evangelio.
Usar un diario de estudio
Indique a la clase que se dirija a la página X de la introducción de Predicad Mi Evangelio. Invite a dos alumnos a leer en voz alta los dos párrafos de la sección “Diario de estudio”. Una vez que los hayan leído, pregunte:
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Según lo que dice esa sección, ¿de qué manera puede ayudarles el utilizar un diario de estudio a medida que estudien el Evangelio?
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¿Por qué será importante anotar las ideas y los sentimientos que reciban durante su estudio del Evangelio?
Considere preguntar a los alumnos si alguno de ellos tiene un diario de estudio e invite a los que lo tienen a compartir la forma en que el diario les ha beneficiado. Inste a los alumnos a comenzar a utilizar un diario de estudio si todavía no lo han hecho. Recuérdeles que el diario de estudio puede ser algo tan sencillo como un diario ya encuadernado de bajo costo, un cuaderno o páginas sueltas en una carpeta de argollas. También podrían usar la función Notas y diario de LDS.org o alguna aplicación para tomar notas de algún dispositivo electrónico. Anime a los alumnos a llevar un diario de estudio a cada clase a fin de anotar las ideas, sentimientos y perspectivas que tengan durante la misma.
Aprender por el Espíritu
Agrupe a los alumnos de dos en dos. Pídales que trabajen juntos para leer el segundo párrafo de la página 17 de Predicad Mi Evangelio (que continúa en la página 18) y luego analizar lo que se requiere para tener experiencias significativas de aprendizaje con las Escrituras. Una vez que los alumnos hayan tenido tiempo para analizar el párrafo, invite a algunos de ellos a compartir unas cuantas de las ideas principales de su análisis. Si lo desea, haga preguntas como las siguientes:
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¿Qué significa estudiar con “verdadera intención”? (Verdadera intención significa que tenemos pensado obedecer y poner en práctica lo que aprendamos).
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¿De qué manera el estudiar con “verdadera intención” y tener “hambre y sed de justicia” influye en el estudio del Evangelio de las personas? (A medida que los alumnos respondan, considere hacer preguntas de seguimiento a fin de animarlos a pensar más profundamente en sus respuestas. Por ejemplo, si los alumnos responden que la verdadera intención se verá reflejada en la forma en que una persona ora, usted podría pedirles que expliquen de qué manera serían diferentes las oraciones. Si un alumno responde que se manifestará en sus deseos, pídale que explique con mayor detalle la idea).
Pida a tres alumnos que se turnen para leer en voz alta los párrafos de la sección titulada “El aprendizaje por medio del Espíritu Santo”, en las páginas 18–19 de Predicad Mi Evangelio, y al resto de la clase que siga la lectura en silencio y que marque las bendiciones que recibimos cuando el Espíritu Santo nos ayuda a aprender el Evangelio. Luego pregunte:
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¿Qué bendiciones podemos recibir cuando el Espíritu Santo guía nuestro aprendizaje del Evangelio? (Considere escribir este principio en la pizarra a medida que los alumnos respondan: Cuando el Espíritu Santo guía nuestro aprendizaje del Evangelio, recibimos mayor luz y comprensión).
Para ayudar a los alumnos a comprender mejor cómo podrían invitar al Espíritu Santo a enseñarles mientras estudian el Evangelio, lea o muestre la siguiente cita del élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles. Pida a los alumnos que busquen lo que pueden hacer para sacar mayor provecho del estudio de las Escrituras.
“…para que el Evangelio esté ‘escrito en tu corazón’, es necesario que sepas lo que es y que llegues a comprenderlo más plenamente, lo cual significa que debes estudiarlo. “Cuando digo ‘estudiarlo’, me refiero a algo más que leerlo. A veces es bueno leer un libro de las Escrituras en un periodo establecido a fin de obtener una impresión general de su mensaje, pero para los fines de la conversión, debes prestar más atención al tiempo que pases en las Escrituras que a la cantidad de texto que leas en ese tiempo. A veces te imagino leyendo algunos versículos, deteniéndote a meditar en ellos, volviéndolos a leer con detenimiento y, al pensar en lo que significan, orando para recibir entendimiento, haciéndote preguntas en la mente, esperando recibir impresiones espirituales y anotando las impresiones e ideas que recibas para recordarlas y aprender más. Al estudiar de ese modo, tal vez no leas muchos capítulos o versículos en media hora, pero harás lugar en tu corazón a la palabra de Dios, y Él se dirigirá a ti” (véase “Cuando te hayas convertido”, Liahona, mayo de 2004, págs. 11–12. Para obtener ideas adicionales para el estudio, véase, del élder Richard G. Scott, “Cómo obtener revelación e inspiración en tu propia vida”, Liahona, mayo de 2012, págs. 45–47).
Ayude a los alumnos a analizar la declaración del élder Christofferson por medio de las siguientes preguntas:
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¿Qué acciones detalla el élder Christofferson que pueden llevar a una mayor comprensión de las Escrituras?
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¿En qué forma esas acciones hacen que al Espíritu Santo se le facilite más enseñarles?
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¿De qué manera una o más de esas acciones les han ayudado a profundizar su comprensión del Evangelio?
Explique que cuando se estudian las Escrituras es útil entender la forma en que el Espíritu Santo se comunica con nosotros. Agrupe a los alumnos de dos en dos (quizá los mismos pares de la actividad anterior). Escriba las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra y pida a los alumnos que las copien en su diario de estudio o en una hoja de papel: Doctrina y Convenios 8:2–3; 9:7–8; 11:12–14 y 138:1–2, 11.
Conceda tiempo a los alumnos para estudiar esos pasajes y para marcar las palabras o frases que describan la forma en que el Espíritu Santo se comunica con nosotros. Si lo desean, también podrían escribir unas cuantas notas en su diario de estudio sobre lo que se aprende de esos pasajes. Pida a los alumnos que conversen con su compañero sobre lo que marcaron en esos versículos y lo que aprendieron. Después de darles suficiente tiempo, haga las siguientes preguntas:
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¿Qué palabras o frases encontraron que describan la forma en que el Espíritu Santo se comunica con nosotros? (Escriba las respuestas de los alumnos en la pizarra).
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¿De qué manera les ha enseñado el Espíritu Santo en una de esas formas y profundizado su comprensión de una doctrina o principio del Evangelio? ¿Qué experiencias específicas han tenido?
Pida a los alumnos que se dirijan a la página 22 de Predicad Mi Evangelio, y pida a un alumno que lea en voz alta los primeros cuatro puntos marcados con viñetas bajo el encabezamiento “Ideas y sugerencias para el estudio”. Considere hacer las siguientes preguntas:
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¿Cómo podrían esas recomendaciones influir en la capacidad del misionero de compartir eficazmente el Evangelio con los demás?
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¿Cómo podrían adaptar esas ideas y ponerlas en práctica desde ahora en calidad de futuros misioneros?
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¿De qué manera el mejorar sus técnicas y hábitos para el estudio de las Escrituras podría contribuir al éxito que tengan como misioneros? (Es posible que los alumnos expresen un principio similar al siguiente: Conforme los alumnos desarrollen hábitos de estudio eficaz del Evangelio, el Espíritu les enseñará, su experiencia será más satisfactoria y estarán mejor preparados para enseñar el Evangelio).
Divida la clase en grupos de tres o cuatro; pida a cada grupo que se dividan entre ellos mismos las seis secciones bajo “Ideas y sugerencias para el estudio”, en las páginas 22–24 de Predicad Mi Evangelio, y que los integrantes del grupo estudien las secciones que se les asignen. Es posible que algunos integrantes del grupo tengan que estudiar más de una sección. Nombre un líder en cada grupo a fin de que dirija un análisis sobre lo que los integrantes del grupo hayan aprendido y lo que puedan hacer desde ahora para hacer que su estudio del Evangelio sea más potente y eficaz. Una vez que los grupos hayan tenido tiempo para analizar, pregunte lo siguiente a la clase:
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¿De qué manera les han ayudado esas técnicas o hábitos para el estudio a estudiar las Escrituras con mayor eficacia?
A fin de ayudar a los alumnos a poner personalmente en práctica lo que se ha analizado, entregue a cada alumno una copia del volante “Hábitos de estudio personal de las Escrituras”. Conceda a la clase varios minutos para completar la actividad del volante.
Después de haberles dado suficiente tiempo, pida a los alumnos que compartan cualquier idea o perspectiva que hayan obtenido con el ejercicio. Ínstelos a dar seguimiento al incorporar en su estudio personal las técnicas y hábitos para el estudio de las Escrituras que hayan seleccionado. Asegúreles que a medida que lo hagan, el Espíritu Santo les iluminará la mente y aumentará su comprensión del Evangelio.
Ayude a la clase a entender que además de cómo estudian, cuándo y qué estudian también es muy importante en ayudarles a ser misioneros eficaces. Pida a los integrantes de la clase que se dirijan a la página VIII de la introducción de Predicad Mi Evangelio y que repasen el Horario diario del misionero que se encuentra en la sección “Estudio personal y con el compañero, reuniones de distrito y conferencias de zona”. Luego pregunte:
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¿De qué manera el Horario diario del misionero ilustra la importancia del estudio del Evangelio?
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¿De qué manera el estudiar desde ahora las Escrituras diariamente y con regularidad los preparará para el horario riguroso que tendrán cuando sean misioneros?
Marcar las Escrituras
Si cuenta con suficiente tiempo, considere mostrar el video “Advice for Studying the Scriptures” [Consejos para estudiar las Escrituras] (2:07) a fin de ayudar a la clase a pensar en formas en que podrían mejorar la manera de marcar sus ejemplares de las Escrituras.
Después de mostrar el video, pregunte:
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¿Qué aprendieron del élder Bednar que les ayudaría a mejorar su estudio de las Escrituras?
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¿Cuál es el propósito de marcar las Escrituras? (Ayudarnos a recordar más tarde lo que aprendimos, cuando lo volvamos a necesitar).
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¿Por qué es importante que los misioneros tengan una manera eficaz de recordar lo que hayan aprendido?
Vivir lo que se aprende
Pida a un alumno que lea a la clase el primer párrafo bajo el encabezamiento “Viva lo que aprenda”, en Predicad Mi Evangelio, página 19; luego pida a un alumno que lea en voz alta Juan 7:17. A fin de ayudar a los alumnos a descubrir un principio que se enseña en Predicad Mi Evangelio y en Juan 7:17, pregunte:
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¿Qué diferencia hay entre saber en cuanto a las Escrituras y vivir las enseñanzas que allí se encuentran? (Aun cuando los alumnos podrían utilizar otras palabras, deben entender este principio: Cuando vivimos de conformidad con las enseñanzas del Evangelio, el Espíritu Santo testificará de la veracidad de esos principios y fortalecerá nuestra fe, nuestro conocimiento y nuestro testimonio).
Explique que el élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó la importancia de actuar de conformidad con lo que aprendemos. Muestre la siguiente cita y pida que un voluntario la lea en voz alta a la clase:
“Como aprendices del Evangelio, debemos ser ‘hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores’ (Santiago 1:22). Nuestro corazón se abre a la influencia del Espíritu Santo si ejercemos debidamente el albedrío y actuamos de acuerdo con principios correctos; y por medio de ello invitamos Su enseñanza y Su poder testificativo” (“Velando… con toda perseverancia”, Liahona, mayo de 2010, pág. 42).
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¿Qué significa ser hacedores de la palabra y no solamente oidores?
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¿En qué forma el actuar “de acuerdo con principios correctos” profundiza nuestro entendimiento de una manera que el estudio por sí solo no puede?
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¿De qué manera el haber actuado de acuerdo con principios correctos les ha permitido obtener una comprensión y un testimonio más profundos de un principio del Evangelio que estaban procurando vivir?
Pida a un alumno que lea el segundo párrafo bajo “Viva lo que aprenda”, en la página 19 de Predicad Mi Evangelio, mientras que la clase sigue la lectura en silencio y busca formas adicionales en que vivir el Evangelio influye en el corazón y las habilidades de los misioneros. Después de la lectura, haga las siguientes preguntas:
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¿Qué bendiciones adicionales reciben los misioneros cuando viven los principios que saben que son verdaderos? (Ayude a los alumnos a expresar este principio: A medida que los misioneros viven el Evangelio, el Espíritu Santo aumenta su deseo y su capacidad de compartir el Evangelio).
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Conforme se han estado preparando para prestar servicio en una misión, ¿de qué manera ha aumentado el Espíritu Santo su deseo de servir?
Invitar a investigadores a asistir a la Iglesia
A fin de ayudar a los investigadores a progresar hacia el bautismo, los misioneros los invitan a cumplir compromisos. Por ejemplo, explique a los alumnos que cuando los investigadores asisten a la Iglesia, pueden recibir más revelación por medio del Espíritu Santo y desear acercarse más a Dios. El asistir a la Iglesia puede ayudar a los investigadores a obtener un testimonio del Evangelio restaurado y a prepararse para ser bautizados.
Demuestre la manera de invitar a alguien a asistir a la Iglesia. En primer lugar, exprese brevemente las bendiciones que se reciben por asistir a la Iglesia. Luego, utilice el folleto misional La Restauración (páginas 22–23) para explicar lo que sucede en la reunión sacramental. En seguida demuestre cómo invitar a un investigador a asistir a las reuniones de la Iglesia. Después de su demostración, pida a los alumnos que practiquen con un compañero, por medio de la dramatización, los pasos que usted demostró. Permita que cada uno se turne para compartir brevemente las bendiciones que recibe mediante la asistencia a la Iglesia, para explicar lo que sucede durante la reunión sacramental y para invitar a la otra persona a asistir a la Iglesia.
Testifique de las doctrinas y principios del Evangelio que se trataron en la lección.
Invitaciones a actuar
Invite a los alumnos a hacer del estudio personal del Evangelio una prioridad a medida que se preparan para prestar servicio en una misión. Las siguientes sugerencias de actividades podrían ayudar a los alumnos a concentrarse en aprender con el Espíritu:
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Hazte el hábito de estudiar personalmente el Evangelio a diario, e incluye en ello el estudiar el Libro de Mormón y meditar en cuanto a él.
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Ora al principio de tu estudio personal del Evangelio a fin de invitar al Espíritu a que te ayude. Si no lo has hecho, comienza a utilizar un diario de estudio durante tu estudio personal del Evangelio.
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Elige una de las ideas y sugerencias para el estudio del Evangelio que se encuentran en las páginas 22–25 de Predicad Mi Evangelio e incorpórala en tu estudio personal esta semana.