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Lección 6: La preparación para la vida como misionero


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La preparación para la vida como misionero

Introducción

El prestar servicio en una misión de tiempo completo equivale a aceptar un llamado a representar al Señor Jesucristo. La misión es una experiencia gozosa, pero también implica trabajo arduo. A fin de ser misioneros eficaces, los jóvenes y las jovencitas deben estar preparados para confiar en el Señor cuando afronten desafíos. Conforme los futuros misioneros se establezcan expectativas razonables de la vida misional, estarán mejor preparados para prestar servicio con todo el “corazón, alma, mente y fuerza” (D. y C. 4:2).

Preparación preliminar

Sugerencias para la enseñanza

Llegar a ser misionero

Comience la lección planteando a la clase las siguientes preguntas:

  • ¿En qué formas esperan que cambiará su estilo de vida cuando comiencen su servicio como misioneros?

  • ¿Qué pueden hacer desde ahora a fin de prepararse para esos cambios de estilo de vida?

icono de videoMuestre e invite a un alumno a leer la siguiente declaración del élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, o bien, muestre el videoclip de dicha declaración. Explique que aun cuando el élder Bednar se estaba dirigiendo a los hombres jóvenes en la sesión del sacerdocio de la conferencia general, los principios que enseña se aplican igualmente a las mujeres jóvenes.

Élder David A. Bednar

“En las reuniones con los miembros jóvenes de la Iglesia por el mundo, acostumbro invitar a los presentes a hacer preguntas. Una de las preguntas que los jóvenes me hacen con más frecuencia es esta: ‘¿Qué puedo hacer para prepararme de una manera más eficaz para servir como misionero de tiempo completo?’. Esa sincera pregunta merece una seria respuesta.

“Mis queridos y jóvenes hermanos, lo más importante que pueden hacer para prepararse para el llamamiento a servir es llegar a ser misioneros antes de ir a la misión. Tengan a bien notar que en mi respuesta recalqué llegar a ser en vez de ir. Permítanme explicar lo que quiero decir.

“En el vocabulario normal de la Iglesia, solemos hablar de ir a la Iglesia, ir al templo e ir a la misión. Me atrevería a afirmar que el énfasis un tanto habitual en la palabra ir no es acertado.

“La cuestión no es ir a la Iglesia; más bien, es adorar y renovar nuestros convenios al asistir a la Iglesia La cuestión no es ir al templo; más bien, es tener en nuestro corazón el espíritu, los convenios y las ordenanzas de la Casa del Señor. La cuestión no es ir a la misión; más bien, es llegar a ser misioneros y servir a lo largo de nuestra vida con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza. Es posible para un joven ir a la misión y no llegar a ser misionero, y eso no es lo que el Señor requiere ni lo que la Iglesia necesita.

“Mi deseo ferviente para cada uno de ustedes, jovencitos, es que no vayan simplemente a la misión, sino que lleguen a ser misioneros mucho antes de que envíen sus papeles misionales, mucho antes de que reciban un llamamiento a servir, mucho antes de que sean apartados por su presidente de estaca, y mucho antes de que ingresen en el Centro de Capacitación Misional” (véase “Llegar a ser misioneros”, Liahona, noviembre de 2005, pág. 45).

  • ¿Qué dijo el élder Bednar que era lo más importante que pueden hacer a fin de prepararse para el llamamiento de servir en una misión? (Llegar a ser misioneros mucho antes de ir a la misión).

icono de videoPida a un alumno que lea la siguiente parte de la cita del élder Bednar, o bien, muestre el videoclip de lo que expresó:

Élder David A. Bednar

“…Obviamente, el proceso de llegar a ser misioneros no exige que un jovencito lleve camisa blanca y corbata a la escuela todos los días o que siga las reglas misionales en lo que concierne a la hora de acostarse y levantarse, aunque seguramente la mayoría de los padres apoyaría esa idea. Pero pueden incrementar su deseo de servir a Dios [véase D. y C. 4:3] y pueden empezar a pensar como piensan los misioneros, a leer lo que leen los misioneros, a orar como oran los misioneros y a sentir lo que sienten los misioneros. Pueden evitar las influencias mundanas que hacen que el Espíritu Santo se aleje, y pueden aumentar su confianza al reconocer los susurros espirituales y responder a ellos. Línea por línea, y precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí, ustedes pueden gradualmente llegar a ser los misioneros que desean ser y los misioneros que el Salvador espera” (véase “Llegar a ser misioneros”, pág. 46).

Luego pregunte:

  • Según el élder Bednar, ¿en qué formas pueden llegar a ser misioneros antes de ingresar en el centro de capacitación misional?

Una vez que los alumnos respondan, escriba la siguiente verdad en la pizarra: Puedo llegar a ser misionero ahora en la forma en que pienso, siento y actúo. Para ilustrar ese principio, pida a los alumnos que se dirijan a Alma 17:2–3, 9, 11 y explique que esos versículos describen a los hijos de Mosíah, quienes estaban cumpliendo una misión entre los lamanitas. Invite a un alumno a leer los versículos en voz alta mientras que la clase sigue la lectura en silencio y busca lo que los hijos de Mosíah hicieron a fin de prepararse para enseñar con poder y autoridad. Luego pregunte a los alumnos:

  • ¿Qué hicieron los hijos de Mosíah a fin de prepararse para enseñar con poder y autoridad?

  • ¿Cómo pueden los futuros misioneros seguir el ejemplo de los hijos de Mosíah a medida que se preparen para llegar a ser misioneros desde ahora?

Pida a los alumnos que acudan a la página 145 de Predicad Mi Evangelio y a un alumno que lea en voz alta el tercer párrafo. Luego haga preguntas como las siguientes:

  • Según lo que dice en la carta del llamamiento misional, ¿qué se espera que los misioneros dediquen al Señor y qué se espera que dejen atrás?

  • ¿Cuáles son algunos ejemplos de “asuntos personales” que se pide a los misioneros que dejen atrás cuando comienzan su servicio misional?

  • ¿En qué ocasiones han recibido bendiciones por hacer sacrificios a fin de servir a Dios?

A continuación, conceda a los alumnos unos cuantos minutos para meditar y para anotar respuestas a las siguientes preguntas en sus diarios de estudio. Aliente a los alumnos a anotar específicamente lo que sientan que el Espíritu Santo les está comunicando en forma personal. Luego pregunte:

  • ¿Cuáles son algunas cosas que pueden hacer ahora para empezar a pensar, sentir y actuar como un misionero?

  • ¿Cómo pueden prepararse para dejar atrás los asuntos personales y para dedicar todo su tiempo y atención a prestar servicio al Señor?

  • ¿De qué manera el hacer esas cosas les ayudaría a prepararse para enseñar con poder y autoridad como los hijos de Mosíah?

Inste a los alumnos a anotar metas específicas en su diario. Entre las ideas se podrían incluir estudiar el Libro de Mormón todos los días, orar en la mañana y en la noche, asistir a todas las reuniones de la Iglesia, retirarse a dormir antes de las 22:30 h y levantarse a más tardar a las 06:30 h, limitar el uso de los dispositivos electrónicos o esforzarse para ser más obediente a los mandamientos.

La norma de dignidad

Escriba la palabra “prerrequisito” en la pizarra y pida a los alumnos que piensen en situaciones en las que sean necesarios los prerrequisitos. Conceda a los alumnos un momento para buscar en Doctrina y Convenios 88:74 algunos prerrequisitos para servir en una misión. Luego pregunte:

  • ¿Qué aconsejó el Señor que hicieran los obreros de Su reino a fin de prepararse para predicar el Evangelio? (Santificarse, purificar su corazón y limpiar sus manos).

  • ¿Qué significa ser santificado? (Ser limpio, ser digno del Espíritu Santo).

  • ¿Qué principio en cuanto a los misioneros se enseña en Doctrina y Convenios 88:74? (Una vez que los alumnos respondan, anote lo siguiente en la pizarra: El Señor manda a Sus siervos que sean limpios).

Para ayudar a explicar lo que significa que un misionero sea limpio y digno de servir en una misión, muestre el siguiente extracto de un discurso que dio el élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, e invite a un alumno a leerlo en voz alta:

Élder M. Russell Ballard

“En calidad de Apóstol del Señor Jesucristo, les insto a comenzar ahora —esta noche— a ser plena y completamente dignos. Tomen la determinación y prométanse a ustedes mismos y a Dios que a partir de este momento se esforzarán diligentemente por mantener sus corazones, manos y mentes puros y sin mancha de cualquier tipo de transgresión moral. Tomen la decisión de evitar la pornografía, tal como evitarían la más peligrosa enfermedad, pues eso es precisamente lo que es; tomen la determinación de abstenerse completamente del tabaco, del alcohol y de las drogas prohibidas; hagan el firme propósito de ser honrados; decidan ser buenos ciudadanos y observar las leyes del país en que vivan; tomen la determinación que desde esta noche en adelante nunca profanarán su cuerpo ni utilizarán lenguaje vulgar e impropio de un poseedor del sacerdocio” (“La generación más grandiosa de misioneros”, Liahona, noviembre de 2002, pág. 47).

Haga preguntas como las siguientes a fin de ayudar a los alumnos a analizar el consejo del élder Ballard:

  • ¿Qué mandamientos mencionó el élder Ballard específicamente que los futuros misioneros deben obedecer?

  • ¿Qué significa que los corazones, manos y mentes estén “sin mancha de cualquier tipo de transgresión moral”? (De ser necesario, podría hacer referencia a la sección “La pureza sexual” de Para la Fortaleza de la Juventud, librito, 2011, págs. 35–37).

  • ¿Por qué es prudente evitar la pornografía como se evitaría la más peligrosa enfermedad, y en qué forma el evitar la pornografía les ayudaría a pensar, sentir y actuar como un misionero?

icono de videoMuestre el video “Mantente dentro de los límites” (5:03) a fin de ayudar a los alumnos a sentir la veracidad y la importancia de ser digno para servir en una misión. Antes de mostrarlo, considere analizar por qué las líneas delimitadoras son importantes en ciertos deportes. Analicen la diferencia entre “dentro” y “fuera” de los límites, y la forma en que las líneas delimitadoras influyen en las acciones de los atletas durante el juego. Diga a los alumnos que el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló sobre lo que significa mantenerse dentro de los límites espirituales antes de la misión.

Después de que vean el video, considere hacer las siguientes preguntas a los alumnos:

  • ¿Cuál es la relación entre “mantenerse dentro de los límites” y prepararse para cumplir una misión?

  • El élder Holland suplicó a los que están en el equipo del Señor que sigan perteneciendo al equipo y que “dejen de salir de la cancha”. En su opinión, ¿qué significa eso?

  • ¿Por qué el no arrepentirse de los pecados del pasado puede impedir que un misionero ayude eficazmente a los demás a venir a Cristo?

Dé a los alumnos un momento para meditar sobre su propio nivel de dignidad para servir en una misión. Explique a los alumnos que si algo les preocupa en cuanto a su dignidad, deben pedir guía mediante la oración sincera y hablar de esas preocupaciones con su obispo o presidente de rama.

La preparación física y emocional

Muestre el siguiente comunicado emitido por la Primera Presidencia en 2002, e invite a los alumnos a leerlo en silencio; o bien, pida a un alumno que lo lea en voz alta.

“El servicio misional de tiempo completo es un privilegio para aquellos que son llamados por inspiración por el Presidente de la Iglesia. Los obispos y los presidentes de estaca tienen la gran responsabilidad de determinar quiénes son los miembros dignos que reúnen los requisitos necesarios, que están espiritual, física y emocionalmente preparados para desempeñar este sagrado servicio y a los cuales se les puede recomendar sin reservas” (Carta de la Primera Presidencia, 11 de diciembre de 2002).

Luego pregunte:

  • Además de prepararse espiritualmente, ¿por qué será necesario que la persona se prepare física y emocionalmente para cumplir una misión?

Muestre la siguiente cita y pida a uno o más alumnos que la lean en voz alta:

Ejercicio frecuente (diario). Un misionero debe ser capaz de caminar un promedio de 10 km por día y recorrer unos 20 km en bicicleta por día. Los futuros misioneros que no caminen más que de su vehículo a la clase o al trabajo probablemente tendrán dolor y ampollas en los pies cuando lleguen al campo misional… Un misionero que no esté en forma se cansará al hacer la obra misional, y un misionero cansado está más expuesto al desánimo y a problemas de salud que un misionero que se encuentre en buenas condiciones físicas.

“Los futuros misioneros pueden prepararse para los rigores de la vida de misionero al establecer un programa de ejercicios aeróbicos, como caminar, correr o andar en bicicleta durante una hora al día…

Dormir lo suficiente. Aunque las horas de sueño necesarias varían de una persona a otra, los jóvenes adultos normalmente deben dormir entre siete y ocho horas al día. Lo ideal es que estén en la cama entre las 22:30 h y la medianoche, y que se levanten entre las 06:30 h y las 08:00 h. Cuando uno trasnocha hasta las 02:00 o 03:00 de la mañana, y se levanta a las 10:00 h, se encuentra cansado constantemente y desea seguir durmiendo hasta el mediodía… Los misioneros llevan una vida programada. Se van a la cama a las 22:30 h y se levantan a las 06:30 h todos los días. Ese horario resultará problemático a menos que los futuros misioneros sigan una rutina parecida desde bastante tiempo antes de recibir su llamamiento para servir.

Hábitos alimentarios saludables. Más bien que alimentarse de azúcar y grasa, los jóvenes deben aprender a disfrutar de comidas ricas en proteína y fibra, como carne magra, yogur, verdura y fruta. Además, resulta excesivo tomar más de 355 mL (12 onzas) de bebidas gaseosas al día” (véase, de Donald B. Doty, “Cómo prepararse para ser misionero en todo lo relativo a la salud”, Liahona, marzo de 2007, págs. N1–N2).

  • Si un misionero no está en buen estado físico, ¿qué efecto puede eso tener en el progreso de la obra, en el compañero del misionero y en el bienestar del misionero mismo?

Pida a los alumnos que mediten en silencio las preguntas siguientes:

  • ¿Cómo describirían la preparación física que tienen actualmente para servir en una misión?

  • ¿Cuáles son algunas cosas que pueden hacer ahora a fin de prepararse para cumplir con las exigencias físicas de una misión de tiempo completo?

Aliente a los alumnos a hacer un plan de empezar ahora a dormir lo suficiente, a alimentarse de manera saludable y a hacer ejercicio para que tengan la resistencia física que necesitarán para tener éxito como misioneros. Si dispone de suficiente tiempo, pida a los alumnos que anoten sus planes en su diario de estudio.

Pida a un alumno que explique cómo responde el cuerpo a las actividades de estrés físico, tal como subir o bajar las escaleras corriendo (aceleración del ritmo del corazón y de la respiración, sudor, músculos cansados, etc.). Explique que el estrés físico es solo un tipo de los desafíos que afrontan los misioneros. Luego pregunte:

  • ¿Cómo podrían responder el cuerpo y la mente de un misionero al estrés emocional o psicológico resultante de problemas difíciles o inesperados?

Explique que todos los misioneros pasan por cierto grado de estrés emocional, sentimientos de ineptitud, de tristeza, de nostalgia por el hogar, u otras emociones que pueden abatirlos, los cuales son parte normal de la vida misional.

icono de videoMuestre el video “Preparation of Gordon B. Hinckley: Forget Yourself and Go to Work” [La preparación de Gordon B. Hinckley: Olvídate de ti mismo y ponte a trabajar] (2:04). Anime a los alumnos a prestar atención para encontrar las razones por las que el presidente Gordon B. Hinckley se sentía desanimado cuando era un joven misionero sirviendo en Inglaterra.

Pregunte a la clase:

  • ¿Cuáles fueron algunas de las razones por las que el presidente Hinckley se sentía desanimado después de haber llegado al campo misional?

  • ¿Qué hizo el presidente Hinckley que le ayudó a vencer el desánimo?

Explique a la clase que algunos de los mejores misioneros de las Escrituras sufrieron desánimo y otros desafíos en sus labores misionales. Anote las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra: Jeremías 1:4–9; Alma 17:5; 26:27 y Moisés 6:31–32. Pida a los alumnos que elijan y lean en silencio una de las referencias de las Escrituras y que busquen los desafíos que las personas sobre las que leyeron reconocieron o encontraron. A medida que vayan respondiendo, considere resumir sus respuestas en la pizarra como se muestra a continuación:

Jeremías 1:4–9. Jeremías temía que las personas no lo escucharan porque era demasiado joven.

Alma 17:5; 26:27. Ammón y los misioneros que lo acompañaron sufrieron tanto corporal como mentalmente. Se sintieron deprimidos y querían darse por vencidos.

Moisés 6:31–32. A Enoc le preocupaba que nadie lo iba a escuchar porque era tardo para hablar y muy joven.

Luego pregunte:

  • ¿Qué aprenden de esos tres relatos sobre los desafíos emocionales de predicar el Evangelio? (Conforme los alumnos respondan, quizá desee escribir esta verdad en la pizarra: Los desafíos físicos y emocionales son una parte normal de la vida del misionero).

  • ¿Qué pensamientos se les vienen a la mente cuando leen la afirmación de que los desafíos físicos y emocionales son una parte normal de la vida del misionero?

  • ¿De qué manera influirá en su preparación para servir el saber que todos los misioneros afrontan desafíos?

Ayude a los alumnos a entender que casi todos los misioneros pasan por desafíos emocionales o físicos; por lo tanto, los misioneros deben aprender a sobrellevar el estrés de una manera sana y apropiada para la misión. A menudo no es posible que los misioneros lleven a cabo con regularidad las maneras saludables de sobrellevar el estrés que son efectivas fuera del campo misional, tales como pasar tiempo a solas, escuchar música o practicar algún deporte. Los misioneros deben aprender a sobrellevar el estrés de maneras que se acaten a las reglas de la misión.

Divida la clase en grupos pequeños y distribuya a los alumnos el volante “Exigencias de la vida misional”. Pida a cada grupo (1) que lea la primera sección, titulada “Exigencias de la vida misional”, y (2) que analicen cómo el estar consciente de las exigencias de la vida misional puede ayudarles a estar mejor preparados para los desafíos de la vida como misionero.

Volante Vida misional

Después de que los grupos hayan tenido suficiente tiempo para leer y analizar la sección, pida a varios alumnos que compartan algunos puntos principales analizados en su grupo. Luego, como clase, tomen unos cuantos minutos para leer y analizar la siguiente sección del volante, titulada “Adaptarse a nuevas experiencias”, y conversen sobre la forma en que el entender las etapas típicas de adaptación podría ayudar a los alumnos cuando ingresen en el Centro de Capacitación Misional.

Acudir al Señor en busca de ayuda para los desafíos

A fin de alentar a los alumnos a comenzar a pensar en la forma en que sobrellevarán los desafíos cuando los afronten en el campo misional, explique que Nefi afrontó sentimientos profundos de ineptitud y desánimo, y que escribió sobre lo que hizo para superar esos sentimientos. Pida a un alumno que lea en voz alta 2 Nefi 4:17–19. Luego pregunte:

  • ¿Qué palabras o frases utilizó Nefi para describir los resultados de sus debilidades?

Pida a los alumnos que estudien 2 Nefi 4:19–26 y que busquen lo que le ayudó a Nefi a superar sus sentimientos de desánimo. Luego pregunte:

  • ¿Qué palabras o frases utilizó Nefi para describir la forma en que superó los sentimientos negativos profundos que tenía? (Los alumnos deben reconocer que Nefi confió en el Señor [véase el versículo 19], que recordó lo que el Señor había hecho por él en el pasado [véanse los versículos 20–23], que ofreció oraciones fervientes [véase el versículo 24] y que recordó la misericordia del Señor [versículo 26]).

  • ¿De qué manera el recordar al Señor y Su bondad les ha ayudado en las épocas de desánimo o de estrés?

  • Anteriormente en la lección, reconocimos que es normal que los misioneros pasen por estrés emocional, sentimientos de ineptitud, de tristeza, de nostalgia por el hogar, u otras emociones que pudieran abatirlos. Tomando en cuenta lo que Nefi escribió en 2 Nefi 4:19–26, ¿qué consejo le darían a un misionero que tenga ese tipo de sentimientos? (Ayude a los alumnos a reconocer el siguiente principio y considere anotarlo en la pizarra: Cuando los misioneros confían en el Señor, Él puede ayudarles a sobrellevar las exigencias físicas y emocionales de la vida misional).

Considere compartir con los alumnos las siguientes palabras del élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles:

Élder Jeffrey R. Holland

“…creo que la obra misional nunca ha sido fácil, ni tampoco la conversión, ni la retención, ni la fidelidad continua. Creo que vivir el Evangelio debe requerir algo de esfuerzo, algo de lo más profundo de nuestra alma.

“Si Él pudo salir de noche, arrodillarse, postrarse, sangrar por cada poro y exclamar: ‘Abba, Padre (Papá), si pudiera pasar de mí esta copa, que pase’ [véase Marcos 14:36], entonces no es de sorprenderse que la salvación no sea cosa fácil para nosotros. Si se están preguntando si hay un modo más fácil, deben recordar que no han sido los primeros en hacerse esa pregunta. Alguien de mucha más grandeza se preguntó hace mucho tiempo si no habría una manera más fácil.

“La Expiación sostendrá a los misioneros, lo cual es aún más importante que el que sostenga a los investigadores. Cuando les sea difícil, cuando sean rechazados, cuando les escupan y los echen y sean objeto de escarnio y de oprobio, estarán en compañía de la mejor vida que haya conocido el mundo, la única vida pura y perfecta que se haya vivido jamás. Tienen motivo para sentirse honrados y agradecidos porque el Hijo Viviente del Dios Viviente lo sabe todo en cuanto a las tristezas y aflicciones de ustedes. La única manera de lograr la salvación es pasar por Getsemaní y caminar hacia el Calvario. El único camino a la eternidad es por medio de Él: el Camino, la Verdad y la Vida” (“La obra misional y la Expiación”, Liahona, octubre de 2001, pág. 32).

Luego pregunte:

  • Según el élder Holland, ¿qué motivos tienen los misioneros para sentirse honrados durante las épocas de dificultades?

Diga a los alumnos que cuando estén afrontando circunstancias difíciles en el campo misional, deben recordar que la obra que están realizando es ayudar a las personas a venir a Jesucristo. Anote las siguientes referencias de las Escrituras en la pizarra: Alma 26:11–13; 29:10 y Doctrina y Convenios 18:15–16. Pida a varios alumnos que se turnen para leer los pasajes en voz alta mientras que la clase sigue la lectura en silencio y busca lo que los pasajes enseñan en cuanto a la vida misional. Invite a los alumnos a compartir lo que han aprendido y luego asegúreles que aun cuando el servicio misional de tiempo completo requiere mucho trabajo y a veces puede desanimarnos, cuando trabajamos para llevar a las personas a Jesucristo, el Señor nos bendice con gozo. Considere pedir a los alumnos que compartan experiencias que hayan tenido en las que ya hayan experimentado ese principio.

Señale a los alumnos que es posible que de vez en cuando tengan un compañero que esté afrontando problemas emocionales o mentales. En esos casos, deben escuchar y demostrar amor a su compañero, ya que una actitud de apoyo por parte del compañero puede ser crucial en ayudarle a superar los problemas. Nunca deben insinuar que si el misionero que tiene problemas simplemente tuviera más fe, sus problemas desaparecerían.

Explique también que algunos desafíos requieren ayuda adicional de los líderes del sacerdocio y de expertos en salud mental, y que la mayoría de las misiones cuentan con profesionales de la salud competentes a los que los misioneros pueden recurrir. Los misioneros que estén teniendo dificultades emocionales deben hablar de su situación con el presidente de misión y determinar qué tipo de ayuda sería apropiada.

A fin de ayudar a los alumnos a seguir considerando la forma en que podrían sobrellevar los desafíos físicos y emocionales que afronten como misioneros, concédales varios minutos para escribir en cuanto a alguna ocasión en que hayan tenido que superar circunstancias difíciles. Para dar seguimiento, pregunte a los alumnos qué les enseñó la experiencia en cuanto al Señor y en cuanto a sí mismos, y cómo podrían utilizar dicha experiencia para fortalecerse en el futuro.

Para terminar, exprese la confianza que tiene en sus alumnos y en su capacidad de hacer frente a los cambios que son parte de la vida misional. Exprese su testimonio de que el Señor ayuda a las personas que acuden a Él para sobrellevar las exigencias físicas y emocionales de su vida.

Invitaciones a actuar

Invite a los integrantes de la clase a prepararse para la vida misional al completar una o más de las siguientes actividades:

  • Considera lo que tienes que hacer para llegar a ser limpio y digno de servir en una misión. Si fuera necesario, elimina los pensamientos indebidos y la conducta que ofenda al Espíritu.

  • Fíjate metas personales de seguir un programa diario de ejercicio, de comer de manera más saludable o de desarrollar hábitos de dormir que se ajusten al horario diario del misionero.

  • Repasa las normas de vestir para los misioneros de tiempo completo que se encuentran en LDS.org.

  • Pídele a un exmisionero que te hable de lo que hizo para sobrellevar el estrés y superar los desafíos de la vida misional.

  • Habla con tus padres o con tus líderes del sacerdocio sobre formas en que puedas entender a un compañero de la misión con quien no tengas mucho en común o a quien se te dificulte entender.

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