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Cómo enseñar el evangelio de Jesucristo (Parte 2)
Introducción
El Evangelio de Jesucristo abarca las doctrinas, principios, leyes, convenios y ordenanzas eternos que son necesarios para que el género humano regrese a la presencia de Dios y sea exaltado en el reino celestial. Los primeros principios y ordenanzas del Evangelio son fe en el Señor Jesucristo, arrepentimiento, bautismo por inmersión y el don del Espíritu Santo. Los misioneros tienen el importante deber de invitar a los demás a ser bautizados y a recibir el don del Espíritu Santo. Además, una vez que los hijos de Dios llegan a ser miembros de la Iglesia, deben perseverar hasta el fin al aceptar otros principios y ordenanzas y al ser fiel a los mandamientos de Dios. Los futuros misioneros deben entender claramente esas doctrinas y estar preparados para explicarlas con sencillez y testificar de ellas con poder.
Preparación preliminar
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Estudie Mateo 3:13–17; Juan 3:3–6; 2 Nefi 31:17–20 y Doctrina y Convenios 20:37.
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Estudie Predicad Mi Evangelio, páginas 63–66.
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Prepárese para mostrar una imagen del bautismo de Jesús.
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Prepárese para mostrar el video “Invitación a bautizarse: Germán” (2:43), El Distrito 2, disponible en LDS.org.
Sugerencias para la enseñanza
El bautismo, nuestro primer convenio
A fin de preparar a los alumnos a reconocer los principios en cuanto al bautismo, muestre una imagen de Juan bautizando a Jesús e invite a los alumnos a resumir lo que saben en cuanto al bautismo de Jesucristo.
Si lo desea, repase el relato del bautismo del Salvador al pedirle a un alumno que lea Mateo 3:13–17 en voz alta; luego invite a los alumnos a voltear hacia alguien que esté sentado junto a ellos y a responder esta pregunta:
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¿Qué verdades importantes se enseñan en ese relato del bautismo de Jesús?
Escriba las siguientes palabras en la pizarra:
Pida a la mitad de la clase que estudie los primeros cuatro párrafos de la sección “El bautismo, nuestro primer convenio”, en las páginas 63–64 de Predicad Mi Evangelio, y que busque maneras de explicar el término ordenanza. Pida a la otra mitad que estudie la misma sección y que busque maneras de explicar el término convenio.
Una vez que los alumnos hayan tenido suficiente tiempo para estudiar, pida voluntarios que definan los términos ordenanza y convenio. Luego pregunte:
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¿Cómo se relacionan los términos ordenanza y convenio con el bautismo? (Ayude a los alumnos a reconocer esta verdad: Mediante la ordenanza del bautismo, hacemos un convenio sagrado con Dios).
Centre la atención de los alumnos en el cuarto párrafo de la sección “El bautismo, nuestro primer convenio”, y luego pregunte:
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Cuando recibimos la ordenanza del bautismo, ¿qué prometemos hacer por medio de un convenio? (Cuando somos bautizados, hacemos el convenio sagrado de tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo, de recordarle siempre y de guardar Sus mandamientos. Si usted considera que los alumnos necesitan recibir más instrucción en cuanto a ese concepto, quizá desee tomar unos minutos para examinar con ellos Doctrina y Convenios 20:37).
A fin de ayudar a los alumnos a entender mejor su convenio bautismal, muestre la siguiente cita del élder Robert D. Hales, del Cuórum de los Doce Apóstoles, y pida a un alumno que la lea en voz alta:
“Al bautizarnos, hacemos un convenio con nuestro Padre Celestial de que estamos dispuestos a entrar en Su reino y guardar Sus mandamientos a partir de ese momento, aun cuando sigamos viviendo en el mundo. En el Libro de Mormón se nos recuerda que nuestro bautismo es un convenio de ‘ser testigos de Dios [y de Su reino] en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna’ [Mosíah 18:9; cursiva agregada].
“Cuando comprendemos nuestro convenio bautismal y el don del Espíritu Santo, ello cambiará nuestra vida y asentará nuestra total lealtad al reino de Dios. Si al salirnos al paso las tentaciones prestamos atención, el Espíritu Santo nos traerá a la memoria que hemos prometido recordar a nuestro Salvador y obedecer los mandamientos de Dios” (véase “El convenio del bautismo: Estar en el reino y ser del reino”, Liahona, enero de 2001, pág. 7).
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¿Qué piensan que significa “[asentar] nuestra total lealtad al reino de Dios”?
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¿De qué maneras puede el bautismo cambiar la vida de una persona?
Invite a los alumnos a leer el resto de los párrafos sobre el bautismo en la página 64 de Predicad Mi Evangelio. Pídales que encuentren y marquen aspectos adicionales de la doctrina del bautismo que sería importante compartir con los investigadores. Concédales unos momentos para completar la actividad y luego pida a algunos alumnos que compartan lo que hayan encontrado. Según los alumnos vayan respondiendo, podría hacer preguntas de seguimiento como las siguientes:
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¿Por qué sería importante que un investigador entienda esas doctrinas?
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¿Qué relación existe entre el convenio del bautismo y los principios de la fe en Jesucristo y el arrepentimiento, que se analizaron en la última clase?
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¿Por qué es la inmersión una parte importante de la ordenanza del bautismo? (Simboliza la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo. También simboliza el fin de nuestra antigua vida y nuestro renacimiento como discípulo de Cristo [véase Romanos 6:3–6]).
Explique que es importante que los investigadores se preparen debidamente para el bautismo. Pida a un alumno que lea en voz alta Doctrina y Convenios 20:37; luego pida a los alumnos que volteen hacia otro miembro de la clase y que analicen lo siguiente:
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¿Cómo podría ese versículo ayudarles a determinar cuando un investigador está preparado para el bautismo? (Si a los alumnos se les dificulta responder la pregunta, dígales que consulten el recuadro titulado “Antes del bautismo”, al pie de la página 64 de Predicad Mi Evangelio).
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¿Qué creen que quiera decir “[venir] con corazones quebrantados y con espíritus contritos”?
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¿De qué manera manifiesta una persona que realmente “[ha] recibido del Espíritu de Cristo”?
Conceda a los alumnos un momento para escribir en su diario de estudio sobre formas específicas en que guardar el convenio bautismal ha dado bendiciones a su vida. Una vez transcurrido suficiente tiempo, pida a dos o tres alumnos que compartan con el resto de la clase lo que hayan escrito.
Muestre el video “Invitación a bautizarse: Germán” (2:43). Mientras los alumnos ven el video, invítelos a prestar atención a la forma en que los misioneros le enseñan a Germán sobre la importancia del bautismo.
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¿Qué dijeron los misioneros para ayudar a Germán a entender la importancia del bautismo?
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¿Qué evidencia hubo de que Germán sintió el Espíritu Santo y que tenía el deseo de ser bautizado?
Divida la clase en grupos de dos e invite a cada grupo a utilizar el material que se encuentra en las páginas 63–64 de Predicad Mi Evangelio, así como uno o dos pasajes de las Escrituras del recuadro Estudio de las Escrituras de la página 65, a fin de preparar una lección de cuatro a cinco minutos que se centre en presentar el bautismo a un investigador. Los alumnos también podrían utilizar el material de la página 8 del folleto misional titulado El Evangelio de Jesucristo.
Tras haber concedido suficiente tiempo a los alumnos para prepararse, organice la clase en grupos pequeños de cuatro alumnos, con dos pares en cada grupo. Asigne a un par de cada grupo que enseñe al otro par en cuanto al bautismo por cuatro a cinco minutos. Anime a los alumnos que hayan asumido el papel de misioneros que se dirijan a los pasajes de las Escrituras que seleccionaron y que las lean en voz alta como parte de su enseñanza. Cuando los alumnos terminen su experiencia de enseñanza, pida a cada grupo de cuatro que analicen juntos lo siguiente: ¿Qué aspectos positivos hubo? ¿En qué forma ayudó la lección a que las personas a quienes se estaba impartiendo la enseñanza entendieran la importancia del bautismo? ¿Qué podrían haber cambiado los maestros para que su enseñanza fuera más eficaz?
A continuación, los grupos deben intercambiar roles de manera que el par de alumnos a quien se enseñó ahora enseñe al otro par. Asegúrese de que haya suficiente tiempo para que el segundo par reciba comentarios. Durante la actividad, camine por el aula para observar a los alumnos mientras enseñan, y elógielos y deles sugerencias en cuanto a la manera en que podrían mejorar.
Después de que todos los alumnos hayan tenido la oportunidad de enseñar, dedique unos minutos para analizar la experiencia juntos como clase. Para iniciar el análisis, haga preguntas como las siguientes:
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¿Cuáles fueron algunos de los conceptos que aprendieron al enseñar esa doctrina?
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¿Por qué es importante que se preparen desde ahora para enseñar esos principios, verdades y doctrinas a los demás?
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¿Qué podrían hacer desde ahora a fin de estar mejor preparados para enseñar en cuanto al evangelio de Jesucristo en su misión?
El don del Espíritu Santo
A fin de preparar a los alumnos para esta parte de la lección, pregunte a la clase qué ordenanza se lleva a cabo poco después de que una persona es bautizada (la confirmación, mediante la cual las personas llegan a ser miembros de la Iglesia y reciben el don del Espíritu Santo). Pida a los alumnos que dediquen treinta segundos a meditar en la razón por la que las personas son confirmadas poco después de haber sido bautizadas. Antes de que los alumnos respondan, considere leerles esta cita del profeta José Smith:
“Tan provechoso sería bautizar un costal de arena como a un hombre, si su bautismo no tiene por objeto la remisión de los pecados ni la recepción del Espíritu Santo. El bautismo de agua no es sino medio bautismo, y no vale nada sin la otra mitad, es decir el bautismo del Espíritu Santo” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 100).
Pregunte:
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¿Por qué se considera que el bautismo es solo “medio bautismo” si no le sigue el “bautismo del Espíritu Santo”? (Después de recibir varias respuestas, podría instar a los alumnos a prestar atención para descubrir más respuestas a esa pregunta a medida que se desarrolle la lección).
Explique a los alumnos que un líder judío llamado Nicodemo acudió a Jesús de Nazaret, de noche y en secreto, para hacerle preguntas. Pida a un alumno que lea en voz alta Juan 3:3, y pregunte:
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¿Qué dan a entender las palabras del Salvador registradas en Juan 3:3 en cuanto a lo que se necesita para entrar al reino de Dios?
Lea a la clase Juan 3:4–6 y pregunte:
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¿Qué fue lo que preguntó Nicodemo que indica que no entendía la enseñanza del Salvador del versículo 3?
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¿Cómo respondió Jesús a las preguntas de Nicodemo? (Le enseñó a Nicodemo una doctrina básica del Evangelio: Debemos nacer de agua y del Espíritu para entrar en el reino de Dios. Enseñó que “[nacer] de nuevo” se refiere a un renacimiento espiritual, no físico).
Escriba lo siguiente en la pizarra:
Luego pregunte:
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¿Qué significa “nacer de agua”? (Significa ser bautizado por inmersión).
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¿Qué quiere decir “nacer del Espíritu”? (Significa recibir el don del Espíritu Santo. Si a los alumnos se les dificulta responder esa pregunta, indíqueles que una nota al pie de la página de Juan 3:5 de la versión SUD de la Biblia en inglés aclara que se refiere al bautismo del Espíritu Santo).
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¿Por qué creen que se utiliza la palabra “nacer” para describir lo que nos sucede espiritualmente? ¿Qué aspectos del nacimiento físico se comparan al renacimiento espiritual? (De ser necesario, considere leer Moisés 6:58–59 para ayudar a responder esta pregunta).
Pida a varios alumnos que se turnen para leer en voz alta los párrafos de la sección “El don del Espíritu Santo”, en la página 65 de Predicad Mi Evangelio, y al resto de la clase que siga la lectura en silencio y que busque las bendiciones que acompañan al don del Espíritu Santo.
Pregunte a la clase:
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¿Cuáles son algunas de las bendiciones que acompañan al don del Espíritu Santo? (Una de las doctrinas que los alumnos deben reconocer es esta: El don del Espíritu Santo puede tener un efecto de santificación y limpieza en los que lo reciben).
A fin de ayudar a los alumnos a entender mejor la doctrina, pídales que estudien uno o más de los pasajes de las Escrituras que se encuentran bajo el encabezamiento “Bendiciones e influencia del Espíritu Santo”, en el recuadro Estudio de las Escrituras de la página 66 de Predicad Mi Evangelio. Al estar estudiando, invítelos a resaltar en su ejemplar de las Escrituras algunas de las bendiciones que son producto de recibir el don del Espíritu Santo. Luego pregunte:
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¿Por qué es importante que una persona reciba el Espíritu Santo después de ser bautizado?
Haga la siguiente pregunta, pero antes de que los alumnos respondan, concédales un momento para meditar su respuesta en silencio. Después que los alumnos hayan tenido suficiente tiempo, invite a varios de ellos a responder y a compartir con la clase sus propias experiencias.
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¿Qué bendiciones han recibido gracias al don del Espíritu Santo?
Agrupe a los alumnos de dos en dos y pídales que utilicen la información de Predicad Mi Evangelio (o de la sección intitulada “¿Por qué es necesario que reciba el Espíritu Santo?” en las páginas 8–10 del folleto misional El Evangelio de Jesucristo) y que preparen una lección de cuatro a cinco minutos sobre el don del Espíritu Santo. Recuérdeles que incluyan en su lección uno o dos pasajes de las Escrituras del recuadro Estudio de las Escrituras, que figura en la parte superior de la página 66 de Predicad Mi Evangelio.
Tras haber concedido suficiente tiempo para que se preparen, organice la clase en grupos pequeños de cuatro alumnos, con dos pares en cada grupo. Pida a un par de alumnos que enseñe al otro par. Mientras los alumnos estén enseñando, camine por el aula para observar, elogiándolos y dándoles sugerencias en cuanto a la manera en que podrían mejorar. Cuando los alumnos terminen su experiencia didáctica, pida a cada grupo que analicen juntos lo siguiente: ¿Qué aspectos positivos hubo? ¿Qué podrían haber hecho diferente los maestros para que su enseñanza fuera más eficaz? ¿En qué forma ayudó la lección a que las personas a quienes se estaba impartiendo la enseñanza entendieran el don del Espíritu Santo?
A continuación, pida a los grupos que intercambien roles de manera que el par de alumnos a quien se enseñó ahora enseñe al otro par. Asegúrese de que haya suficiente tiempo para que el segundo par reciba comentarios.
Después de que cada par de alumnos haya tenido la oportunidad de enseñar, dedique unos minutos para evaluar la experiencia por medio de preguntas como las siguientes:
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¿Cuáles fueron algunos de los conceptos que aprendieron al enseñar esa doctrina?
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Con base en esta experiencia, ¿qué podrían hacer para mejorar su enseñanza como misioneros?
Perseverar hasta el fin
Dibuje en la pizarra una puerta y un camino detrás de ella:
Pida a un alumno de la clase que lea en voz alta 2 Nefi 31:17. Luego pregunte a la clase:
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¿Qué indicó Nefi que era la puerta que nos conduce a la vida eterna?
Pida a otro alumno que lea en voz alta 2 Nefi 31:18–20 mientras que la clase sigue la lectura en silencio y busca lo que debemos hacer después de ser bautizados.
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¿Qué dijo Nefi que está del otro lado de la puerta? (El camino estrecho y angosto que conduce a la vida eterna).
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Según Nefi, ¿qué se debe hacer después de ser bautizado a fin de recibir la vida eterna?
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¿En qué se relaciona el perseverar hasta el fin con seguir el ejemplo del Salvador?
Pida a los alumnos que lean la sección titulada “Perseverar hasta el fin”, en la página 66 de Predicad Mi Evangelio. Ínstelos a buscar lo que podemos hacer para perseverar hasta el fin. Luego pregunte:
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¿Por qué es importante que perseveremos hasta el fin? (Los alumnos deben reconocer este principio: Conforme nos esforcemos sinceramente por perseverar hasta el fin, reuniremos los requisitos para la vida eterna).
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¿De qué manera el seguir el ejemplo del Salvador les ayudará a perseverar hasta el fin?
Para terminar, comparta su testimonio de la importancia del evangelio de Jesucristo, especialmente del bautismo, del don del Espíritu Santo y de perseverar hasta el fin.
Invitaciones a actuar
Considere invitar a los alumnos a profundizar su comprensión del evangelio de Jesucristo al realizar una o más de las siguientes actividades durante la próxima semana:
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Practica el explicar los requisitos del bautismo tal como se encuentran en Doctrina y Convenios 20:37. Escribe un par de oraciones en tu diario de estudio que describan lo que estás haciendo ahora para vivir de acuerdo con el convenio bautismal que se detalla en ese versículo.
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Lee los pasajes sobre el Espíritu Santo que se encuentran en el recuadro Estudio de las Escrituras de la página 66 de Predicad Mi Evangelio. También lee la entrada “Espíritu Santo” en la Guía para el Estudio de las Escrituras. Marca en tu ejemplar de las Escrituras o escribe en tu diario de estudio los versículos que te gustaría utilizar cuando le enseñes a alguien en cuanto al don del Espíritu Santo.
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Enseña los principios de la “Lección 3: El Evangelio de Jesucristo” a un miembro de tu familia o a un amigo (de preferencia alguien que no sea miembro de la Iglesia, o alguien que esté menos activo), ya sea en persona o en línea. Comparte tu propio testimonio de esos principios a medida que los enseñas.