Escuela Dominical: Doctrina del Evangelio
‘Seréis mi especial tesoro’


Lección 14

“Seréis mi especial tesoro”

Éxodo 15–20; 32–34

Objetivo

Alentar a los miembros de la clase a participar del agua y del pan espirituales del Señor, a apoyar a Sus líderes escogidos y a obedecer Sus mandamientos para que de esa forma Él haga de ellos una “gente santa” (Éxodo 19:6).

Preparación

  1. Estudie los siguientes pasajes de las Escrituras y ore al respecto:

    1. Éxodo 15:22–27; 16:1–31; 17:1–7. Los hijos de Israel murmuran porque tienen sed y hambre; el Señor les proporciona agua, maná y codornices.

    2. Éxodo 17:8–13; 18:13–26. Amalec va a pelear contra Israel. Israel prevalece cuando Moisés alza las manos; pero cuando se cansa y las baja, prevalece Amalec. Aarón y Hur le sostienen las manos a Moisés e Israel gana la batalla (17:8–13). Moisés sigue el consejo de Jetro y nombra jueces y delega en ellos autoridad (18:13–26).

    3. Éxodo 19–20. El Señor se reúne con Moisés en el monte de Sinaí y da los Diez Mandamientos a Israel.

    4. Éxodo 32–34. Moisés recibe las tablas de piedra que contienen instrucciones del Señor, pero las rompe cuando regresa de Sinaí y ve al pueblo adorar a un becerro de oro (31:18; 32:1–24). El Señor quita a Israel las ordenanzas del Sacerdocio de Melquisedec y da al pueblo una ley menor, la ley de Moisés (Traducción de José Smith, Éxodo 34:1–2). Moisés alisa nuevas tablas de piedra para reponer las que había quebrado, pero éstas no contienen “las palabras del convenio sempiterno del santo sacerdocio” (Éxodo 34:1–5; Traducción de José Smith, Deuteronomio 10:2). El pueblo hace pacto de obedecer la ley de Moisés (34:10–35).

  2. Lectura complementaria: Salmos 78; 1 Corintios 10:1–11; Doctrina y Convenios 84:19–27.

  3. Si va a utilizar la lección práctica que se encuentra en la página 70, lleve a la clase varios libros u otros objetos pesados.

  4. Si lo cree conveniente y tiene a su disposición las Presentaciones en video sobre el Antiguo Testamento (53224 002), muestre “La idolatría actual”, un segmento de siete minutos, como parte de la lección.

Sugerencias para el desarrollo de la lección

Actividad para despertar la atención

Si lo desea, utilice la actividad siguiente (o una de su preferencia) para comenzar la lección.

• Imaginen que deben hacer un viaje al desierto, donde nunca han estado ni nadie ha hecho un mapa del lugar. ¿Cómo se prepararían para ese viaje? (Las respuestas podrían ser variadas, pero una buena forma de prepararse sería la de buscar un guía.)

• ¿Qué preparación desearían que tuviera el guía que los fuese a llevar a un lugar desierto? (Las respuestas podrían ser variadas, pero es importante que el guía conozca la zona y sea digno de confianza.)

• ¿Quién fue el guía de Moisés y de los hijos de Israel después que huyeron de Egipto y se internaron en el desierto? (El Señor.)

Destaque que las experiencias que tuvieron los israelitas mientras viajaban por el desierto nos enseñan lecciones importantes que podemos aplicar en nuestro viaje por esta vida terrenal. Una de ellas es que debemos confiar en Dios para guiarnos y para protegernos como Él lo hizo con los israelitas.

Análisis de las Escrituras y conceptos para poner en práctica

Al enseñar los siguientes pasajes de las Escrituras, analice la forma en que se podrían poner en práctica en el diario vivir. Aliente a los miembros de la clase a relatar experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras. Como sería imposible hacer todas las preguntas o tratar en detalle todas las partes de la lección, ore para escoger el material que satisfaga mejor las necesidades de los miembros de la clase.

1. El Señor proporciona agua, maná y codornices a los hijos de Israel.

Enseñe Éxodo 15:22–27; 16:1–31 y 17:1–7, y analícelo con la clase.

Después que los israelitas hubieron atravesado el Mar Rojo, el Señor dio instrucciones a Moisés para que los guiara a la tierra prometida; pero primero, probó la fe de ellos en el desierto. Muchos de los que tenían falta de fe protestaban en contra del Señor en lugar de volverse a Él. Aun así, el Señor les proporcionó agua para apagarles la sed, y maná y codornices para saciar su hambre.

• Según Éxodo 15:22–24 y 17:1–3, ¿qué problema enfrentaron los israelitas? ¿Cómo reaccionó Moisés cuando el pueblo murmuró en contra de él? (Véase Éxodo 15:25; 17:4. Se dirigió al Señor pidiéndole ayuda.) ¿Qué aprendemos de la reacción que tuvo Moisés? ¿En qué forma respondió el Señor a la oración que Moisés ofreció pidiendo ayuda? (Véase Éxodo 15:25–26; 17:5–7.)

• El Señor proveyó de agua a los hijos de Israel en el sentido físico y espiritual. En lo físico, fue el agua que salió de la peña que golpeó Moisés; en lo que respecta a “la bebida espiritual”, provino de la “roca espiritual”, que es Cristo (1 Corintios 10:4). ¿Cuál es el agua espiritual que proviene de Cristo? (Véase 1 Nefi 11:25.) ¿Cómo podemos beber de esa agua? ¿Qué se les promete a quienes beban de esa agua? (Véase Juan 4:14; D. y C. 63:23.)

• De acuerdo con Éxodo 16:2–3, ¿qué problema enfrentaron los israelitas? ¿Cómo reaccionó el Señor? (Véase Éxodo 16:4, 11–15.) Además de saciar el hambre del pueblo, ¿con qué otros propósitos se les envió el maná?

  1. Para saber el Señor si Su pueblo le obedecería (Éxodo 16:4, 16–31).

  2. Para dar al pueblo un recordatorio diario del poder y del amor del Señor (Éxodo 16:12).

  3. Para enseñar al pueblo que “no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová” (Deuteronomio 8:3).

  4. Para que el pueblo se humillara y para ayudarles a recibir la salvación (Deuteronomio 8:16).

• ¿En qué forma ayudó a lograr esos propósitos el envío del maná? ¿Cómo logra el Señor esos propósitos en nuestra vida?

• ¿En qué forma representa el maná a Cristo? (Véase Juan 6:35.) ¿En qué se diferencia del maná el pan de vida de Cristo? (Véase Juan 6:48–51.) ¿Cómo podemos participar diariamente del pan de vida de Cristo?

• Los israelitas debían recoger maná todos los días con el fin de mantener su fortaleza física. ¿Cómo se asemeja eso a lo que debemos hacer nosotros para mantener nuestra fortaleza espiritual? (De la misma manera que necesitamos conservar nuestra fortaleza física, necesitamos nutrirnos diariamente para mantener nuestra fortaleza espiritual. Es imposible esperar obtener alimento espiritual si sólo de vez en cuando estudiamos las Escrituras y oramos.)

• ¿Qué sucedía, por lo general, cuando los israelitas guardaban el maná de un día para el otro? (Véase Éxodo 16:19–20.) ¿Qué sucedía cuando guardaban el maná para el otro día en preparación para el día de reposo? (Véase Éxodo 16:22–25.) ¿De qué manera se aplica este principio a la forma en que nos preparamos todas las semanas para el día de reposo?

• ¿Qué les habría sucedido a los israelitas si hubieran tratado de viajar por el desierto sin la ayuda del Señor? ¿Qué nos sucederá a nosotros si tratamos de viajar por esta vida terrenal sin la ayuda del Señor?

2. Aarón y Hur le sostienen las manos a Moisés para que Israel prevalezca en la batalla contra Amalec. Moisés sigue el consejo de Jetro y nombra jueces y delega en ellos autoridad.

Enseñe Éxodo 17:8–13 y 18:13–26, y analícelo con la clase. Recalque que ambos relatos enseñan la importancia de apoyar y sostener a los líderes de la Iglesia.

• Desde la época de Moisés, los amalecitas estuvieron en guerra contra los hijos de Israel durante muchos años. ¿Cómo pudieron los israelitas derrotar a la gente de Amalec en la batalla que se describe en Éxodo 17:8–13? (Cuando Aarón y Hur sostuvieron a Moisés, ayudándole a tener las manos en alto, Israel prevaleció en la batalla.) ¿Qué clase de batallas espirituales peleamos en la actualidad? ¿En qué forma el sostener al Profeta nos ayuda a prevalecer en esas batallas?

El presidente Ezra Taft Benson dijo: “Recuerdo cuando Moisés, estando arriba en la montaña, levantaba los brazos para que el ejército de Israel saliera victorioso. En tanto sus brazos estaban levantados, Israel prevalecía, pero cuando caían a causa del cansancio, entonces prevalecía el enemigo. De manera que Aarón y Hur le sostuvieron los brazos ‘uno de un lado y el otro del otro’ e Israel salió victorioso (Éxodo 17:12). De la misma manera nosotros saldremos victoriosos en tanto sostengamos en alto los brazos de los siervos ungidos del Señor” (“Una responsabilidad sagrada”, Liahona, julio de 1986, pág. 70).

• ¿Que le preocupó a Jetro cuando vio que el pueblo iba a ver a Moisés durante todo el día, desde la mañana hasta la tarde? (Véase Éxodo 18:13–18.) ¿Qué le aconsejó Jetro a Moisés? (Véase Éxodo 18:19–23.)

• ¿Qué responsabilidades de un Profeta se mencionan en Éxodo 18:16–20?

Si lo desea, pida a los miembros de la clase que busquen esas responsabilidades en los versículos mencionados y anote las respuestas en la pizarra. Quizás desee también utilizar la siguiente lección práctica: Pida a un miembro de la clase que levante los brazos. Cuando se encuentre la primera responsabilidad, coloque un libro u otro objeto pesado en las manos de la persona que tenga los brazos en alto. A medida que se vaya localizando cada una de las responsabilidades, agregue otro libro u objeto pesado.

  1. Es juez para el pueblo (Éxodo 18:16).

  2. Representa al pueblo delante de Dios (Éxodo 18:19).

  3. “Enseña a ellos las ordenanzas y las leyes” (Éxodo 18:20).

  4. “[Les muestra] el camino por donde deben andar” (Éxodo 18:20).

  5. “[Les muestra] lo que han de hacer” (Éxodo 18:20).

• En la actualidad, ¿cómo podemos sostener las manos y aliviar la carga de nuestro Profeta y de los Apóstoles? (Véase D. y C. 21:4–5; 107:22. A medida que los miembros de la clase vayan dando sugerencias, saque algunos de los libros u objetos de las manos del miembro de la clase que los sostenga con las manos en alto.)

• ¿En qué forma podemos apoyar y sostener a los líderes locales de la Iglesia? (Entre las respuestas estarían: hablar bien de ellos, servir con diligencia en los llamamientos de la Iglesia que tengamos y ser un buen maestro orientador o una buena maestra visitante.)

• ¿De qué manera han sido bendecidos al apoyar a los líderes de la Iglesia? (Si lo desea, durante el análisis, utilice D. y C. 21:6.)

3. El Señor se reúne con Moisés en el monte de Sinaí y da los Diez Mandamientos a Israel.

Enseñe Éxodo 19-20 y analícelo con la clase.

A los tres meses de haberse internado Israel en el desierto, el Señor quiso establecer Su pacto con ellos (Éxodo 19:5–6). Como parte de ese pacto, Él reveló a Moisés los Diez Mandamientos.

• Mientras los hijos de Israel se encontraban acampados delante del monte Sinaí, ¿qué les prometió el Señor si eran obedientes? (Véase Éxodo 19:3–6. Él los haría su “especial tesoro… un reino de sacerdotes, y gente santa”.) ¿Qué significado tenían esas promesas? ¿Cómo se aplican a nosotros esas promesas en la actualidad?

Esas promesas significaban que Israel se convertiría en el pueblo del convenio del Señor, especial entre todos los demás, y escogido para poseer el sacerdocio y llevar el Evangelio a todo pueblo (véase también Deuteronomio 7:6; 14:1–2;

1 Pedro 2:9). • ¿Qué experiencia deseaba el Señor que tuviera Su pueblo en el monte Sinaí? (Véase Éxodo 19:9, 11, 16–17; D. y C. 84:23.) ¿Qué exigió el Señor que Su pueblo hiciera antes de ir a recibirlo? (Véase Éxodo 19:10, 14.)

• El monte Sinaí era un lugar santo donde el Señor quiso hablar con Su pueblo y mostrarse a él. ¿Qué lugares santos nos ha proporcionado Él para que nosotros también recibamos esas mismas bendiciones? (Los templos; véase D. y C. 97:15–16; 109:12–13.) Pida a los miembros de la clase que digan cómo les ha ayudado el templo a oír la voz del Señor y a sentir Su presencia.

• Los cuatro primeros mandamientos registrados en el capítulo 20 de Éxodo, enseñan la relación que debe existir entre Dios y nosotros (Éxodo 20:3–11). ¿En qué forma es pertinente para nosotros en la actualidad el mandamiento de adorar al Señor y de no tener dioses ajenos delante de Él? ¿Qué dioses falsos adoran algunas personas hoy día? (Véase 1 Samuel 15:23; Efesios 5:5; D. y C. 1:15–16.)

El presidente Spencer W. Kimball dijo:

“La idolatría es uno de los pecados más graves… Los ídolos modernos o dioses falsos pueden asumir formas tales como ropas, casas, negocios, máquinas, automóviles, barcas de paseos y otras numerosas atracciones materiales que desvían del camino hacia la santidad…

“Las cosas intangibles constituyen dioses igualmente prestos. Los títulos, grados y letras pueden convertirse en ídolos…

“Hay muchas personas que primero construyen y amueblan una casa, y compran su automóvil, y entonces descubren que ‘no les alcanza’ para pagar sus diezmos. ¿A quién están adorando? Ciertamente no es al Señor de los cielos y de la tierra…

“Muchos adoran la cacería, la pesca, las vacaciones, los días de campo y paseos de fin de semana. Otros tienen como ídolos a las actividades deportivas, el béisbol, el fútbol, las corridas de toros o el golf…

“Otra imagen que los hombres adoran es la del poder y el prestigio… Estos dioses de poder, riqueza y prestigio son sumamente exigentes, y son tan reales y verdaderos como los becerros de oro de los hijos de Israel en el desierto” (El Milagro del Perdón, págs. 38–40).

• ¿Cuáles son algunas de las formas en las que la gente toma el nombre de Dios en vano?

• ¿Por qué es importante que santifiquemos el día de reposo? (Véase Éxodo 20:8; 31:16–17; Isaías 58:13–14; D. y C. 59:9–10.) ¿Qué podemos hacer para decidir qué actividades son apropiadas para realizar el día domingo? ¿Qué bendiciones han recibido al haber santificado el día de reposo?

• Repase los seis mandamientos que se relacionan con la relación que tenemos con otras personas (Éxodo 20:12–17). ¿En qué forma mejora nuestra relación con los demás la obediencia a esos mandamientos? (Si lo desea, concéntrese en los mandamientos en forma individual, defina su significado y hable sobre ellos según lo considere apropiado.)

4. El Señor da la ley de Moisés.

Enseñe Éxodo 32–34 y analícelo con la clase.

Cuando el Señor habló con Moisés en el monte Sinaí, le reveló una ley que abarcaba las ordenanzas del Sacerdocio de Melquisedec (D. y C. 84:19–23). Sin embargo, el comportamiento idólatra de los israelitas demostró que no estaban listos para vivir la plenitud del Evangelio (Éxodo 32:1–9; D. y C. 84:24). Por haber olvidado al Señor tan rápidamente, Él le quitó a Israel las ordenanzas del Sacerdocio de Melquisedec y le reveló una ley menor: la ley de Moisés (Traducción de José Smith, Éxodo 34:1–2; D. y C. 84:25–27).

La ley de Moisés no reemplazó ni los mandamientos, ni los convenios ni los principios del Evangelio, sino que proporcionó “una ley de prácticas y ordenanzas, una ley que tenían que observar estrictamente de día en día, para conservar vivo en ellos el recuerdo de Dios y su deber para con él” (Mosíah 13:30). La ley de Moisés enseñó al pueblo a confesar sus pecados y a hacer restitución, a seguir reglas estrictas por medio del sacrificio de animales, a mantener saludable el cuerpo, a dar con el fin de sostener la obra de Dios, a ser agradecidos y a reconciliarse con Dios.

• ¿Por qué les dio el Señor la ley de Moisés a los hijos de Israel? (Véase Gálatas 3:23–24; Mosíah 13:29; Alma 25:15–16; D. y C. 84:19–27.) ¿De qué manera contribuiría esa ley a santificar a Israel y a llevarlo a Cristo? (Véase Mosíah 13:30; Alma 34:14–15.)

• ¿Cuándo se cumplió la ley de Moisés? (Véase 3 Nefi 15:4–10.) Ahora que el Señor no requiere más que se efectúen los sacrificios de animales, lo cual era una parte importante de la ley de Moisés, ¿qué sacrificio nos pide que hagamos? (Véase 3 Nefi 9:19–22.) ¿Qué significa ofrecer un corazón quebrantado y un espíritu contrito?

El élder Russell Ballard enseñó:

“Aun cuando la ley de Moisés se cumplió, los principios de la ley del sacrificio continúan siendo parte de la doctrina de la Iglesia.

“En tanto que el propósito principal de la ley del sacrificio siguió siendo el de probarnos y ayudarnos a venir a Cristo, se hicieron dos adaptaciones después del sacrificio de Cristo. Primero, la ordenanza de la Santa Cena reemplazó a la de los sacrificios [de animales]; y segundo, esto cambió el enfoque del sacrificio del animal de una persona a la persona misma. En un sentido, el sacrificio pasó de la ofrenda al que da la ofrenda…

“…Después de Su ministerio terrenal, Cristo elevó la ley del sacrificio a un nuevo nivel… En lugar de requerir animales o grano de una persona, el Señor desea que dejemos a un lado todo lo que sea impuro. Ésa es una práctica más elevada de la ley del sacrificio, la cual llega hasta lo más profundo del alma de una persona” (The Law of Sacrifice [discurso pronunciado en el simposio del Sistema Educativo de la Iglesia, el 13 de agosto de 1996], pág. 5).

Conclusión

Testifique a los miembros de la clase que si ellos participan del agua y del pan espiritual del Señor, si apoyan a Sus líderes escogidos y obedecen Sus mandamientos, Él los invitará a ir a Su monte santo: el templo. Allí podrán estar con Él, recibir Sus leyes, contemplar Su gloria y seguir adelante inspirados a desear ser más como Él es.

Otros conceptos didácticos

El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.

1. Los diez mandamientos

Adviértase que los Diez Mandamientos se repiten en Deuteronomio 5:5–21, Mosíah 12:33–36 y 13:12–24, y D. y C. 42:18–27 y 59:5–16. Repase estos pasajes para obtener una mayor comprensión de los Diez Mandamientos.

2. El becerro de oro

Si lo desea, hable sobre el relato de la construcción y la adoración del becerro de oro tal como se registra en Éxodo 32. De ese relato se pueden sacar varios principios, como los que se dan a continuación:

  1. Los hábitos de comportamiento y de aquello en lo cual creemos son muy difíciles de romper. Aun cuando los israelitas se alejaron físicamente de Egipto, espiritualmente todavía no se habían librado de sus influencias. Tras haber oído los israelitas la voz de Dios proclamar los Diez Mandamientos desde el Sinaí, no tardaron en quebrantar los dos primeros mandamientos.

  2. Es importante que opongamos resistencia a la presión negativa de nuestros amigos y compañeros. Aarón se rindió ante los deseos inicuos de los israelitas. En momentos como ésos, los líderes y los padres deben decir “no”, aun cuando corran el riesgo de ofender a los responsables o de perder su amistad.