Lección 45
“Si perezco, que perezca”
Objetivo
Alentar a los miembros de la clase para que tengan el valor de vivir de acuerdo con las normas del Evangelio.
Preparación
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Estudie los siguientes pasajes de las Escrituras y ore al respecto:
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Daniel 1. Daniel y sus amigos rehúsan contaminarse comiendo la comida del rey Nabucodonosor (1:1–16). El Señor los bendice con buena salud y sabiduría (1:17–21).
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Daniel 3. Sadrac, Mesac y Abed-nego rehúsan adorar al ídolo del rey Nabucodonosor (3:1–12). Éste los echa dentro de un horno de fuego ardiendo y el Señor los salva de la muerte (3:13–30).
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Daniel 6. Los hombres del rey Darío le persuaden a firmar un edicto que promulgaba que por el término de treinta días todas las peticiones se debían dirigir únicamente a él, y no a otro hombre ni a Dios (6:1–9). A pesar del edicto del rey, Daniel ora a Dios (6:10–13). Como castigo por su desobediencia, es echado en el foso de los leones (6:14–17); el Señor envía a un ángel para protegerlo (6:18–23).
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Ester 3–5; 7–8. Mardoqueo se niega a inclinarse ante Amán (3:1–4). Amán persuade al rey Asuero a promulgar un decreto para matar a todos los judíos del reino (3:5–14). Ester se entera del plan que tiene Amán de dar muerte a su pueblo y, poniendo en peligro la vida, va a pedirle ayuda al rey Asuero (4:1–17). El rey la recibe y accede a su invitación de asistir con Amán a un banquete (5:1–8). Durante el mismo, Ester revela el complot de Amán de matar a los judíos (7:1–6). El rey manda ahorcar a Amán (7:7–10), honra a Mardoqueo y le concede a Ester la anulación del edicto (8:1–17).
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Si emplea la actividad para despertar la atención, pida a dos miembros de la clase que se preparen para contar brevemente de alguna vez en que ellos o alguno de sus conocidos hayan tenido que ser valientes para obedecer al Señor.
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Si lo desea, y las láminas siguientes están disponibles, consígalas para utilizarlas en el transcurso de la lección: Daniel cuando rehúsa la comida y el vino del rey (62094; Las bellas artes del Evangelio 114); Los tres hombres en el horno de fuego ardiente (62093; Las bellas artes del Evangelio 116); y Daniel en el foso de los leones (62096; Las bellas artes del Evangelio 117).
Sugerencias para el desarrollo de la lección
Actividad para despertar la atención
Si lo desea, utilice una de las actividades siguientes (o una de su preferencia) para comenzar la lección.
Pida a las personas a las que haya asignado previamente que hablen de alguna vez en que ellas o uno de sus conocidos hayan tenido que ser valientes para obedecer al Señor.
Después que esos miembros de la clase hayan relatado sus experiencias, diga a la clase que esta lección trata de seis personas del Antiguo Testamento que demostraron gran valor al obedecer al Señor.
Análisis de las Escrituras y conceptos para poner en práctica
Al enseñar los siguientes pasajes de las Escrituras, analice la forma en que se podrían poner en práctica en el diario vivir. Aliente a los miembros de la clase a relatar experiencias que se relacionen con los principios de las Escrituras.
1. Daniel y sus amigos rehúsan comer la comida del rey Nabucodonosor y son bendecidos con buena salud y con sabiduría.
Enseñe Daniel 1 y analícelo con la clase.
Daniel fue llevado cautivo de Jerusalén a Babilonia cuando todavía era un niño. A él y a otros destacados jóvenes hebreos, entre los cuales se encontraban sus amigos Sadrac, Mesac y Abed-nego, se les brindó instrucción en la corte del rey Nabucodonosor.
• Cuando les sirvieron la comida y el vino del rey, ¿qué propusieron Daniel y sus amigos? (Véase Daniel 1:8–14.) ¿Qué bendiciones recibieron por haber obedecido la ley de salud del Señor? (Véase Daniel 1:15, 17, 20.) ¿En qué se parecen las bendiciones que ellos recibieron a las promesas que el Señor nos ha hecho si obedecemos la Palabra de Sabiduría? (Véase D. y C. 89:18–20.)
El élder Boyd K. Packer enseñó esto: “…he llegado a saber que un propósito fundamental de la Palabra de Sabiduría está relacionado con la revelación. Desde vuestra más tierna infancia os enseñamos a absteneros del uso del café, de las bebidas alcohólicas, del tabaco, de las drogas y de todo aquello que pueda afectar vuestra salud… Si una persona que esté bajo los efectos de las mencionadas substancias apenas podría entender unas simples palabras, ¿cómo podría responder a las impresiones del Espíritu que se dirigen a su más delicada sensibilidad? Pese a lo valioso de la Palabra de Sabiduría como ley de salud, puede resultar de mucho mayor valor para vosotros en lo espiritual que en lo físico…” (véase “El don de saber escuchar”, Liahona, enero de 1980, pág. 30).
• ¿Qué nos enseñan esas palabras sobre la forma en que debemos reaccionar cuando se nos presiona para que hagamos algo que no debemos hacer? (Véase Daniel 1:5, 8.) ¿Qué problemas enfrentamos en la actualidad que exigen valentía para obedecer los mandamientos del Señor? ¿Cómo cultivaremos el valor que vamos a necesitar para obedecer al encontrarnos en esas situaciones?
2. El Señor salva a Sadrac, Mesac y Abed-nego de la muerte en el horno de fuego ardiendo.
Enseñe Daniel 3 y analícelo con la clase.
• El rey Nabucodonosor decretó que cualquiera que no adorara a su ídolo sería arrojado en un horno de fuego ardiendo (Daniel 3:1–6). ¿Cómo respondieron a ese mandato Sadrac, Mesac y Abed-nego? (Véase Daniel 3:12.) ¿Qué hizo Nabucodonosor cuando se enteró de que ellos no querían adorar a su ídolo? (Véase Daniel 3:13–15, 19–20.)
• ¿Qué dijeron Sadrac, Mesac y Abed-nego cuando el rey los amenazó con echarlos en el horno? (Véase Daniel 3:16–18.)
El élder Neal A. Maxwell hizo el siguiente comentario: “El tener una esperanza eterna no significa que se nos librará de los problemas inmediatos, sino que se nos rescatará de la muerte sempiterna. Hasta entonces, esa esperanza nos lleva a decir las tres mismas palabras que pronunciaron tres jóvenes valientes hace muchos siglos; ellos sabían que Dios los libraría del horno ardiente, si ésa era Su voluntad. ‘Y si no’, [dijeron] igual estaban dispuestos a servirlo…” (“El ‘fulgor perfecto de esperanza’ ”, Liahona, enero de 1995, pág. 39).
• ¿Qué nos enseña la respuesta de Sadrac, Mesac y Abed-nego sobre la obediencia a los mandamientos del Señor? (Los jóvenes estaban dispuestos a obedecer al Señor ya fuera que Él los protegiera o no. Nuestra obediencia no debe estar condicionada al hecho de que, a cambio, el Señor nos conceda una bendición esperada en el momento en que la esperamos.) ¿Cuáles son los peligros del obedecer al Señor sólo porque esperamos que Él, a Su vez, nos otorgue deter- minada bendición?
• ¿Qué sucedió cuando Sadrac, Mesac y Abed-nego fueron echados en el horno? (Véase Daniel 3:21–27.) ¿Quién estuvo en el horno con ellos? (Véase Daniel 3:25.) ¿Cómo nos ayuda el Salvador cuando nos acercamos a Él durante nuestras tribulaciones?
• ¿Qué efecto produjo en Nabucodonosor el valor de Sadrac, Mesac y Abed- nego? (Véase Daniel 3:28–30.) ¿Cómo afecta, la forma en que nosotros nos comportemos, la actitud de nuestros semejantes hacia la Iglesia?
3. A pesar del decreto del rey, Daniel ora y lo echan en el foso de los leones. El Señor envía a un ángel para protegerlo.
Enseñe Daniel 6 y analícelo con la clase.
• El sucesor del rey Nabucodonosor fue su hijo Belsasar. Cuando mataron a Belsasar, “Darío de Media tomó el reino” (Daniel 5:31), y Daniel llegó a ocupar una posición de gran prominencia. (Nota: Darío de Media no es el mismo rey Darío que gobernó el Imperio Persa después de Ciro y a quien apelaron los judíos mientras estaban reconstruyendo el templo. Véase Esdras 4–6; la lección 47 de este manual; y “Darío” en la Guía para el Estudio de las Escrituras, pág. 48.)
• ¿Por qué querían acusar a Daniel los sátrapas y los gobernadores del rey? (Véase Daniel 6:1–5. Porque les daba envidia que el rey prefiriera a Daniel y temían que el soberano le diese a éste más poder.) ¿Qué edicto firmó el rey persuadido por ellos? (Véase Daniel 6:6–9. Sabiendo que Daniel oraba regularmente, convencieron al rey Darío de firmar un edicto que promulgaba que, durante treinta días, toda petición debía dirigirse a él y no a ningún otro hombre ni a un dios, y que a los que desobedecieran esa orden los echarían en el foso de los leones.)
• ¿Qué hizo Daniel ante el edicto del rey? (Véase Daniel 6:10.) ¿Qué aprendemos de él en cuanto a la importancia de la oración? (La oración era tan importante para Daniel que continuó orando aun cuando, al hacerlo, su vida estaba en peligro.) Exhorte a los miembros de la clase a reflexionar sobre el valor que damos al privilegio de orar a nuestro Padre Celestial.
• ¿Qué sintió el rey Darío cuando sus hombres le informaron que habían visto a Daniel orando? (Véase Daniel 6:12–15.) ¿Cómo demostró el rey que creía en Dios? (Véase Daniel 6:16, 18.)
• ¿De qué manera bendijo el Señor a Daniel cuando éste estaba en el foso de los leones? (Véase Daniel 6:19–23.) ¿Qué efecto surtieron la fe y el valor de Daniel en el rey Darío y en la gente del reino? (Véase Daniel 6:24–28.)
El élder L. Tom Perry dijo: “La forma en que sirvió Daniel benefició no sólo al rey, sino que por la fe que tenía en el Señor, benefició a todo el reino. El rey decretó que todos los pueblos del reino adoraran al Dios verdadero y viviente, el Dios que Daniel adoraba. ¡Qué inmenso fue el poder del servicio de un hombre justo, el cual llegó a tanta gente al servir él ‘en el mundo’ en que vivía! ¡Qué eficaz será el fruto de nuestro servicio al servir nosotros, cada uno a su manera, ‘en el mundo’ en que vivimos!” (“En el mundo”, Liahona, julio de 1988, pág. 15).
4. Ester arriesga la vida por salvar a su pueblo.
Enseñe Ester 3–5; 7–8, y analícelo con la clase.
Ester era una mujer judía que vivió poco después de la época de Daniel. Tras la muerte de sus padres, la crió su primo Mardoqueo. Ester era muy hermosa y Asuero, el rey de Persia y de Media, quedó tan prendado de su hermosura que se casó con ella y la hizo reina.
• El rey Asuero promovió a Amán al rango más alto de príncipe (Ester 3:1). ¿En qué forma demostró valor Mardoqueo cuando el rey mandó que todos los siervos se inclinaran ante Amán? (Véase Ester 3:2–4.) ¿Cómo reaccionó Amán? (Véase Ester 3:5–14. Se enfureció y persuadió al rey a ordenar la destrucción de “un pueblo esparcido”, o sea, de todos los judíos que vivían en el reino.)
• Cuando Ester se enteró del luto y las lamentaciones de los judíos, mandó un mensajero a Mardoqueo para preguntarle qué sucedía (Ester 4:1–6). ¿Qué le pidió Mardoqueo a la reina Ester que hiciese? (Véase Ester 4:7–9.) ¿Por qué era peligroso que Ester fuera a la presencia del rey y le hablara? (Véase Ester 4:10–11. La ley permitía que el rey hiciera matar a cualquiera que se acercara a él sin haber sido invitado.)
• ¿Qué mensaje envió Mardoqueo a Ester cuando se enteró de la preocupación que ésta tenía en cuanto a acercarse al rey? (Véase Ester 4:13–14.) ¿Qué habrá sentido Ester al pensar en la posibilidad de que tal vez para eso había “llegado al reino”? (Ester 4:14.) ¿Cómo podemos tener la certeza de que nuestra vida tiene un propósito? ¿En qué forma nos ayuda esa certeza?
• ¿Qué pidió Ester a sus doncellas y a los judíos del lugar que hicieran al prepararse ella para presentarse ante el rey? (Véase Ester 4:16.) ¿Cómo nos ayudan el ayuno y la oración unidos de muchas personas?
• Después de expresar su intención de presentarse ante el rey, Ester dijo: “Y si perezco, que perezca” (Ester 14:16). ¿En qué se parecen esas palabras a las de Sadrac, Mesac y Abed-nego antes de que los arrojaran en el horno ardiente? (Véase Daniel 3:17–18.) ¿Qué demuestran las palabras de Ester en cuanto a su devoción a Dios y a su pueblo?
• Cuando Ester se presentó ante el rey, éste la recibió y le dijo que le concedería cualquier cosa que le pidiera (Ester 5:1–3). Ella le pidió que fuera él con Amán a un banquete (Ester 5:4–8). En el segundo día del banquete, ¿qué le pidió Ester al rey? (Véase Ester 7:3–4.) ¿Qué hizo el rey cuando se enteró de que el pueblo al que Amán se proponía destruir eran los judíos? (Véase Ester 7:5–10.)
• Aunque habían ahorcado a Amán, el decreto de matar a todos los judíos ya había circulado por todo el reino. ¿Qué le pidió Ester al rey que hiciera? (Véase Ester 8:5–6.) ¿Qué bendiciones recibieron los judíos gracias al valor y a la fe de Ester? (Véase Ester 8:16–17.) ¿Qué bendiciones han recibido ustedes gracias al valor y a la fe de otras personas?
• ¿Qué problemas enfrentamos en la actualidad para los que se necesita una valentía semejante a la de Ester? ¿Qué bendiciones recibiremos si nos esforzamos por hacer lo correcto aun cuando las consecuencias que enfrentemos sean difíciles?
Conclusión
Testifique que el Señor nos bendecirá por tener valor para defender la verdad. Anime a los miembros de la clase a seguir el ejemplo de Daniel, Sadrac, Mesac, Abed-nego, Ester y Mardoqueo.
Otros conceptos didácticos
El siguiente material complementa las sugerencias para el desarrollo de la lección. Si lo desea, utilice uno o más de estos conceptos como parte de la lección.
1. Las bendiciones supremas del obedecer con valor
• ¿Qué tenían en común Daniel, Sadrac, Mesac, Abed-nego, Ester y Mardoqueo? (Todos tenían el valor de hacer lo correcto, aun cuando al hacerlo ponían la vida en peligro.) ¿Se han encontrado ustedes en la situación de tener que decidir si defender o no lo que saben que es correcto?
Testifique que el Señor nos bendecirá si nos esforzamos por cumplir los mandamientos; sin embargo, las bendiciones que se reciban no siempre serán evidentes de inmediato. Para ilustrar este concepto, si lo desea, hable con la clase de las pruebas que pasaron las personas en los casos siguientes:
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Sara no pudo tener un hijo hasta que tenía noventa años (Génesis 17:15–17; 21:1–2).
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José fue vendido por sus hermanos y más tarde lo pusieron en prisión por un delito que no había cometido (Génesis 37:27–28; 39:7–20).
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El Salvador fue traicionado por un amigo, enjuiciado ilegalmente y crucificado (Juan 18–19).
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A Nefi, sus hermanos lo golpearon y lo ataron con cuerdas (1 Nefi 3:28; 18:10–11).
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A Alma y a Amulek los obligaron a presenciar la destrucción de las mujeres y los niños que morían quemados por sus creencias (Alma 14:8–11).
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José Smith estuvo preso y sufrió la muerte de un mártir (D. y C. 135).
• ¿Por qué habrá permitido el Señor que esas personas pasaran tales pruebas? ¿Cómo les fue posible soportarlas? ¿Qué aprendemos del ejemplo que ellas nos dejaron?
2. La defensa de la verdad
Pida a miembros de la clase que dramaticen varias situaciones en las que tengan que defender lo que saben es correcto; piense en casos que se apliquen a los integrantes de la clase. A continuación se ofrecen algunas sugerencias:
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Un amigo hace un comentario despreciativo sobre alguien y quiere que ustedes hagan lo mismo.
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Alguien les propone escuchar música que ustedes saben que no es apropiada.
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Una persona los invita para ir a comer en un restaurante el domingo, después de la Iglesia.
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Les ofrecen una bebida alcohólica u otra substancia que la Palabra de Sabiduría prohíbe.