De amigo a amigo
¿Está Dios allí?
Tomado de una entrevista con Richard Romney.
Cuando tenía cinco años, mi familia viajó de Tonga a Nueva Zelanda para sellarse en el templo. Primero, navegamos de Tonga a Fiji. Los miembros de la Iglesia que viajaban con nosotros cantaron durante todo el trayecto. Entonces vino una tormenta, ¡las olas eran más grandes que el barco en el que estábamos! A medida que la tormenta aumentaba, nosotros cantábamos más fuerte hasta que finalmente volvió la calma.
Cuando llegamos a Fiji, sanos y salvos, tuvimos que tomar un autobús hacia el aeropuerto y luego viajamos en avión a Nueva Zelanda.
Cuando el avión aterrizó en Nueva Zelanda, tuvimos que viajar dos horas más en autobús. Era una mañana fresca con nubes bajas. Todos en el autobús iban hablando; ¡había mucho ruido! Entonces pudimos ver el templo a lo lejos y, de repente, el autobús entero se quedó en silencio. Todos fueron rápidamente hacia ese lado del autobús para poder ver el templo. ¡Pensé que el autobús se iba a volcar!
Papá me levantó delante de la ventana del autobús para que pudiera verlo bien. El templo parecía flotar en las nubes; parecía algo celestial.
Aunque todo esto pasó hace muchos años, hoy todavía puedo sentir ese mismo espíritu especial. Sabíamos que estábamos viendo la Casa de Dios, que antes solo habíamos podido ver en imágenes. Estábamos asombrados. Recuerdo que pensé: ¿Está Dios allí? Y entonces pensé: Esta es la Casa de Dios, claro que está. Tal vez no lo veamos en el templo, pero sabemos que allí podemos sentir Su Espíritu.
Viaje al templo
¡Sigue el laberinto para ayudar a la familia a llegar al templo!