2021
Una imagen de unidad
Abril de 2021


“Una imagen de unidad”, Para la Fortaleza de la Juventud, abril de 2021, págs. 6-8.

Ven, sígueme

Una imagen de unidad

Al igual que los puntos de colores en un lienzo, todos somos diferentes; pero es algo hermoso cuando todos estamos unidos en el reino de Dios.

Imagen
pintura puntillista

View of Crotoy [Panorama de Crotoy], por Georges Seurat

Cuando escuchas la palabra unidad, ¿en qué piensas? Tal vez en un coro que canta al unísono o en tu equipo deportivo favorito que participa juntos como una unidad. Puedes encontrar unidad en las familias, las comunidades, ¡aun en la naturaleza!

La unidad consiste en unirnos y trabajar en conjunto. Aunque provengamos de orígenes y culturas diferentes, y tengamos habilidades diferentes, el Padre Celestial desea que nos amemos unos a otros y “[seamos] uno” (Doctrina y Convenios 38:27); pero ¿cómo podemos ser uno cuando todos somos tan diferentes?

Unidad en el arte

Hablamos de unidad en la música y en los deportes, pero ¿sabías que también podemos aprender sobre la unidad en el arte? Hay un estilo de pintura llamado puntillista donde los artistas, en vez de mezclar los colores en una paleta y utilizar largas pinceladas, aplican pequeños puntos de colores en toda la superficie a fin de crear una imagen. Cuando te paras cerca de esas pinturas, todo lo que puedes ver son puntos de color individuales.

Sin embargo, cuando das un paso atrás, los puntos se mezclan para revelar una imagen.

Los puntos de color individuales se fusionan a fin de crear algo hermoso. Al igual que los puntos, todos somos personas únicas. El Padre Celestial mira la “imagen completa”. Él nos ve como Sus hijos e hijas, “herederos del reino de Dios” (4 Nefi 1:17). Si también aprendemos a dar un paso atrás y ver la imagen completa, podemos aprender la forma de amar y trabajar con las personas que son diferentes a nosotros. A continuación hay algunas cosas que podemos hacer para trabajar de manera unificada.

Recordar los convenios

El recordar nuestros convenios bautismales nos ayuda a trabajar de manera unificada con los demás. En Mosíah 18:10 leemos que parte de ser bautizados es acceder a servir a Dios y guardar Sus mandamientos. Una manera de hacerlo es “llevar las cargas los unos de los otros, […] llorar con los que lloran; sí, y […] consolar a los que necesitan de consuelo” (Mosíah 18:8–9).

Cuando le tendemos la mano a un amigo que está triste, ayudamos a nuestros padres con los quehaceres de la casa, o tendemos la mano a alguien que es nuevo en la escuela, estamos haciendo un esfuerzo por abrirles nuestro corazón y “entrelaza[r] [nuestros] corazones con unidad y amor el uno para con el otro” (Mosíah 18:21). ¿De qué otras formas puedes cumplir tu convenio bautismal de servir a Dios? Podrías incluso hacerte esta pregunta la próxima vez que tomes la Santa Cena. Al buscar otras maneras de fomentar la unidad con los demás, el Padre Celestial te ayudará.

Evita utilizar “-itas”

En el Libro de Mormón, la gente utilizaba nombres como una forma para dividirse o separarse. Se llamaban a sí mismos nefitas, lamanitas, zoramitas y amalekitas—entre otros. Algunas veces incluso tenían marcas especiales para distinguir físicamente al grupo que pertenecían (véase Alma 3:4). Eran muy felices cuando no tenían ninguna clase de “-itas” (véase 4 Nefi 1:16–17).

Piensa en tu trabajo, escuela o vecindario. Tal vez no designemos a las personas como “nefitas” o “zoramitas”, pero ¿puedes pensar en otras descripciones que las personas podrían utilizar? Algunas personas en el mundo tratan de separarnos basándose en cosas como habilidades físicas, el color de nuestra piel o incluso por la cantidad de dinero que tenemos. Jesucristo no nos enseñó a actuar de esa manera. Él nos enseñó a “[amar] a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31). Para ser más semejante a Jesucristo, evita términos o apodos que nos dividen.

Ejercita la humildad

Parte de la unidad es “aprender a [alegrarte] por el éxito de [tus] hermanos y amigos […].Todos debemos esforzarnos por llegar a ser más humildes”1. Algunas veces esto puede ser difícil. Tal vez tu mejor amigo logró ingresar en el equipo pero tú no, o tu hermano obtuvo una mejor calificación en la escuela que tú. Podríamos sentirnos tristes o heridos al ver a alguien obtener éxito. Aunque sea difícil, ¡trata de celebrar con ellos! Todos tenemos dones y talentos maravillosos, y nuestro Padre Celestial desea que cada uno de nosotros busque y desarrolle buenos dones.

Las diferencias puede ser buenas

Algunas veces tendemos a relacionarnos solo con aquellos que lucen, hablan o piensan como nosotros; pero Jesucristo siempre se esforzó por relacionarse con aquellos a quienes se les consideraba diferentes. Las diferencias pueden ser buenas y ¡son necesarias!

Imagen
jóvenes diversos

Fotografía de Getty Images

El presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, ha dicho: “Aun las diferencias se pueden ver como oportunidades. Dios nos ayudará a ver alguna diferencia en otra persona no como motivo de irritación sino como una contribución”2. No todos pueden jugar la misma posición en un equipo deportivo o cantar la misma parte en un coro. El mundo sería aburrido si todas las flores fueran del mismo color o si todos los árboles se vieran iguales. Las diferencias pueden hacer un mundo mejor y pueden ayudarnos a ser uno.

“Ser uno”

A medida que te esfuerzas por edificar la unidad con otras personas, podrías ver que no somos tan diferentes los unos de los otros como pensamos. A medida que aprendemos a vernos unos a otros como el Padre Celestial nos ve, llegaremos a comprender que todas las personas son necesarias y pertenecen al reino de Dios. Cada uno de nosotros es un maravilloso punto de color en un hermoso mural. Y seamos realistas, no sería lo mismo sin ti.

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