La situación de la Iglesia
“Y más importante aun, ha aumentado la fe y la fidelidad de los miembros de la Iglesia. Me agrada lo que veo; las cosas van mejorando constantemente”.
Esta noche me siento sumamente orgulloso de mis hermanos de las Autoridades Generales. He sentido un gran orgullo por ellos en las dos sesiones realizadas en el día de hoy. Hemos recibido mensajes realmente extraordinarios al escuchar a estos hermanos que han dedicado su vida al servicio del Señor. Me estremezco ante la responsabilidad de dirigir la palabra a esta magnifica congregación de poseedores del sacerdocio, mas de cien mil fieles en todo el mundo que están escuchando, por lo que pido al Espíritu Santo que me guíe.
Todo hombre y jovencito presente pertenece a uno de sus quórumes. ¡Es maravilloso ser parte de una organización tan importante, ocupar un lugar que brinda seguridad y amistad, en el mas sano ambiente.
En octubre de 1985, en la reunión del sacerdocio, di un informe sobre’ la Iglesia, haciendo una serie de preguntas y contestándolas. No hace mucho, hice algo similar en una conferencia regional, y voy a hacer algo parecido esta noche.
Me complace que el informe que he de dar sea alentador y edificante. He tratado de que sea fidedigno en todo sentido, porque se que tengo una gran responsabilidad ante vosotros, mis hermanos del sacerdocio, así como ante el Señor, cuya Iglesia es esta.
Por eso haré algunas preguntas y trataré de contestarlas en la forma mas veraz y franca posible.
La primera pregunta que me hacen en todas partes es: ¿Cómo esta el presidente Benson?
Me complace informar que esta bastante bien para su edad. El tiene ya 91 años, ha tenido una vida muy activa, llena de grandes responsabilidades, que lógicamente van acompañadas de grandes preocupaciones, y es por ello que no en vano le pesan los años. Se levanta y se viste todos los días, y a veces asiste a nuestras reuniones. Es un placer contar con su presencia. El es el Profeta del Señor, llamado por la voluntad de nuestro Padre Celestial para lograr Sus propósitos eternos. Tiene grandes limitaciones, como es de esperar, pero os aseguro que no hay nada que sea de grandes consecuencias que se haga sin su conocimiento y consentimiento. Soy su consejero, al igual que el
presidente Monson, y tenemos la responsabilidad de ver que la obra siga adelante. Creo que sabemos las limitaciones de nuestro llamamiento y tratamos de mantenernos dentro de sus limites. Con vosotros cantamos: “Pedimos hoy por ti” (Himnos de Sión, 161) .
Pregunta numero 2: ¿Cómo marcha la Iglesia?
Muy bien. Estamos lejos de la perfección por la cual nos esforzamos, pero estamos tratando y vamos progresando mucho. Estamos creciendo en forma constante y notable. En el almanaque del año 1991 (1991 World Book Yearbook), dice que en la actualidad, hay sólo seis religiones mas numerosas que la nuestra en los Estados Unidos.
Y mas importante aun, ha aumentado la fe y la fidelidad de los miembros de la Iglesia. Me agrada lo que veo; las cosas van mejorando constantemente. Tenemos barrios y estacas donde la asistencia a la reunión sacramental es de un 60, 70 y hasta de un 80 por ciento. No creo que esto se pueda comparar dentro de ninguna de las otras grandes organizaciones que conozco. He servido a nivel de estaca y de Autoridad General en la Iglesia por mas de medio siglo, y estoy seguro de que nunca, durante ese período, ha habido en la Iglesia un porcentaje mayor de personas totalmente dedicadas a cumplir con sus responsabilidades. Creo que este es uno de los grandes acontecimientos de todos los tiempos. Pero el mérito no es nuestro, sino del Señor, porque esta es Su obra, y nos regocijamos con El en todo lo que se ha logrado.
Pregunta numero 3: ¿Cómo marcha la obra misional?
La obra continua expandiéndose. Ha requerido un tremendo esfuerzo el cumplir con el mandamiento del Señor, mandamiento que estamos procurando cumplir con fidelidad. A fin de año había 43.651 misioneros regulares en todo el mundo. Ahora tenemos un total de 256 misiones, 28 de las cuales se organizaron en
1990, y esperamos en 1991 formar l 2 misiones mas. Pensamos que es imperativo agrandar considerablemente el Centro de Capacitación Misional en Provo, Utah.
Pregunta numero 4: ¿Podremos construir suficientes edificios para albergar a todos los miembros de la Iglesia?
Aproximadamente 330.000 conversos se bautizaron en 1990, numero suficiente para organizar 110 estacas nuevas en Sión, con 3.000 miembros cada una. Sólo en 1990 hubo mas conversos a la Iglesia que todos los miembros que actualmente residen en el estado de Arizona o en el de Idaho. Como es de esperar, constantemente nos enfrentamos a la apremiante necesidad de nuevos edificios.
En 1990 se dedicaron 520 capillas nuevas, y es interesante notar que 330 de las 520 se construyeron fuera de los Estados Unidos y Canadá. Todo eso indica el notable y maravilloso progreso de la Iglesia en muchas naciones de la tierra. Para mi es un constante milagro poder construir nuevos edificios para absorber ese crecimiento.
Pregunta número 5: ¿Y la obra del templo y de Historia Familiar?
Esta avanzando a pasos agigantados . Se esta poniendo en practica un programa computarizado que permitirá que se preparen registros familiares exactos. El beneficio de la resurrección del Salvador llega a todo hombre, mujer y niño sobre la faz de la tierra. La exaltación de los hijos de nuestro Padre depende de que se hagan las ordenanzas requeridas, si es que todos vamos a avanzar por la senda que conduce a la inmortalidad y la vida eterna. La determinación de adquirir datos exactos y la de hacer la obra en el templo es importantísima en esta gran empresa que el Señor ha puesto sobre nuestros hombros.
En l 990 se completó y se dedicó el Templo de Toronto. Actualmente se esta construyendo el Templo de San Diego. Tenemos 44 templos en funcionamiento en la Iglesia, tres de los cuales, el de Alberta, de Suiza y de Londres, se es tan remodelando, después de muchos años de uso intensivo. Se espera que el de Alberta se vuelva a dedicar en junio.
Hemos anunciado la construcción de templos en Ecuador; Colombia; Orlando, Florida; Bountiful, Utah; y Saint Louis, Misuri. Se esta haciendo la obra de arquitectura y se espera que se construyan mas templos, aun cuando esta noche no voy a anunciar en dónde.
Pregunta numero 6: ¿Y el sistema educativo de la Iglesia?
Tenemos en la actualidad 403.000 alumnos de seminario e instituto en todo el mundo. Además, en las universidades y escuelas de la Iglesia hay registrados 46.500 alumnos. Esta es una empresa enorme y costosa, pero a la vez de mucho beneficio para los alumnos en lo que respecta a la riqueza espiritual, la fortaleza moral para resistir el mal que nos rodea y un vasto aumento en el conocimiento del evangelio.
Pregunta numero 7: ¿Que hay de nuevo en el programa de bienestar?
El presidente Monson habló del programa de bienestar, y me gustaría agregar que los principios en los que se basa tienen tantos años como el evangelio. Es una expresión de la Regla de Oro: “… todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos” (Mateo 7:12).
El cuidado de los pobres esta en manos de los obispos, quienes son los que están mas en contacto con los miembros y mas al tanto de sus necesidades. Como es sabido, los fondos para proporcionar esa ayuda provienen de un programa sencillo y divinamente inspirado. Es lo que llamamos día de ayuno y ofrendas de ayuno. Los millones de dólares que se necesitan para ese propósito realmente no cuestan nada a nadie, ya que no es un sacrificio para nadie abstenerse de dos comidas al mes y donar al obispo el costo equivalente, y aun mas, para el cuidado de los necesitados.
Imaginaos lo que sucedería si se observara el principio del ayuno y las ofrendas en todo el mundo. El hambriento tendría comida, el desnudo ropas, los vagabundos un hogar; los impuestos que pagamos disminuirían. El dador no sufriría, sino que seria bendecido por esa ínfima abstinencia. Un nuevo nivel de preocupación y de generosidad nacería en el corazón de todos. ¿Puede alguien dudar de la sabiduría divina que creó este programa que bendice tanto a los miembros de la Iglesia como a muchos de los que no lo son?
Pregunta número 8: ¿Que resultado ha tenido el programa de asignación de presupuesto?
Como ya sabréis, durante el ultimo año hemos tenido un programa en el que todos los gastos de operación de estacas y barrios de los Estados Unidos y Canadá, incluso los de construcción y mantenimiento de edificios, así como también los gastos de actividades, se han pagado con el fondo de los diezmos de la Iglesia.
Como podréis notar, esto ha constituido una suma considerable que se ha extraído del fondo de diezmos. Después de un año de prueba, hemos recibido muchos comentarios positivos. Os leeré parte de una carta que un presidente de estaca envió recientemente a una Autoridad General:
“A comienzos de 1990 se comenzó con el programa de asignación de presupuesto, el cual, en general, tuvo mucha aceptación entre los miembros de nuestra estaca, aunque no faltaron quienes lo criticaron. Durante el año hicimos hincapié en respetar el aporte económico de los miembros, así como su tiempo y energías. Además, tratamos de concentrar nuestros esfuerzos en actividades que motivaran la enseñanza y el hermanamiento de los miembros …
“Al terminar el año 1990, la presidencia de estaca, obispos y miembros del sumo consejo nos dimos cuenta de la naturaleza profética del nuevo programa de asignación de presupuesto. Cuando analizamos las estadísticas, vimos que ese año sólo habíamos gastado el 70 por ciento de los fondos asignados.
“Nuestra estaca enviara los siguientes fondos:
-
Aproximadamente veinte mil dólares de exceso de los fondos del presupuesto anual para 1990.
-
Trece mil para el fondo misional general de la Iglesia”.
Y menciona otros fondos que nos van a enviar.
Esa es una carta característica de muchos presidentes de estaca que han devuelto el dinero sobrante a los fondos de la Iglesia.
Estamos deseosos de extender este programa de asignación de presupuesto a la Iglesia en todo el mundo.
Pregunta número 9: ¿Como se maneja la economía de la Iglesia?
El manejo de las finanzas de la Iglesia, tanto de los ingresos como de los gastos, se basa en las secciones 119 y 120 de Doctrina y Convenios. Con la excepción de las ofrendas de ayuno y del fondo misional, las siguientes dos declaraciones que se encuentran en estas dos breves revelaciones constituyen la ley financiera del Señor y el programa de administración de los asuntos financieros de la Iglesia.
La sección 119 especifica que todos los miembros “pagaran la décima parte de todo su interés anualmente; y esta les será por ley fija perpetuamente … dice el Señor” (D. y C. 119:4) .
Luego, concerniente al uso del fondo de los diezmos, el Señor dice “De cierto, así dice el Señor, ha llegado el tiempo de que disponga de ellos un consejo integrado por la Primera Presidencia de mi Iglesia, por el obispo y su consejo, y por mi sumo consejo, así como por mi propia voz dirigida a ellos, dice el Señor” (D. y C. 120).
Esos dieciocho hombres, o sea, la Primera Presidencia, el Consejo de los Doce y el Obispado Presidente, constituyen el Consejo de la Disposición de Diezmos. El Comité de Presupuesto y el Comité de Apropiaciones son lo que podríamos llamar los comités ejecutivos. Los gastos de todos los fondos de la Iglesia están bajo el control de esos comités.
Con respecto a las finanzas de la Iglesia, seguimos dos principios básicos y fijos: Uno, que la Iglesia no gaste mas de lo que reciba, y dos, que se aparte un porcentaje fijo de los ingresos para tener ciertas reservas, a fin de estar preparados para épocas difíciles.
Durante años la Iglesia ha enseñado a sus miembros el principio de almacenar alimentos y ahorrar dinero para casos de emergencia. Hemos tratado de aplicar el mismo principio a la Iglesia, como institución.
Muchos recordamos claramente los difíciles años de la depresión de la década de 1930 en los Estados Unidos. Esperamos no volver a ver algo así, pero sabemos que puede repetirse. Conocemos la historia del sueno de las vacas gordas y las vacas flacas que tuvo el faraón, y las siete espigas llenas y las siete espigas menudas (véase Génesis 41).
Cuán agradecido estoy de poder decir al sacerdocio que la Iglesia no tiene deudas en sus funciones eclesiásticas. No se debe ni un solo centavo por la construcción de ningún templo ni de ningún centro de reuniones, ni tampoco por la de locales de seminario e instituto ni de bienestar, ni edificios ni propiedades que se use n para fines eclesiásticos de la Iglesia.
Pregunta numero 10: ¿Es la Iglesia una organización rica, como muchos dicen?
La Iglesia tiene los bienes necesarios para poner en marcha sus programas, estos bienes consisten mayormente en edificios. Esos bienes raíces son los edificios de los barrios y centros de estacas, de las escuelas y seminarios, las universidades y los institutos, y los proyectos de bienestar; son las casas de las misiones y los centros de capacitación para misioneros, los templos y archivos de Historia Familiar, así como otros directamente relacionados con nuestra misión. Pero debemos tener presente que todo eso requiere dinero y bienes que no producen dinero. Es caro construirlos y mantenerlos; no dan ganancias materiales pero son de mucho beneficio para convertir y fortalecer a los santos.
Tenemos algunos negocios que nos dan ganancias, pero estas no serían suficientes para mantener la Iglesia durante mucho tiempo. El diezmo es la ley de finanzas del Señor. No hay otra como ella. Es un principio dado con promesa por el Señor mismo, para bendición de Sus hijos.
Tal como lo he dicho anteriormente, en realidad, la única riqueza de la Iglesia es la fe de sus miembros.
Pregunta número 11: ¿Porque’ participa la Iglesia en empresas comerciales ?
Básicamente, los negocios que tiene la Iglesia provienen del tiempo de los pioneros, cuando la Iglesia estaba totalmente aislada en el Oeste de los Estados Unidos. Cuando no hubo mas necesidad de ellos, se disolvieron, y los que quedan son muy pocos.
Repito: todos los ingresos de esos negocios son relativamente bajos y con ellos la Iglesia no se mantendría durante mucho tiempo. Agrego, además, que esos negocios pagan los impuestos correspondientes, de acuerdo con las leyes bajo las cuales funcionan.
Pregunta numero 12: ¿Posee la Iglesia muchas granjas?
Si, posee algunas. Como sabréis, tenemos granjas que proporcionan alimentos para los necesitados y que funcionan estrictamente con fines caritativos. Por lo tanto, están exentas del pago de impuestos.
Pero también tenemos granjas comerciales. Ya hable anteriormente de las reservas de la Iglesia. Una administración apropiada requiere que el dinero se invierta. Por eso, hemos comprado y conservamos algunos bienes y granjas con fines de lucro, las que operan bajo una buena administración y producen ganancias. Hemos pensado que buenas granjas, con el tiempo, representan una inversión segura donde se pueden preservar y aumentar los bienes de la Iglesia y proporcionar a la vez una fuente de recursos para producir alimentos en épocas difíciles.
Repito que todos estos establecimientos comerciales están sujetos a los impuestos de los gobiernos del lugar donde se encuentran. No solo se pagan los impuestos a la propiedad, sino también los impuestos por las ganancias que dejan. Esa es la forma en que se actúa con todos los negocios comerciales de la Iglesia.
Pregunta numero 13, la ultima, que los jóvenes nos hacen con frecuencia: ¿Que futuro tiene la Iglesia?
La responsabilidad que tiene la Iglesia es enorme. Cuando el Señor todavía estaba en la tierra dijo: “Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24: 14) .
Además, la obra de la Iglesia se relaciona con el bienestar eterno de todas las generaciones que han vivido sobre la tierra.
No hay ninguna otra organización, a mi juicio, que tenga que cumplir tan grande tarea, y estoy seguro de que la cumplirán los jóvenes de esta generación y las generaciones venideras. A nuestros jóvenes os digo: La responsabilidad que tenéis es realmente grande, y es verdaderamente increíble la oportunidad que se os presenta.
Confío en que seréis parte de un hermoso ejemplo de progreso y de vitalidad que será maravilloso observar y que causara asombro al participar de el.
Tal como dijo el profeta José Smith: “Nadie puede impedir que esta obra progrese”.
Hay muchas personas inteligentes y astutas que tratan de frustrar y destruir la Iglesia, pero fracasaran.
Y así, a los hombres jóvenes que estáis aquí esta noche, os doy el cometido de que os conservéis limpios y dignos, y que crezcáis en conocimiento y en sabiduría para que vuestra participación futura en esta gran obra del Señor sea buena y haga progresar al Reino de Dios sobre la tierra.
Siento agradecimiento por cada uno de vosotros, mis hermanos del sacerdocio; por las mujeres maravillosas y fieles de la Iglesia, vuestras esposas, madres y hermanas, que forman ese grupo notable de mujeres que marchan junto a nosotros con fe y fidelidad, como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Oramos por vosotros constantemente y os agradecemos vuestras oraciones y la confianza que depositáis en nosotros. Rogamos siempre al Señor que seamos leales y fieles a la sagrada y gran responsabilidad que se nos ha dado.
Que el Señor mire con complacencia a cada uno de vosotros; que todos sintáis gratitud por Sus bendiciones y os esforcéis constantemente por andar dignamente delante de El, es mi humilde oración en el nombre de Jesucristo. Amén.