2002
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mayo de 2002


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El Compartir El Evangelio Con la Familia

Me conmovió el relato “El compartir el Evangelio con papá” del ejemplar de febrero de 2001 de la revista Liahona. Los ojos se me llenaron de lágrimas al leerlo, probablemente debido a que el padre del autor se bautizó y porque yo pensé en lo que sucedería si mis padres aceptaran las cosas que nuestro Padre Celestial ha preparado para nosotros y se bautizaran. Mi esposa y yo oramos para que los miembros de nuestras respectivas familias hallen el camino que conduce a la verdad.

Juan Carlos Ñaupari Aguirre, Rama Valencia 1, Distrito Valencia, España

Un Testimonio Cada Vez Mayor

Cuando me bauticé, quería tener un fuerte testimonio al igual que otros miembros de la Iglesia. Ayuné y oré hasta que obtuve un pequeño testimonio; pero aún así me sentía un poco triste. Entonces leí “Un testimonio cada vez mayor”, del presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, en la revista Liahona de enero de 2001. El presidente Faust decía que nuestro testimonio seguirá creciendo, y yo sé que es verdad, pues mi testimonio se fortalece cada día que pasa y me siento feliz y agradecido por ser Santo de los Últimos Días y por tener un testimonio cada vez mayor.

Gilberto Cordero Castro, Rama Coronado, Estaca Toyopán, San José, Costa Rica

Lectura Placentera de la Revista Liahona

Nací padeciendo dislexia, pero quiero decir que la lectura de la revista Liahona me resulta placentera y que soy capaz de leer gran parte de la misma de una sentada. Cuando hoy leía la revista Liahona (en sueco), recibí respuestas a muchas preguntas en las que había estado reflexionando.

Erik Mattsson, Rama Örebro, Estaca Estocolmo, Suecia

El Consejo de Un Profeta

Me alegró recibir el ejemplar de abril de 2001 de la revista Liahona. Me siento agradecido por el artículo “El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, del presidente Gordon B. Hinckley, pues algunos de mis amigos llevan muchos pendientes (aretes) en las orejas y en las cejas. “¿Puedo llevarlos yo?”, pregunté a mi presidente de rama, a lo que él me respondió mostrándome 1 Corintios 3:16–17 y el artículo del presidente Hinckley.

Verdaderamente, nuestros líderes nos aman y sus palabras en las revistas de la Iglesia son de gran beneficio para los jóvenes. Sé que nuestro Padre Celestial envía a personas para evitar que seamos engañados.

Benny Jesús Doria Martínez, Rama Lorica, Distrito Montería, Colombia