Tiempo para compartir
El Maestro prestó servicio
“Cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios” (Mosíah 2:17).
A Jesús le encantaba prestar servicio a los demás, y fue el ejemplo perfecto de servicio. Él dijo: “Yo estoy entre vosotros como el que sirve” (Lucas 22:27). Él sabía que había venido a la tierra a servir a los demás, no a que se le sirviera. ¿Te parece raro que el Maestro sirviera a los demás? Las palabras maestro y siervo son contrarias. Quizá te sorprenda la idea de que los mejores maestros son los que prestan servicio.
Durante su vida terrenal, Jesús sirvió a los pobres, enseñó el Evangelio, alimentó a multitudes de personas hambrientas, lavó los pies de sus discípulos, sanó a los enfermos e incluso levantó a los muertos.
Jesús enseñó la importancia del servicio. Cuando venga a la tierra de nuevo, dirá a los justos: “Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí” (Mateo 25:35–36).
Jesús dijo que los justos no recordarán haber hecho ninguna de esas cosas por Él. Entonces Él les dirá: “En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Cuando nos servimos los unos a los otros, también le estamos sirviendo a Él.
Tú puedes servir al Señor si prestas servicio a los que te rodean. Para hacerlo, no se requieren grandes obras. Una sonrisa puede alegrarle el corazón a un amigo. Decir una palabra amable, ayudar a un hermano o a una hermana, obedecer a los padres, todas éstas son maneras de servir. Cuando prestamos servicio de todo corazón, llegamos a ser más como Cristo y crece nuestra fe.
Actividad
Pega la página A4 en cartulina gruesa y córtala en nueve trozos. Haz agujeros donde se indica. Utilizando hilo o un cordel, haz un lazo en el agujero situado arriba de la imagen del Salvador. Utiliza otro cordel para conectar la parte inferior de la imagen del Salvador a las Escrituras. Con siete cordeles más, conecta cada imagen de actos de servicio a la parte inferior de la imagen de arriba. Cuelga el móvil en un lugar visible para que te recuerde que al prestar servicio a los demás, también estás sirviendo a Jesucristo.
Ideas para el tiempo para compartir
-
1. Cuente el relato de cuando se le rompió el arco a Nefi (véase 1 Nefi 16:18–32). Para ello, dibuje en la pizarra una aljaba con flechas o hágalas de papel. En cada flecha, escriba una pregunta; por ejemplo, escriba “¿A quién le pidió Nefi guía para saber dónde debía cazar?”, (a su padre, Lehi) y “¿Qué hizo con la comida que encontró?”, (la compartió con su familia). En cada flecha, escriba una palabra que esté relacionada con la pregunta, como obediencia o compartir. Una vez que se contesten todas las preguntas, señale cada flecha y pida a los niños que comparen la cualidad escrita en la flecha con su propia familia. Pídales que den ejemplos específicos, como: “Podría ayudar a papá a hacer la comida”. Comparta una experiencia que ilustre las bendiciones que ha recibido mediante el servicio de un miembro de su familia.
-
2. Entre en el cuarto con un delantal puesto y llevando una bandeja cubierta con una servilleta. Diga a los niños que desea servirles y pídales que busquen Gálatas 5:13–14. Ayúdeles a subrayar “Servíos por amor los unos a los otros” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. En la bandeja, tenga varias referencias de las Escrituras, láminas en las que se represente el dar servicio o citas de relatos que les contará. Podría llevar vasitos con una referencia de las Escrituras pegada por fuera; colocar encima de un plato una lámina que ilustre el dar servicio, o pegar citas en los cubiertos. Cuando los niños hayan seleccionado un artículo y lo hayan mirado o leído, pídales que compartan lo que aprendieron. Cuénteles experiencias relacionadas con el acto de prestar servicio; podría compartir relatos de la revista Liahona.