2008
Elaine S. Dalton
Mayo de 2008


Elaine S. Dalton

Presidenta General de las Mujeres Jóvenes

Elaine S. Dalton

De niña, a Elaine Schwartz Dalton le encantaba bailar; pero como madre de seis niños, se dio cuenta de que bailar no era práctico, así que comenzó a correr para disfrutar de algún tipo de ejercicio todos los días. Al principio, corría diez pasos y caminaba diez pasos, hasta que llegó a correr una milla; desde esos comienzos modestos, ha participado en 18 maratones.

“Correr me da tiempo para aquietar mi mente y contemplar la vida”, dice la hermana Dalton. Es una hora en la que ella puede meditar acerca de las Escrituras que acaba de leer.

La hermana Dalton nació en Ogden, Utah, E.U.A., el 1 de noviembre de 1946; es hija de Melvin Leo Schwartz y Emma Martin Schwartz. Se casó con Stephen Eugene Dalton el 13 de septiembre de 1968, en el Templo de Salt Lake. Obtuvo una licenciatura en Inglés de la Universidad Brigham Young. Ha servido en la mesa general de las Mujeres Jóvenes y como primera y segunda consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes. También sirvió como presidenta de las Mujeres Jóvenes de estaca, asesora de las Laureles, asesora de una Sociedad de Socorro de jóvenes adultas solteras y como maestra de la Sociedad de Socorro.

En calidad de nueva presidenta general de las Mujeres Jóvenes, la hermana Dalton dice: “Mi mensaje fundamental a las mujeres jóvenes de la Iglesia es el mismo que escuchan de sus padres cada vez que salen por la puerta de su casa: ‘Recuerden quiénes son’”.

Ella espera ayudar a las jovencitas a comprender que son hijas de su Padre Celestial y que Él las ama. “Repiten eso todas las semanas en el lema de las Mujeres Jóvenes, pero a muchas de ellas no les ha llegado al corazón”, dice la hermana Dalton. “Una vez que la jovencita comprende que es una hija de Dios, eso define todas las otras relaciones que tienen”.

Ella las alienta a ser puras. “Una de las obras más importantes que se ha reservado para que ellas hagan es la obra del templo”, dice. “Con razón Satanás trata enfurecidamente de distraer a las jovencitas para que no sean dignas. Sean puras; en una vida pura, hay poder”.