Las cosas mejorarán
“El Señor los fortaleció de modo que pudieron soportar sus cargas con facilidad” (Mosíah 24:15).
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Era el primer día de Elliott en una escuela nueva y estaba nervioso.
Mamá, voy a extrañar a mis viejos amigos.
Lo sé, pero podrás hacer nuevos amigos.
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Una vez que llegó a la escuela, Elliott se sentó en su nuevo salón de clases. Muchos de los niños ya se conocían y estaban charlando y riéndose. Elliott se quedó sentado muy calladito.
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En el recreo, Elliott no encontraba a nadie con quien jugar y no sabía a quién preguntarle. Algunos niños que se encontraban en el patio le dijeron cosas feas y Elliott no estaba feliz.
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Elliott regresó a casa de la escuela sintiéndose triste.
¿Qué sucede?
Tuve un día difícil en la escuela. Dijiste que haría nuevos amigos, pero no fue así. Algunos niños se portaron mal conmigo y yo ni siquiera les había hecho nada.
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Lamento que hayas tenido un mal día. Si lo sigues intentando, las cosas mejorarán. Quizá deberíamos orar acerca de esto. ¿Qué te parece?
Está bien. En serio quiero pasarla bien en la escuela.
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Día tras día, Elliott oraba pidiendo ayuda para que le fuera bien en la escuela. Algunos días eran un poco difíciles, pero de a poco empezó a encontrar amigos con quienes jugar.
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Elliott siguió orando para pedir ayuda. Después de algunas semanas, Elliott ya jugaba todos los días con amigos nuevos. Aunque algunos niños no siempre eran amables, él ya no se molestaba tanto. Elliott sabía que nuestro Padre Celestial lo bendecía para que fuera feliz en su nueva escuela.