Ideas para la noche de hogar
Varios artículos de este ejemplar tratan el tema de la obra misional. Contemple la posibilidad de usar la noche de hogar para crear un plan misional familiar que incluya metas que ayuden a la familia a compartir el Evangelio. También podrían hablar acerca de discursos de conferencias recientes acerca de la obra misional (véase Thomas S. Monson, “La preparación trae bendiciones”, Liahona, mayo de 2010, pág. 64; Ronald A. Rasband, “El llamamiento divino de un misionero”, Liahona, mayo de 2010, pág. 51).
“Mi propio Libro de Mormón”, página 6: Tras leer esta historia, considere la posibilidad de invitar a los integrantes de la familia a colocar sus nombres en un pasaje preferido de las Escrituras a fin de mostrar que ellos pueden ser como los hombres y las mujeres justos de las Escrituras. Por ejemplo: “Yo, [nombre del integrante de la familia], dije a mi padre: Iré y haré lo que el Señor ha mandado…” (1 Nefi 3:7).
“Invitemos a Cristo a nuestro hogar”, página 14: Después de leer este artículo como familia, quizá deseen ponerse la meta de aprender de memoria “El Cristo Viviente” y juntar imágenes del Salvador para ayudar a los integrantes de la familia a “recordarle siempre” (Moroni 4:3).
Sencilla pero profunda
No hace mucho, nuestra familia se mudó de Corea a los Estados Unidos. Todo era muy agitado cuando nos estábamos estableciendo. El primer lunes en el nuevo país, tuvimos una noche de hogar sencilla. Dado que el único recurso con que contábamos era un juego de Escrituras, leímos en 3 Nefi acerca de la ocasión en que Cristo se les apareció a los nefitas. Sentimos que, a pesar de que nos encontrábamos en una situación, un lugar y un país completamente nuevos, el Señor se preocupaba por nosotros, como lo había hecho por los nefitas.
En familia, nos arrodillamos en un círculo y oramos. Aunque estábamos exhaustos por la mudanza, experimentamos un profundo sentimiento de consuelo, dado que sabíamos que siempre podríamos contar unos con otros y con el Padre Celestial y el Salvador. Sabíamos que todo saldría bien. Y así ha sido.
Yun Jung Nam, Texas, EE. UU.