El Coro del Tabernáculo celebra aniversario de primarias grabaciones
Este mes se cumple un siglo de la primera grabación del órgano y del Coro del Tabernáculo Mormón en el Tabernáculo de la Manzana del Templo. Para celebrar el aniversario, el coro lanzó un juego de tres discos: 100: Celebrating a Century of Recording Excellence [100: Celebración de un siglo de excelencia en grabaciones], el cual contiene selecciones de música grabada durante su historia de cien años.
En la actualidad, muchos estarían de acuerdo con las palabras del afamado director Eugene Ormandy: “El Coro del Tabernáculo Mormón es el coro más grandioso del mundo”1. Pero durante sus primeras décadas, después de haberse formado a mediados del siglo XIX, el Coro del Tabernáculo permaneció casi en el anonimato, ya que pocas personas en el mundo habían escuchado alguna de sus presentaciones. Luego, en 1909, treinta y dos años después de la invención del fonógrafo, la compañía Columbia Phonograph aceptó realizar el intento de capturar el majestuoso sonido del coro y el órgano. No sería una tarea sencilla debido a las limitaciones de la tecnología de la época, la cual funcionaba bastante bien para solistas, pero, por lo general, no lograba producir grabaciones de buena calidad de grupos grandes2.
Durante tres días, a fines de agosto y principios de septiembre de 1910, Alexander Hausmann, el ingeniero de sonido que supervisaba la operación, colgó dos largos cuernos de grabación “de una cuerda que iba de una galería a otra; uno de los dos cuernos con forma parecida a una campana grababa a las sopranos y contraltos, y el otro, a los tenores y bajos”3.
El periódico Salt Lake Herald informó que el señor Hausmann realizó veinticinco grabaciones: doce piezas del coro; diez del organista del Tabernáculo, John J. McClellan; dos del hermano McClellan con el violinista Willard E. Weihe; y una del ex organista del Tabernáculo Joseph J. Daynes, padre4.
Si bien no se sabe cuántos discos terminados se vendieron ni cuánto alcance tuvo la distribución, la respuesta del público fue positiva. J. A. Vernon, un misionero que se encontraba sirviendo en Larned, Kansas, EE. UU., informó en una carta impresa en la revista Improvement Era de febrero de 1911: “Hace poco recibimos algunas grabaciones en fonógrafo que contienen canciones y solos del órgano y el Coro del Tabernáculo. Al escuchar su música, la gente siente curiosidad, lo cual nos da muchas oportunidades de explicar los principios del Evangelio”5.
Desde aquellas primeras sesiones de grabación rudimentarias que tuvieron lugar en 1910, el Coro del Tabernáculo ha sacado más de 175 álbumes, entre los cuales se encuentran dos que han vendido más de un millón de copias cada uno. Una de las grabaciones del coro recibió un premio Grammy de EE. UU. en 1959 y otro álbum obtuvo dos nominaciones a los Grammy en 2007. Sin embargo, aun más importante que los premios y los honores es el efecto que la música del coro tiene en las personas que lo escuchan. Si bien la tecnología ha cambiado drásticamente durante el último siglo, la música grabada del coro sigue emocionando e inspirando, tal como lo hizo en 1910.