La cuenta regresiva para la conferencia general
Para prepararte para la conferencia general, corta las tiras de abajo, pega los extremos y forma una cadena. Cada día, durante las dos semanas anteriores a la conferencia, quita un eslabón de la cadena y haz lo que dice en la tira. Cuanto más corta se haga la cadena, ¡más cerca está la conferencia!
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Lee en cuanto a la Liahona de Lehi (véase 1 Nefi 16:10, 28, 29 y Alma 37:38–40). ¿En qué se asemejan las palabras de los profetas a una Liahona para las familias de hoy en día?
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Busca fotografías del profeta y de los apóstoles en el ejemplar de mayo o noviembre de la revista Liahona o en lds.org/church/leaders y aprende sus nombres.
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Imagínate que se te ha pedido dar un discurso en la Primaria sobre los profetas. ¿Qué dirías?
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Canta el himno “Te damos, Señor, nuestras gracias”, (Himnos, Nº 10).
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¿De qué tema del Evangelio te gustaría aprender más durante la conferencia? Haz una lista de palabras para ver si las escuchas durante la conferencia.
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Ora pidiendo ayuda para concentrarte y sentir el Espíritu durante la conferencia. También puedes orar por los líderes de la Iglesia que hablarán.
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Dile a tus padres o a los miembros de la familia por qué tienes deseos de que llegue la conferencia.
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Lee sobre cuando el rey Benjamín le habló a su pueblo (véase Mosíah 2:1, 5, 9, 41). ¿En qué se parece esa reunión a la conferencia general?
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Haz un dibujo de tu profeta preferido de las Escrituras.
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Haz un libro o cuaderno en el que puedas tomar notas o hacer dibujos sobre lo que trataron los discursos de la conferencia. Puedes encontrar un cuaderno para la conferencia que se puede imprimir en lds.org/general-conference/children.
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Canta la canción “Sigue al Profeta”, (Canciones para los niños, pág. 58).
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Lee sobre los nefitas justos en 4 Nefi 1:12–13, 16. ¿Qué hacían cuando se reunían?
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Lee el relato “Amigo Misionero” que aparece en la página 60 de este ejemplar.
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Habla acerca de esta enseñanza del élder M. Russell Ballard: “Si escuchan al profeta y a los apóstoles vivientes y obedecen nuestro consejo, no se desviarán del camino” (Véase “Se dirigen a nosotros”, Liahona, julio de 2001, pág. 116).