Atalayas en la torre
Atalayas
Los atalayas eran centinelas apostados en un muro o en una torre con el fin de vigilar y advertir de los peligros que se acercaban a lo lejos. Se los contrataba para proteger ciudades, así como viñedos, campos o pastizales.
Tipos de torres
Las torres en los muros de la ciudad por lo general se levantaban en las entradas o en las esquinas (véase 2 Crónicas 26:9). Tanto las torres de las entradas como las de las esquinas proporcionaban posiciones elevadas desde donde se podía divisar el peligro que se acercaba y defenderse de los ataques enemigos (véase 2 Crónicas 26:15).
Las fortalezas o las torres de las ciudadelas eran, por lo general, estructuras independientes construidas en un terreno elevado o en otros lugares estratégicos. A veces eran lo suficientemente grandes como para que fuesen el último refugio para toda la población de una ciudad cuando estaban bajo ataque (véase Jueces 9:46–52).
Las torres en viñedos, campos o pastizales eran pequeñas estructuras construidas para ayudar a proteger los cultivos y los rebaños de los ladrones y de los animales (véanse 2 Crónicas 26:10; Isaías 5:2; 27:3). Con frecuencia, el nivel inferior era un cuarto donde se almacenaban las herramientas.
Los centinelas en la torre:
Tienen una vista elevada. Los profetas, como siervos llamados y autorizados de Dios, se apartan del mundo, se acercan a Él y se les permite ver las cosas desde una perspectiva más celestial.
Ven cosas que los demás no pueden ver. “Mas un vidente puede saber de cosas que han pasado y también de cosas futuras; y por este medio todas las cosas serán reveladas, o mejor dicho, las cosas secretas serán manifestadas, y las cosas ocultas saldrán a la luz; y lo que no es sabido, ellos lo darán a conocer; y también manifestarán cosas que de otra manera no se podrían saber” (Mosíah 8:17).
Están alerta. Los profetas tienen la solemne responsabilidad de advertirnos de los peligros que se acercan y continuarán haciéndolo sin importar la opinión pública ni las tendencias de la sociedad.
Advierten de cosas mientras todavía están distantes. El profeta denuncia el pecado y predice sus consecuencias; es predicador de rectitud. En algunas ocasiones, puede recibir inspiración para predecir el futuro en beneficio del ser humano” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Profeta”, lds.org/scriptures/gs).
Proporcionan seguridad y protección. Al prestar oído a las advertencias de los profetas, podemos encontrar seguridad y evitar las calamidades que nos puedan acontecer, ya sea individual o colectivamente, si no obedecemos.