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Cómo brindar apoyo a los misioneros que regresan a casa anticipadamente
Consejos para promover la sanación de los misioneros que vuelven a casa antes de lo esperado.
Uno de los relatos más interesantes del Libro de Mormón es el de los 200 guerreros de Helamán que fueron heridos en batalla (véase Alma 57:25). No puedo evitar ver las similitudes entre esos 200 guerreros y los misioneros de hoy en día que, por diversas razones, regresan a casa antes de lo previsto.
Si bien los 200 guerreros partieron de sus hogares con la más valiente de las intenciones, se vieron obligados a abandonar el campo de batalla. Espero que ellos se hayan considerado valientes, ya que habían dado su mejor esfuerzo; pero imagino que dudaron de sí mismos y se preguntaron por qué no habían sido protegidos de igual manera que sus compañeros.
Al igual que los guerreros de Helamán, los misioneros que regresan a casa anticipadamente a menudo pasan por alto el hecho de que se ofrecieron voluntariamente para ir a la “batalla” y dieron su mejor esfuerzo de forma heroica. Se prepararon para la misión y estaban llenos de gran fe y del deseo de servir al Señor. Cuando “caen heridos” (al afrontar, por ejemplo, problemas de salud física o mental, o incluso transgresiones), con frecuencia se centran en lo que no lograron y se sienten decepcionados, avergonzados o desanimados. Tal vez cuestionen la inspiración que los llevó a prestar servicio. Esos exmisioneros podrían estar preocupados por cómo los ven otras personas o aun por cómo los ve el Señor. Es posible que sientan que han fracasado o que son indignos, y quizá se juzguen en forma negativa.
Los misioneros que regresan a casa antes de lo previsto necesitan los esfuerzos combinados de la familia, los amigos, los líderes y los miembros del barrio para ayudarlos a “sanar”. A continuación se ofrecen algunos consejos para los exmisioneros, los miembros de su familia, los líderes de la Iglesia, las amistades y los miembros del barrio.
Para los seres queridos: 6 cosas que pueden hacer para ayudar a los exmisioneros a sanar.
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Tiendan una mano de amor para consolar, calmar y cuidar de cada exmisionero y su familia, tal como lo harían con un guerrero que fue herido en la batalla. Agradézcanles el servicio que prestaron, alentándolos a centrarse en lo que hicieron y no en lo que no hicieron.
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Refiéranse a él o ella como “exmisionero(a)” y no como un “misionero que regresó antes” o “misionero que fue relevado antes de tiempo”. Las palabras que demuestran sensibilidad pueden ayudar a promover la sanación y la recuperación necesarias.
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Escúchenlos a fin de discernir la mejor manera de ayudar.
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Apoyen a sus padres. Eso podría ser uno de los factores más cruciales en el proceso de sanación del misionero. Tengan cuidado de no ignorar las necesidades emocionales de los padres del misionero que regresa a casa.
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Busquen terapia profesional si fuere necesario. Los profesionales de la salud mental pueden ayudar a los exmisioneros a adaptarse a la vida en casa y a retornar a la normalidad. Donde esté disponible, y si lo solicitan, Servicios para la Familia SUD ofrece hasta seis sesiones de terapia gratis para los misioneros que regresan a casa anticipadamente.
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Busquen guía espiritual. Jamás subestimen el poder de la oración. Oren para pedir guía sobre cómo apoyarlos mejor y satisfacer sus necesidades.
Para los exmisioneros: 5 verdades que debes recordar mientras sanas.
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Dios te ama. Todos experimentamos adversidad en diversos momentos de nuestra vida terrenal. La fe en Jesucristo no es una vacuna contra la adversidad, sino un principio para ayudarte a superarla. Por causa de Su sacrificio expiatorio, Cristo tiene el poder de limpiarnos del pecado y, adicionalmente, de brindarnos solaz, comprensión, sanación y apoyo. (Lee el discurso de la conferencia general del élder Jeffrey R. Holland, “Como una vasija quebrada”).
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Las Escrituras enseñan sobre la sanación. Dios habla mediante el Espíritu Santo, al cual tenemos acceso, entre otras cosas, por medio del estudio sincero de las Escrituras y al aplicarlas. A fin de aumentar tu conocimiento, lee acerca de los guerreros de Helamán y de otros que fueron heridos en el curso de su vida. Busca otros ejemplos de cómo el Padre Celestial ministró y ayudó a sanar a aquellos que procuraron seguirle en el pasado.
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El servicio te ayuda a sanar. Dios desea que estés “anhelosamente consagra[do]” a causas buenas (véase Doctrina y Convenios 58:27) porque eso te ayudará a sanar. Mira a tu alrededor y ora para hallar oportunidades de servir a los demás.
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La oración puede abrirte los ojos. Expresa gratitud al Padre Celestial; Él desea ayudarte a sanar. Pídele que te fortalezca y que te abra los ojos para ver lo que Él ya está haciendo para bendecirte y sanarte, y también que te dé fuerzas para concentrarte en los demás a fin de bendecirlos.
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Otras personas tal vez no comprendan. No todo el mundo entenderá tu situación y quizás digan cosas por ignorancia, ¡pero no permitas que eso te desanime! Céntrate en agradecer a quienes te fortalecen y ora para pedir ayuda a fin de perdonar a los demás si no comprenden plenamente tu situación.