El cielo tiene todo que ver con ello
Fue un privilegio singular entrevistar a todos los miembros del Cuórum de los Doce Apóstoles para escribir acerca del santo apostolado (véase “Somos testigos”, página 12).
Después de reunirme con el presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce, volví a dar una ojeada a su oficina. Estaba sentado ante su escritorio, escribiendo un discurso para la conferencia general. Él es quien más tiempo ha servido como Autoridad General en la Iglesia; se le sostuvo en el Primer Cuórum de los Setenta en 1976. Parecía cansado y lleno de energía al mismo tiempo. “¿Cómo está usted?”, acababa de preguntarme, tras lo cual siguió un amable consejo: “No trabaje hasta agotarse”. Viniendo de alguien que ha aceptado un llamado a, literalmente, dedicar por completo su vida al servicio del Señor, esas palabras tuvieron un gran significado para mí.
Los Doce son llamados para “regular todos los asuntos de [la Iglesia] en todas las naciones” (Doctrina y Convenios 107:33). No obstante, cuando uno está con ellos, su centro de atención pasa de la Iglesia mundial a la persona que tienen delante. Llegaron a ocupar sus llamamientos desde puestos altamente valorados por el mundo; sin embargo, cuando salí de sus oficinas, las palabras para definirlos siempre eran las mismas: humildes y amables.
“A veces me pregunto a mí mismo: ‘¿Cómo es posible que yo esté aquí con estos grandes hombres?’”, me dijo el presidente Ballard. Y después, testificó: “El cielo tiene todo que ver con ello”. Espero que disfruten de este atisbo al llamamiento de los Apóstoles.
Sarah Jane Weaver
Editora de Church News