Los jóvenes de A Coruña participan en una actividad en plena naturaleza
El pasado otoño, los jóvenes del Barrio A Coruña propusieron una actividad en la naturaleza y esta se llevó a cabo un sábado en el que un buen grupo de jóvenes Santos de los Últimos Días se reunió en una zona natural que es Reserva de la Biosfera en las riberas del río Mendo, no lejos de la ciudad de A Coruña.
En esta actividad se llevó a cabo una caminata al lado del hermoso río Mendo, visitando un molino restaurado al lado de un salto de agua y otros que a lo largo del camino permanecían cubiertos de musgos tras más de un siglo de existencia en esta tierra como es Galicia, a la que muchos autores llamaron la tierra de los mil ríos. Se aprovechaba la generosa energía del caudal del río para moler grano, y alrededor de esta actividad popular nacieron cantos, bailes y tradiciones que aún perviven hoy en día en Galicia.
Al lado de uno de esos molinos, los jóvenes del barrio se reunieron y hablaron del milagro de la Creación y de lo importante que es para todos poder ver la generosa mano del Creador y Su amor hacia Sus hijos, a quienes confió esta maravillosa naturaleza de la que ese día pudimos disfrutar. Compartieron el mensaje de sentir ese agradecimiento al Señor por el don de tener lugares tan especiales donde nos podemos sentir más cerca de Él. Se habló acerca de la importancia de ser cuidadosos en mantener lo más puro posible el entorno natural allá donde vayamos.
También mostramos cómo, cuando los jóvenes trabajan unidos, nuestra capacidad de ministrar es más poderosa y podemos llegar más lejos si nos apoyamos los unos en los otros a medida que compartimos el amor que el Salvador nos mostró a nosotros.
Nos animamos unos a otros a ser ejemplos de personas responsables en el cuidado del entorno natural como muestra de agradecimiento por tener el tan hermoso don de la Creación que el Señor nos dio como hogar para todos Sus hijos y como muestra del amor que Él tiene para cada uno de nosotros.
Tras la bonita caminata, se instruyó a los jóvenes en técnicas de supervivencia y el hermano Horacio les enseñó a hacer nudos y otros trucos que nos ayudarían en diversas situaciones en plena naturaleza.
Fue un divertido día de aprendizaje y hermanamiento que seguramente nos ayudó a todos a sentirnos más cerca del Señor mientras disfrutábamos de la creación en todo su esplendor.