Voces de los miembros
El privilegio de ser una herramienta en las manos de Dios
He comprendido que el Señor sabe de cada uno de los desafíos que vivimos. Él está a la par de nosotros y nos utiliza para que los demás puedan reconocer Su propósito, tener paz y esperanza.
El año pasado regresé de servir una misión de tiempo completo. Inicié en Chile Osorno y debido a la pandemia terminé en la misión Costa Rica San José Oeste. El servicio a Dios me ha acercado más a mi Padre y ha fortalecido mi testimonio.
Soy miembro de la Iglesia desde pequeño; en algunas ocasiones pensaba que mi testimonio no era suficientemente fuerte. Una de las impresiones que cambió mi vida fue cuando por medio del Espíritu Santo sentí que debía servir una misión.
Por mucho tiempo creí que no tenía propósito, pero gracias a la misión pude reconocer que esto no era así. Una de las cosas por las que estoy muy agradecido es porque en la misión supe que tenía un propósito celestial y que este mismo propósito tenía que darlo a conocer a los demás por medio de la ayuda y la enseñanza del Evangelio.
Viví muchas experiencias sagradas que fortalecieron mi testimonio. En una ocasión mi compañero y yo sentimos que debíamos visitar a una investigadora, compartimos el evangelio de Jesucristo con ella. Regresamos al poco tiempo para darle una bendición del sacerdocio que ella solicitó, debido a que estaba muy enferma y pronto fallecería. Mi corazón se llenó de consuelo al darme cuenta de que fuimos instrumentos de nuestro Padre Celestial para aliviar su carga y darle paz en esos días tan difíciles. Ahora ella está descansando de su enfermedad y aprendiendo el Evangelio en el otro lado del velo.
Experiencias como esta me ayudaron a aprender a confiar en Dios, a obtener paz en Cristo y esperanza en la vida eterna. Si alguien tiene dudas de servir una misión, deseo invitarlo a orar con sinceridad a Dios y pedir valor para dar el paso definitivo.
La vida puede ser difícil a veces, pero he comprendido que el Señor sabe de cada uno de los desafíos que vivimos. Él está a la par de nosotros y nos utiliza para que los demás puedan reconocer Su propósito, tener paz y esperanza. Aprovechemos el privilegio de ser una herramienta en las manos de Dios.