Vivir el Evangelio
Reconocer la mano del Señor
A pesar de los desafíos, ¿somos capaces de reconocer la mano del Señor en todas las cosas? ¿Seríamos capaces de contar nuestras bendiciones al enfrentar nuestras pruebas, y continuar esforzándonos por alcanzar nuestras metas?
A los 18 años Aldana sufrió un grave accidente cuando viajaba en motocicleta con su hermano. Un camión que cruzó con el semáforo en rojo los embistió. Y como producto de las lesiones tuvieron que amputarle una de sus piernas. Un hecho de estas características impactaría la vida de cualquier joven a su edad. Once años después del accidente, solamente visualiza las cosas positivas que le sucedieron en ese tiempo al afirmar: “Nunca sentí odio ni rencor por el chofer del camión. Si no hubiese tenido el accidente, no sería quién soy ahora”.
A los 23 años ella conoció a las misioneras de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y se bautizó. El Evangelio le permitió tener una perspectiva diferente de las cosas, por lo que ella afirma: “Cada prueba que tenemos es por algo, para sacar una enseñanza, para demostrar que podemos hacerlo o simplemente para llevarnos al camino que tenemos que tomar”.
El año pasado comenzó a practicar un deporte que la hace superar sus límites una y otra vez, el levantamiento de peso. Ella testifica: “La fuerza viene del Padre Celestial, del Espíritu que me guía y de mis padres, que me enseñaron a no rendirme”. Aldana ha participado en competencias locales, y también la desafiaron a participar en un campeonato sudamericano; sobre ese desafío ella expresó: “Los obstáculos los ponemos nosotros mismos, no hay desafío que no podamos superar”. Con este pensamiento ella fue una de las atletas de la delegación uruguaya que estuvo representada por veintidós atletas en diferentes categorías. En la competencia participaron delegaciones de todos los países de Sudamérica. Ella tuvo una participación destacada, mejorando sus marcas personales y obteniendo la medalla de oro en su categoría.
Recientemente participó como consejera en una sesión de la conferencia FSY en Uruguay y compartió su experiencia inspiradora con cientos de jóvenes: “Cuando tenemos desafíos que parecen demasiado grandes para enfrentar, el Padre Celestial y Jesucristo siempre están con nosotros. Son esa guía y esa fuerza que necesitamos”.
Actualmente Aldana Núñez se encuentra estudiando la carrera de Trabajo Social en la Universidad, continúa entrenando y preparándose para nuevas competiciones, mientras participa activamente en su Barrio La Paz, Estaca Montevideo, Uruguay, Norte, y es obrera en el templo.
Ella tuvo que enfrentar una gran prueba en su juventud, pero reconoce la mano del Señor en todas las cosas al expresar: “Si no hubiese tenido el accidente, no me habría bautizado, no estaría compitiendo, no tendría el vínculo que tengo con mi familia, ni tendría las amistades que tengo”. A pesar de los desafíos, ella cuenta sus bendiciones y continúa esforzándose para alcanzar sus metas.