“El don de Otro Testamento de Jesucristo”, Liahona, diciembre de 2024.
Ven, sígueme
Navidad
El don de Otro Testamento de Jesucristo
Jesucristo es el espíritu de la Navidad, la luz de la Navidad y el enfoque de la Navidad. El Libro de Mormón contiene en sus páginas el espíritu, la luz y el enfoque de la Navidad porque enseña acerca de Jesucristo y cómo venir a Él. Estas son solo dos maneras en las que el Libro de Mormón nos enseña a acercarnos más a Él.
El don de los convenios
El Libro de Mormón nos brinda un conocimiento más profundo de lo que significa tener una relación por convenio con Dios (véanse, por ejemplo, 1 Nefi 15:18; Mosíah 5:5; 18:13; 3 Nefi 20:26). Su portada declara que el propósito del Libro de Mormón, entre otras cosas, es ayudar al resto de la casa de Israel a que “conozcan los convenios del Señor y sepan que no son ellos desechados para siempre”. El Libro de Mormón nos brinda el conocimiento restaurado de la relación por convenio que podemos tener con el Padre Celestial por medio de Jesucristo y Su Expiación.
Al hacer y guardar convenios sagrados por medio del bautismo y en el templo, nos acercamos más al Padre Celestial y a Jesucristo de un modo que nos une a Ellos, de un modo que nos puede llevar de regreso a Ellos.
El don del amor
Nuestro estudio del Libro de Mormón nos ayuda a entender que Jesucristo es el máximo don de amor (véase 1 Nefi 11:16–23) y que Él nos ama individualmente.
Luego de Su Resurrección, el Señor invitó a los nefitas: “Levantaos y venid a mí, para que metáis vuestras manos en mi costado, y para que también palpéis las marcas de los clavos en mis manos y en mis pies, a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel, y el Dios de toda la tierra, y que he sido muerto por los pecados del mundo […].
“Y esto hicieron, yendo uno por uno” (3 Nefi 11:14–15).
Estos versículos nos muestran que el deseo del Salvador para todos nosotros, en todas partes y en toda situación, es que vengamos a Él, aprendamos de Él y sintamos Su amor. Jesús, en Su amor infinito, se sacrificó voluntariamente para pagar el precio de nuestros pecados, concediéndonos la oportunidad de ser limpios, reconciliarnos con Dios y finalmente regresar a la presencia de Dios (véanse Alma 34:13–17; Helamán 14:15–17; 3 Nefi 27:14–22).
Podemos mostrar nuestra gratitud por el don del Libro de Mormón al leerlo y seguir las enseñanzas del Salvador. Al hacerlo, abrazamos el verdadero espíritu de la Navidad, que trae luz a nuestra vida no solo en diciembre, sino durante todo el año.