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Confiar en el tiempo del Señor
Recibí la impresión de asistir a BYU–Idaho, pero no fui admitida. Con el tiempo, fui aceptada y finalmente conocí a mi futuro esposo.
Desde que era pequeña, mi padre siempre nos animó a mí y a mis hermanos a estudiar en la Universidad Brigham Young–Hawái. Sin embargo, un día durante mi misión en 2016, recibí la impresión de ir a BYU–Idaho. Después de regresar de la misión, me preparé para el examen de dominio del inglés como parte de la solicitud de admisión de la escuela. Los resultados de mis pruebas no fueron satisfactorios y no fui admitida en BYU–Idaho. Sin embargo, como estudiante internacional de Taiwán, fui admitida en BYU–Hawái.
Durante el tiempo que pasé estudiando en Hawái, seguí preparándome para trasladarme a Idaho. Siempre me venía esta pregunta: “¿Por qué no me aceptaron en BYU–Idaho si recibí la impresión de ir allí?”. Parecía que la respuesta nunca llegaría.
Para mi alivio, después de dos años de estudios en Hawái, me aceptaron en BYU–Idaho en el otoño de 2019. Estaba muy contenta de ir. Mientras asistía a BYU–Idaho, medité mucho sobre cuál era el propósito de Dios para mí en ese lugar. Las responsabilidades escolares no fueron fáciles durante los primeros semestres. Sin embargo, aprendí a esforzarme con confianza en Dios a medida que pasé con éxito muchas pruebas y tareas difíciles. Aprendí que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Al año siguiente, conocí a mi esposo durante su primera semana en BYU–Idaho. Nos hicimos buenos amigos y pronto nos dimos cuenta de que nos amábamos y queríamos casarnos. Solo entonces me di cuenta de la razón más importante de la demora en ser aceptada en BYU–Idaho: conocer a mi esposo.
Me gradué de BYU–Idaho en 2023 y estoy estudiando en el programa de maestría en Música de la Universidad Estatal de Michigan. Al mirar atrás, me doy cuenta de todas las bendiciones que he recibido y, lo que es más importante, de la clase de persona en la que me he convertido. De mis dificultades por ser estudiante internacional en dos entornos diferentes he aprendido a respetar otras culturas, a ser más independiente y a confiar en Dios en mis pruebas. Puede que a veces no conozcamos el plan de Dios para nosotros cuando afrontamos pruebas, pero sé que, si confiamos y tenemos fe en Él, al final todo tendrá sentido y llegaremos a ser mejores gracias a ello.