Unidad 32: Día 3
Moroni 10:1–7, 27–29
Introducción
Moroni exhortó a los lamanitas y a todas las demás personas que leerían su testimonio, a preguntar a Dios para conocer por sí mismos la veracidad de sus palabras. Él enseñó que el testimonio acerca del Libro de Mormón y de Jesucristo se recibiría por el poder del Espíritu Santo. Moroni declaró osadamente que él se encontrará con sus lectores ante el tribunal de Dios, donde Dios confirmará la verdad de sus palabras.
Moroni 10:1–7
Moroni nos exhorta a que obtengamos un testimonio del Libro de Mormón y de Jesucristo
Repasa las lecciones introductorias del Libro de Mormón de la unidad 1 de este manual. ¿Recuerdas cuál es el propósito de la piedra clave en un arco y cómo se relaciona ésta con el Libro de Mormón? Consulta la introducción del Libro de Mormón (que se encuentra al comienzo del libro) y lee la declaración del profeta José Smith del sexto párrafo.
El profeta José Smith describió el Libro de Mormón como la “clave” de nuestra religión, lo que significa que nuestro testimonio del Libro de Mormón sostiene y fortalece nuestro testimonio de todas las verdades del Evangelio restaurado. Lee el último párrafo de la introducción del Libro de Mormón y busca las verdades que una persona puede llegar a saber al obtener un testimonio del Libro de Mormón. Así como la piedra clave sostiene juntas todas las piedras de un arco, ¿de qué forma el Libro de Mormón sostiene y fortalece tu testimonio?
Unos 1.400 años antes que José Smith recibiera las planchas de oro, Moroni finalizó el registro de su padre escribiendo su exhortación final para quienes iban a recibir el Libro de Mormón en los últimos días (consulta Moroni 10:1–2). La palabra exhortar significa alentar enfáticamente a alguien. Moroni empleó esta palabra ocho veces en el capítulo final del Libro de Mormón. Él exhortó a todos los que recibieran el Libro de Mormón a procurar un testimonio de su veracidad y divinidad.
Lee Moroni 10:3–4 y fíjate en las cosas que dijo Moroni que debemos hacer a fin de recibir un testimonio del Libro de Mormón. Si lo deseas, marca esas cosas en tus libros canónicos. Estudia los siguientes conceptos acerca de cada una de las cosas que Moroni dijo que debemos hacer:
“Leáis estas cosas”
El primer paso para recibir un testimonio de que el Libro de Mormón es verdadero es leerlo. El élder Tad R. Callister , de la Presidencia de los Setenta, contó el relato de la forma en que una joven se benefició al leer el Libro de Mormón en su totalidad:
“Una joven de 14 años… dijo que había estado hablando de religión con una de sus amigas de la escuela. Su amiga le preguntó: ‘¿De qué religión eres?’.
“A lo que ella contestó: ‘Soy de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o mormona’.
“‘Conozco esa iglesia y sé que no es verdadera’, le dijo su amiga.
“‘¿Cómo lo sabes?’, le preguntó.
“Porque la he investigado’, respondió.
“‘¿Leíste el Libro de Mormón?’
“‘No, no lo leí’, le dijo.
“A lo que la dulce jovencita respondió: ‘Entonces no has investigado mi Iglesia, porque yo he leído cada página del Libro de Mormón y sé que es verdadero’” (“El Libro de Mormón: Un libro proveniente de Dios”, Liahona, noviembre de 2011, pág. 76).
¿Por qué crees que leer el Libro de Mormón sea necesario para poder recibir un testimonio de su veracidad?
“Recordéis cuán misericordioso ha sido el Señor”
El siguiente paso en el proceso es:“[recordar] cuán misericordioso ha sido el Señor”. Recordar las misericordias del Señor en nuestra vida puede ablandar nuestro corazón y prepararnos para recibir el Espíritu Santo. Piensa en ocasiones en las que has sentido la misericordia del Señor en tu vida.
Al comienzo del Libro de Mormón, Nefi declaró que por medio de sus escritos nos iba a mostrar ejemplos de las tiernas misericordias del Señor (consulta 1 Nefi 1:20). Al finalizar el Libro de Mormón, Moroni nos pide que recordemos las misericordias del Señor para con nosotros (consulta Moroni 10:3). Si lo deseas, podrías correlacionar el pasaje de 1 Nefi 1:20 con Moroni 10:3.
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Contesta las siguientes preguntas en el diario de estudio de las Escrituras:
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¿Qué evidencias de la misericordia del Señor has visto en tu vida?
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¿En qué forma crees que el recordar la misericordia del Señor le ayudará a alguien a recibir un testimonio del Libro de Mormón?
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Recordar la misericordia del Señor para con los demás, y con nosotros mismos, nos prepara para reflexionar en el mensaje que hay en el Libro de Mormón para nosotros.
“Meditéis en vuestros corazones”
El paso siguiente que Moroni enseñó es: “[meditar] en [el corazón]”. El élder Marvin J. Ashton, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó cómo nos ayuda la meditación a recibir el Espíritu Santo en nuestra vida:
“Al estudiar las Escrituras, siempre me impresiona el verbo meditar tan frecuentemente usado en el Libro de Mormón. El diccionario nos dice que meditar significa pensar con profunda atención, considerar detenidamente, discurrir… Moroni empleó este término al final de sus escritos [véase Moroni 10:3].
“Al meditar, le damos al Espíritu la oportunidad de inspirar y dirigir. La meditación es un eslabón muy fuerte entre la mente y el corazón y, al leer las Escrituras, se conmueven ambas cosas. Si usamos el don de meditar, comprenderemos cómo podemos incorporar estas verdades eternas a nuestro proceder diario…
“Meditar es una búsqueda mental progresiva. Es un gran don para aquellas personas que han aprendido a usarlo. Descubrimos entendimiento, iluminación y aplicación práctica si usamos el don de meditar” (véase “Hay muchos dones”, Liahona, enero de 1988, pág. 19–20).
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En tu diario de estudio de las Escrituras, responde una o las dos preguntas siguientes:
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¿De qué manera te ha ayudado la meditación a sentir el Espíritu Santo al leer el Libro de Mormón?
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¿Qué podrías hacer para meditar con mayor regularidad y eficacia al estudiar las Escrituras?
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“[Pedir] con un corazón sincero, con verdadera intención, teniendo fe en Cristo”
Cuando las personas “[oran] sinceramente y con verdadera intención”, esto significa que “tienen la intención de actuar de acuerdo con la respuesta que reciban de Dios” (Predicad Mi Evangelio, 2004, pág. 115).
Un hombre, llamado Rodolfo Armando Pérez Bonilla, aprendió lo importante que es orar con verdadera intención. Fue bautizado cuando tenía nueve años, pero su familia no estaba activa en la Iglesia. En su juventud, comenzó a pensar sobre el Evangelio y tuvo la siguiente experiencia:
“En ocasiones oraba para saber qué era lo correcto, pero era más un pensamiento pasajero que una pregunta sincera. Una noche decidí orar con ‘verdadera intención’.
Le dije al Padre Celestial que quería conocerlo y ser parte de Su Iglesia verdadera. Le prometí que: ‘Si Tú me haces saber si José Smith es un profeta verdadero y si el Libro de Mormón es verdadero, haré lo que sea que Tú quieras que haga. Si La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es la Iglesia verdadera, la seguiré y nunca la dejaré’.
“No tuve una manifestación espectacular, pero me sentí en paz y me fui a la cama. Varias horas más tarde, me desperté con un pensamiento claro: ‘José Smith es un profeta verdadero y el Libro de Mormón es verdadero’. El pensamiento iba acompañado de una paz indescriptible. Me quedé dormido de nuevo, sólo para despertarme más tarde con exactamente el mismo pensamiento y sentimiento.
“Desde ese momento, nunca he dudado de que José Smith sea un profeta verdadero. Sé que ésta es la obra del Salvador y que el Padre Celestial contestará nuestros ruegos sinceros” (“Como lo sé”, Liahona, octubre de 2011, pág. 64).
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Considera por un momento cuán grande es tu deseo de tener un fuerte testimonio de la veracidad del Libro de Mormón. Escribe en el diario de estudio de las Escrituras algunas de las cosas que has hecho para obtener un testimonio del Libro de Mormón. Luego, escribe lo que podrías hacer ahora para obtener un testimonio más fuerte del Libro de Mormón.
Escudriña Moroni 10:4 y detalla lo que Moroni testificó que Dios hará por las personas que siguen este proceso de leer, recordar, meditar y preguntar. Podrías marcar esta promesa en tus libros canónicos (Moroni 10:4–5 es un pasaje de dominio de las Escrituras).
Lee Moroni 10:5–7 y fíjate en qué otras cosas podremos saber por medio del Espíritu Santo, conforme lo prometió Moroni.
Un principio que podemos aprender de Moroni 10:3–7 es éste: Si pedimos con fe, recibiremos un testimonio del Libro de Mormón y de Jesucristo por medio del Espíritu Santo. Si lo deseas, podrías escribir esa promesa junto a estos versículos en tus libros canónicos.
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Haz lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras:
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Anota cuánto ha fortalecido tu testimonio del Libro de Mormón y de las verdades que éste enseña, o cuánto te ha ayudado a obtener un testimonio de ello, el hecho de leer, recordar, meditar y orar durante este año.
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Piensa en las ocasiones en que has sentido que el Espíritu Santo te ha testificado acerca de la veracidad del Libro de Mormón o de otra verdad del Evangelio. Es importante recordar que la mayoría de las revelaciones no se recibe de forma espectacular. La mayoría de las personas tendrá impresiones suaves y sutiles del Espíritu Santo, tales como un sentimiento cálido y apacible o la certeza de una verdad. El Espíritu también llega a testificar de las verdades del Evangelio línea por línea y nos ayuda a comprenderlas en forma gradual, a lo largo del tiempo. Escribe sobre alguna ocasión en la que hayas sentido el testimonio del Espíritu Santo que te confirmaba algo.
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Moroni 10:27–29
Moroni testifica que nos encontraremos con él ante el tribunal de Dios
Lee Moroni 10:27–29 y considera cómo enseñan estos versículos el siguiente principio: Quienes reciban el Libro de Mormón han de dar cuenta a Dios por su manera de responder al mismo. Imagínate que tienes la oportunidad de encontrarte con Moroni ante el tribunal de Dios. Medita en lo que le dirías acerca del Libro de Mormón y la forma en que ha influido en tu vida.
Dominio de las Escrituras: Moroni 10:4–5
Si te aprendes de memoria Moroni 10:4–5 te puede ser de mucha utilidad al compartir el mensaje del Libro de Mormón con los demás. Considera la idea de tomarte el tiempo ahora para memorizarlo palabra por palabra. Una manera de hacer esto es leer el pasaje en voz alta varias veces. Luego, escríbelo tres veces, palabra por palabra, en una hoja de papel o en el diario de estudio de las Escrituras. Al terminar, ve si puedes recitar los versículos de memoria.
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Escribe lo siguiente en el diario de estudio de las Escrituras, al final de las asignaciones de hoy:
He estudiado Moroni 10:1–7, 27–29 y he terminado esta lección el (fecha).
Otras preguntas, ideas y reflexiones que me gustaría compartir con mi maestro: