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El día de la ira de Jehová
Sofonías
(21-1) Introducción
Sofonías parece haber sido contemporáneo de Jeremías, Lehi, Nahum y quizás también de Habacuc. "El momento preciso en que predicaba parece haber coincidido con el avance de una fuerza enemiga que amenazaba a Judá y a las naciones vecinas con una destrucción repentina y total. Evidentemente el temido enemigo no era la antigua Asiria, señora de muchas naciones, ni tampoco Egipto, sino el pueblo bárbaro escita que ya había convulsionado a los estados del sudoeste de Asia… Un destacamento de estos despiadados enemigos, que adoraban a sus espadas y se gloriaban solamente en el asesinato y el pillaje, ya estaba castigando la costa oriental del Mediterráneo. El profeta tenía su texto, y sus lectores tenían buena razón para prestar atención. Su antigua tranquilidad fue sacudida y la conciencia nacional, ahora despierta, encontró expresión en los labios del profeta real. Levantándose por encima del terror del momento, anunció que estos destructores despiadados eran el instrumento de castigo de Jehová, y que la catástrofe que se cernía sobre ellos era Su día de juicio." (R. J. Dummelow, ed., A Commentary on the Holy Bible, págs. 592-93.)
C. F. Keil y F. Delitzsch señalaron que Sofonías se valió del inminente peligro para hacer hincapié en la naturaleza universal del juicio de Dios: "La profecía de Sofonías tiene un carácter más general, abarcando el juicio junto con la salvación, como si formaran un cuadro completo. No solamente comienza con el anuncio de un juicio universal sobre el mundo entero, sobre Judá por motivo de sus pecados y sobre las naciones en razón de su hostilidad hacia el pueblo de Jehová, sino que también trata a cada momento del día grande y terrible de Jehová, en el que el fuego de la ira de Dios consumirá toda la tierra [Sofonías 1:14-18; 2:2; 3:8]." (Commentary on the Old Testament, 10:2:122.) Tal mensaje tiene significado para el hombre hoy en día, cuando el mundo se prepara para su juicio temporal y espiritual.
COMENTARIOS SOBRE SOFONIAS
(21-2) Sofonías 1:1. ¿Quién era Sofonías?
Dios para advertir a Judá e impulsarla al arrepentimiento. Su ministerio rompió los setenta años de silencio que habían comenzado al final de los ministerios de Isaías y Miqueas. Fue contemporáneo del rey Josías, y su ministerio probablemente tuvo un papel importante en el movimiento de reforma de aquella época. En verdad, Israel estaba en un punto crítico entre el peligro y la seguridad. Por lo tanto, el relato de Sofonías, con su gran amplitud respecto al juicio de Dios sobre los malvados y el triunfo final de su reino, fue el mensaje que la vacilante Judea necesitaba oír.
La breve genealogía dada en el versículo uno conecta a Sofonías con Ezequías, aunque los demás nombres no son de personajes conocidos. Tal vez ese Ezequías era el rey; si no, entonces era ciertamente un personaje destacado de la época. Nada se sabe con respecto a la vida de Sofonías.
(21-3) Sofonías 1:1–9. ¿Es esta profecía sobre el futuro inmediato o uno más lejano?
Hay desacuerdo en cuanto a si Sofonías anticipaba la destrucclOn de Judea por la fuerza enemiga que le venía encima o si generalizaba en cuanto al triunfo final de Dios sobre los malvados. Ciertamente afirmaba el derecho y poder de Dios para juzgar a la tierra entera. Su propósito al catalogar las distintas maneras de vivir era para recalcar la magnitud del juicio. La referencia a los malvados del género humano enfoca la atención en el tema principal: el pecado y sus consecuencias inevitables. (Véase D. Guthrie y J. A. Motyer, eds., The New Bible Commentary: Revised, pág. 776.)
Podemos inferir que Sofonías estaba pronosticando el desastre inminente que venía sobre Judá y previendo al mismo tiempo la destrucción final de toda maldad (véase Ellis T. Rasmussen, An Introduction to the Old Testament and Its Teachings, 2:73). Sofonías 1:7 indica que esta profecía se relacionaba sin duda alguna con el día del Señor, siempre considerado por los profetas como la segunda venida de Jesucristo. Si es así, esta profecía concordaría con el dualismo tan común en el estilo de los profetas hebreos.
(21-4) Sofonías 1:10–18. Viene el gran día: El pueblo cosecha los juicios
La imagen dada en estos versículos puede resultar difícil de entender porque Sofonías empleó términos conocidos para los oyentes de su época pero desconocidos para los lectores modernos. La información siguiente puede ser útil:
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"La puerta del Pescado" (vers. 10) estaba en el extremo norte de la ciudad, y quienes allí estuvieran serían los primeros en ver a una fuerza enemiga que viniera del norte.
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La puerta del Pescado se abría a la zona de la ciudad conocida como "la ciudad nueva" (vers. 10, La Biblia de Jerusalén). (Nota del traductor: En la versión Cipriano Valera la frase citada aparece como "segunda puerta", que correspondía a la parte que se había edificado como expansión de la ciudad original de David.) Esta zona de la ciudad era la primera que atravesaba quien venía del norte.
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"Mactes" (vers. 11) era el nombre de la zona de los mercaderes, y se hallaba en la ciudad nueva; así tenemos la referencia a los "que traían dinero", o sea, los mercaderes.
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La referencia a la búsqueda "con linterna" (vers. 12; en la Biblia de Jerusalén dice "con lámparas") sugiere una búsqueda exhaustiva, ya que las casas de aquella época tendrían poca luz y se utilizaría una lámpara para buscar un objeto perdido.
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"Reposan tranquilos como el vino asentado" (vers. 12; en la Biblia de Jerusalén dice "se sientan en su hez") es una alegoría tomada de la industria vinícola. La hez es el residuo espeso de la pulpa de la uva. "El buen vino, cuando queda mucho tiempo asentado en su hez, se torna más fuerte; pero el mal vino se vuelve más agrio y espeso" (Keil y Delitzsch, Commentary, 10:2:134). La interpretación del símbolo es que los hombres malvados, como el mal vino, permanecen apáticos con relación a la religión verdadera y se tornan más desabridos y amargados.
(21-5) Sofonías 2. ¿Hay esperanza de escapar de la ira cuando venga el día del Señor?
Tal como Sofonías lo vio, Judá no era la única nación madura para la destrucción. Los pueblos extranjeros que vituperaban a Judá y se burlaban de ella eran más dignos de aniquilación, por lo que cada uno de ellos compartiría el destino inminente. Aun así había alguna esperanza.
"Quienes ven lo peor en la naturaleza humana a veces son los primeros en ver un rayo de esperanza. Después de describir la desesperación sin consuelo ni alivio, Sofonías envía un rayo de luz que atraviesa las tinieblas: Un grupo puede ser salvo (véase vers. 2-3). No ve forma de que los otros escapen, solamente los humildes, ya que los orgullosos han provocado la celosa ira de Dios." (Guthrie y Motyer, New Bible Commentary, pág. 777.)
(21-6) Sofonías 3:1–7. Una advertencia y una promesa
Sofonías se volvió nuevamente hacia Jerusalén con una advertencia y una promesa. Condenó a muchos grupos en la sociedad de Judá, incluyendo a los líderes políticos, los jueces, los profetas y los sacerdotes, pues la corrupción se encontraba en todos los niveles. Recalcó la constante rectitud y justicia del Señor, quien continuamente derriba a los malvados de todas las naciones. No se había perdido toda esperanza porque habría un remanente con quienes Dios podría obrar y llevar a cabo sus justos propósitos. Además, siempre existe la misericordia ilimitada de Dios. Los justos de cualquier época pueden encontrar consuelo en su propia rectitud.
(21-7) Sofonías 3:8–20. Mensaje final de Sofonías
El profeta concluyó con una nota de optimismo. Vendrá el día cuando el pueblo de Dios ya no verá el mal (véase Sofonías 3:15). Los que han llevado sobre sí la carga de la increpación serán recogidos desde le sí la carga de la increpación serán recogidos desde lejos y serán puestos "para renombre" (vers. 20) entrelos hombres.
"Sofonías vio nuestra época y más allá de ella, y en esa visión él sufrió y se regocijó. Sufrió en el espíritu por causa de la desolación y destrucción que vio, mas pudo emplear esto como advertencia y amenaza a su propio pueblo. En la redención y en las bendiciones finales de Israel, vio un rayo de esperanza para extenderlo a Judá. Ningún profeta ha escrito con mayor claridad y tan vigorosamente en cuanto al día del Señor. Sofonías debe ponerse en la lista de los profetas que nos dan una seria advertencia del desastre que ha de venir." (Sidney B. Sperry, The Voice of Israel's Prophets, pág. 388.)
RESUMEN ANALITICO
(21-8) Los profetas y los últimos días
¿Le es difícil entender el lenguaje figurado empleado por los profetas del Antiguo Testamento? Muchos lo encuentran difícil, pero eso no debe ser razón para desanimarse. El lenguaje y los medios de expresión son muy diferentes de la forma en que hablamos hoy en día. Pero para llegar a entender el lenguaje, bien vale la pena estudiar con más detenimiento, ya que el mensaje tiene gran aplicación en nuestros días. Aunque los profetas hablaron a su propio pueblo y de su propia época, mediante la inspiración que recibieron también hablaron una y otra vez en cuanto a la última dispensación. Hay mucho de valor en el estudio de los escritos de estos hombres, pues ellos vieron lo que acontecería en nuestra época y nos dijeron cómo prepararnos para ello.