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Ezequiel 1-24: Atalaya para Israel


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Ezequiel: Atalaya para Israel

Ezequiel 1–24

(26-1) Introducción

Mediante Ezequiel el Señor dio a Israel un mensaje de advertencia y reprobación, de justicia y juicio, de misericordia y amor que no dio lugar a dudas en cuanto a su indignación por la falta de rectitud del pueblo, y a su deseo de que todos se arrepintieran. Enseñó que cada uno es responsable de sus propias acciones y que será recompensado o castigado según la forma en que use su albedrío. Enseñó que nadie puede rechazar el consejo del Señor y escapar de los juicios que inevitablemente acompañan a la justicia, y que tienen como finalidad limpiar la iniquidad del alma. Enseñó que todo el que se arrepiente y se aparta de sus iniquidades tendrá de Dios sus bendiciones de misericordia, amor y perdón.

Estos principios se aplican tanto a las personas como a las naciones. Se aplicaron a cada uno de los israelitas y a la nación entera de Judá (Israel), a la cual profetizó Ezequiel. Dios no justificará al pecador ni olvidará a aquellos con quienes ha pactado si es que ellos cumplen con su parte del acuerdo. En la época de Ezequiel el pueblo del pacto del Señor lo había rechazado y tenía necesidad de ser purificado en "hornos de aflicción" y pesar a fin de apartarse de sus sendas inicuas. Aunque, por motivo de su justicia, Dios permitió esas tribulaciones, por su amor y misericordia infinitos continuó extendiendo la promesa de perdón y vida al alma arrepentida y la de restaurar todas las bendiciones anteriores a Israel si es que se volvía a El.

COMENTARIOS SOBRE EZEQUIEL 1-24

(26-2) Ezequiel: Contemporáneo de Jeremías y Daniel

El Señor tenía un gran profeta, Jeremías, en la corte de Jerusalén; otro, Daniel, en la corte de Babilonia; y un tercero, Ezequiel, entre los exiliados de Babilonia. Jeremías y Ezequiel eran de linaje sacerdotal; Daniel tal vez haya sido de linaje real (véase Daniel 1:3). Jeremías sirvió al Señor presentando sus advertencias e instrucciones a los reyes y líderes de los que pronto serían conquistados; Daniel, a los conquistadores; y Ezequiel a los exiliados.

Ezequiel, cuyo nombre significa "Dios es fuerte" o "Dios fortalecerá", era hijo de Buzi y sacerdote de la familia de Zadoc. Fue llevado cautivo a Babilonia por Nabucodonosor cuando Joaquín fue llevado cautivo (véase Sidney B. Sperry, The Voice of Israel's Prophets, págs. 189-90).

"La familia (de Ezequiel) debe haber sido considerada influyente e importante, pues, de acuerdo con el relato que está en 2 Reyes 24:14-16, los 'poderosos de la tierra' eran principalmente los que fueron llevados cautivos a Babilonia… cuando Joaquín fue depuesto como rey de Judá. La mayoría de los eruditos suponen que esto ocurrió en el año 597 a. C., pero el hecho de que Sedequías sucedió a Joaquín nos hace pensar que fue un poco antes, en el 601 a. C. siguiendo la corriente de cierta información cronológica que está en el Libro de Mormón…" (Sperry, Voice of Israel's Prophets, págs. 190-91; véase también Flavio Josefa, Antigüedades judaicas, libro 10, cap. 6.)

(26-3) Ezequiel 1:1, 4-28. El relato de la visión de Ezequiel

Es muy difícil, si no imposible, que un ser mortal pueda expresar por escrito el mensaje y espíritu de una visión o de otra revelación de Dios de forma tal que el lector tenga total entendimiento de lo que ocurrió y de lo que se comunicó. Tal fue la situación de Ezequiel al describir sus trascendentales visiones de los cielos. Otros también se han enfrentado con el mismo problema (véase 2 Corintios 12:4; 3 Nefi 28:12-14; D. y C. 76:114-17). José Smith dijo: "Si pudierais mirar los cielos cinco minutos, sabríais más sobre el tema que si hubierais leído todo lo que se ha escrito al respecto". (History of the Church, 6:50.) La persona debe tener por sí misma la experiencia de la revelación para entenderla plenamente.

Quienes han tenido visitaciones o visiones, incluyendo a Ezequiel, provenientes de los mundos eternos, a menudo han usado simbolismo, metáforas, semejanzas, comparaciones y otros tipos de lenguaje figurado para tratar de comunicar la experiencia que han tenido y el mensaje que han recibido (véase D. y C. 110:2-3; JS-H 32; Daniel 10:5-9; Apocalipsis 1:12-18; 12:1-6). Por lo tanto, todo lo que Ezequiel dijo no tiene que aceptarse literalmente, pues usó muchas expresiones figuradas para tratar de decir aquello que estaba por encima de la experiencia mortal. Muchas veces, por ejemplo, usó las palabras como, semejanza y aspecto (véase Ezequiel 1:4-5, 7, 10, 13-14, 16, 24,26-28).

Otra dificultad para comprender a Ezequiel y a otros escritores del Antiguo Testamento es la diferencia cultural que existe entre los judíos de la época de Ezequiel y el lector moderno. Allí donde resulta importante, los Comentarios sobre el libro de Ezequiel explican los aspectos culturales de los escritos de este profeta.

(26-4) Ezequiel 1:4. "Viento tempestuoso"

Los vocablos viento, tempestad o tormenta encajan mejor en el sentido que se quiera dar en Ezequiel 1:4. Un viento que sopla alrededor de su propio eje con gran rapidez no es el significado del vocablo hebreo que en algunas versiones aparece traducido como "torbellino"; la idea, más bien, es la de un viento muy fuerte (véase de Merril F. Unger, Unger's Bible Dictionary, s.v. "whirlwind"). La metáfora representa el poder de Dios. Por ejemplo, se le indicó a Job el poder de la presencia de Dios aludiendo a un torbellino (véase Job 38:1). Cuando el Señor derramó su Espíritu con gran poder durante la dedicación del Templo de Kirtland en esta dispensación, "se oyó un ruido como de un viento poderoso, el cual llenó el templo" (History of the Church, 2:248).

(26-5) Ezequiel 1:4, 13. Nube, fuego, resplandor, color de ámbar, luces, columna de fuego (relámpago)

Estos vocablos son empleados en las Escrituras con relación a la gloria, poder y majestad de la presencia de Dios o de sus mensajeros. (Véase "nube" y "fuego" en Exodo 13:21-22; 16:10; 19:9-16; 24:16; Levítico 16:2; Mateo 17:5; D. y C. 34:7. Véase "fuego", "color de ámbar", "lámparas" y "columna de fuego" en Exodo 3:2; Hebreos 12:29; 1 Nefi 1:6; D. y C. 29:12; 110:2-3; 133:41; Habacuc 3:3-4; Hechos 26:13; 2 Tesalonicenses 2:8; JS-H 16-17, 30-32; Daniel 10:6.)

(26-6) Ezequiel 1:5-6, 10. Cuatro seres vivientes con cuatro rostros

En su visión, Ezequiel vio cuatro seres, cada uno de ellos con cuatro caras. "Y el aspecto de sus caras era cara de hombre,… de león,… de buey y… de águila" (Ezequiel 1:10). Juan el Apóstol tuvo una visión similar. En su visión, los seres vivientes fueron descritos: El primero, "semejante a un león"; el segundo, "semejante a un becerro"; el tercero, con "rostro como de hombre" y el cuarto, "semejante a un águila volando" (Apocalipsis 4:7). José Smith, el Profeta, bajo la inspiración de Dios, explicó que las cuatro bestias de la visión de Juan representaban a clases de seres (véase D. y C. 77:3). Los rostros de los seres en la visión de Ezequiel parecen representar la misma cosa. El siguiente comentario explicativo del Antiguo Testamento concuerda con ese punto de vista: "El hombre es exaltado entre otros seres vivientes; el águila es exaltada entre las aves; el bueyes exaltado entre los animales domésticos; el león es exaltado entre las bestias salvajes; y todos ellos han recibido dominio y se les ha dado grandeza; sin embargo, tienen su lugar bajo el poder del Santísimo". (D. Guthrie y J.A. Motyer, eds. The New Bible Commentary: Revised, pág. 667.)

Ezequiel vio que el trono de Dios estaba por encima de esos seres (Ezequiel 1:26-28). Ese lugar representa su dominio sobre todas las cosas vivientes, aunque proporciona el medio para que todas sus creaciones, hombres y animales, entren en la gloria eterna, cada uno en su orden adecuado (véase D. y C. 77:2-3).

(26-7) Ezequiel 1:6. ¿Qué es lo que representan las alas que tenían aquellos seres?

El Señor le enseñó a José Smith que las alas de las bestias que vio Juan en su revelación (véase Apocalipsis 4:8) "representan el poder para moverse, para obrar, etc." (D. y C. 77:4). Esa interpretación también parece aplicarse a los seres de la visión de Ezequiel.

(26-8) Ezequiel 1:7. Pies como de bronce muy bruñido

El vocablo derecho que aparece en el versículo 7 significa "parados, rectos, no inclinados como cuando se está sentado o de rodillas" (C. F. Keil y F. Delitzsch, Commentary of the Old Testament, 9:1:23). Es decir, que los seres no se movían como se mueve el hombre cuando camina.

La comparación de la planta de sus pies con la de un becerro parece referirse a lo liso de la pezuña de la vaca, para indicar el brillo de los pies de los seres. "Es difícil que haya algo que dé mayor brillo que el bronce pulido o bruñido." (Adam Clarke, The Holy Bible… with a Commentary and Critical Notes, 4:425.)

(26-9) Ezequiel 1:9, 11. Sus alas se juntaban

Los seres de la visión de Ezequiel estaban en total armonía y unidad. Se movían como si fueran uno solo, simbolizando la total unidad que existe entre todas las cosas vivientes que se sujetan a la voluntad de Dios.

(26-10) Ezequiel 1:15-21. ¿Qué representan las ruedas que describió Ezequiel?

Ya que José Smith recibió del Señor algunas claves para interpretar el significado de las bestias de la visión de Juan (véase D. y C. 77:2-4), el paralelo que se establece entre la visión de Juan y la de Ezequiel nos da cierta guía para llegar al significado de los animales que éste vio. Sin embargo, no hay un paralelo en la visión de Juan con las ruedas que vio Ezequiel.

José Smith dijo: "Hago esta declaración general, que cuando Dios concede una visión de una imagen, animal o figura de cualquier clase, El siempre se hace responsable de dar una revelación o interpretación de su significado, pues de lo contrario no tenemos que responder por nuestra creencia en la visión. No tengáis miedo de que os vayáis a condenar por no saber el significado de una visión o figura, si Dios no nos ha dado una revelación o interpretación sobre el tema". (Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 353.)

Hasta el presente no se ha dado a la Iglesia la interpretación de la visión de Ezequiel, de manera que el Señor no tiene por responsables a los santos en cuanto a la comprensión de lo que las ruedas representan.

(26-11) Ezequiel 1:26-28. Ezequiel vio a Dios sentado en su trono

Ezequiel vio un firmamento, o expansión, sobre los seres. Arriba del firmamento vio a Dios sentado en su trono, en gloria. El profeta usó varios términos para describir el brillo, la belleza y la gloria de Dios. Luego, como humilde testigo de tal gloria, belleza y majestad, cayó sobre su rostro en maravilla y sumisión reverente. (Comparar con Isaías 6:1-5; Apocalipsis 1:10-18; D. y C. 76:19-23; 110:1-4. Nótense especialmente las semejanzas entre el lenguaje empleado por Ezequiel y el empleado por Juan en Apocalipsis 4:2-11.)

(26-12) Ezequiel 2:9-10; 3:1-3. ¿Qué significa el "rollo de libro" que el Señor hizo comer a Ezequiel?

En una experiencia semejante, Juan el Apóstol también recibió el mandamiento de comer un libro. El Seflor, a través del profeta José Smith, explicó que esto representa la misión dada a Juan entre las tribus de Israel (véase D. y C. 77:14).

El élder Bruce R. McConkie escribió que "el hecho de que Juan comiera un libro conteniendo la palabra de Dios dirigida a él, estaba en armonía con la costumbre y tradición del Israel antiguo. El hecho significó que estaba comiendo el pan de vida, que participaba de la buena palabra de Dios, que se alimentaba con la palabra de Cristo -la cual en su boca fue 'dulce como la miel'. Pero ello amargó su vientre; es decir, los juicios y plagas prometidos a los que había sido enviada la palabra del Señor hicieron que desesperara su alma y se llenara de pesar. '¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.' (Salmo 119:103.) Tal es el canto jubiloso del salmista. Y, en el mismo sentido, ¡cuán amarga es la pena por la rebelión y la desobediencia! Ezequiel tuvo una experiencia semejante. Se le mandó comer un rollo (un libro) que en su boca fue 'dulce como miel', pero en el escrito mismo había 'endechas y lamentaciones y ayes' (Ezequiel 2:6-10; 3:1-3)." (Doctrinal New Testament Commentary, 3:507.)

(26-13) Ezequiel 3:8. "He hecho tu rostro… y tu frente fuerte…"

Las palabras que aparecen en Ezequiel 3:8 equivalen a una expresión idiomática hebrea que sugiere esencialmente que el profeta podía enfrentar la situación sin mayor problema. El Señor le promete poder, valor y firmeza ya que su misión era entre un pueblo muy rebelde y obstinado (véase Jeremías 1:17-19). El Señor da a sus siervos humildes suficiente fuerza para soportar la oposición del mundo cuando se proponen hacer su voluntad.

(26-14) Ezequiel 3:17-21. Puede haber riesgos en ser un atalaya

Las profecías de Ezequiel no fueron aceptadas por el pueblo. Pero, como atalaya, tenía que levantar su voz de advertencia. La analogía del atalaya se relaciona con el atalaya militar que tiene que mantenerse despierto o enfrentar la ejecución si no avisa a la ciudad cuando se acerca el enemigo. Tal atalaya está siempre en peligro: El enemigo busca destruirlo para evitar que dé la voz de alarma, y si no lo hace cuando es necesario, su vida peligra a manos de aquellos a quienes tiene que alertar. Del mismo modo, los atalayas en el reino del Señor tienen una grave responsabilidad con importantes consecuencias, tal como enseña el élder Ezra Taft Benson:

"Como vigilantes (atalayas) en la torre de Sión y como líderes, tenemos la obligación y el derecho de elevar la voz en contra de los males de la actualidad, males que hieren los fundamentos mismos de todo lo que nos es querido, como la Iglesia verdadera de Cristo y como miembros de naciones cristianas.

"Como uno de estos vigilantes, con amor por la humanidad, yo acepto humildemente esta obligación y cometido de esforzarme con gusto por cumplir sin temor con mi deber. En momentos tan serios como éstos, no debemos permitir que el temor o la crítica nos impida hacerlo, aun a riesgo de que nuestro consejo sea tachado de político, por cuanto el gobierno se entrelaza cada vez más con nuestro cotidiano vivir.

"En la crisis por la cual estamos pasando, se nos ha amonestado plenamente. Esto ha traído consigo ciertas críticas, y hay algunos de nosotros que no deseamos escuchar el mensaje; pues nos avergüenza. Las cosas que amenazan nuestra vida, nuestro bienestar y nuestra libertad son las mismas que algunos de nosotros hemos estado dejando pasar. Muchos no desean que se les moleste mientras continúan gozando de su cómoda complacencia.

"La Iglesia está fundada sobre la verdad eterna, y nosotros no sacrificamos los principios verdaderos ni renunciamos a nuestras normas, no importa cuáles sean las tendencias o las presiones de la actualidad. Nuestra lealtad a la verdad en nuestra calidad de miembros de la Iglesia es firme. Hablar en contra de las acciones inmorales e injustas ha sido tarea de los profetas y los discípulos de Dios desde tiempo inmemorial, siendo ésta la razón principal por la que fueron perseguidos. No obstante, amonestar a la gente como vigilantes de la torre ha sido una tarea dada por Dios." (En Discursos de Conferencias Generales 1973-75, pág. 4.)

(26-15) Ezequiel 3:25-27. "Pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán…"

Ezequiel fue llamado a profetizar ante un pueblo muy obstinado, y, como posteriormente dijo Nefi, "los culpables hallan la verdad dura, porque los hiere hasta el centro" (1 Nefi 16:2). Al escuchar mensajes de reprensión y advertencia, los coterráneos de Ezequiel se levantaron contra él. Intentaron silenciar su prédica y detener su obra, ya fuera mediante ataduras físicas y encarcelándolo (aunque no hay evidencia escrita de que esto haya sucedido) o rechazando su mensaje, rehusando escuchar e intentando que otros hicieran lo mismo, "ligando" o "atando" así la obra del profeta.

(26-16) Ezequiel 4:1-3. Representación del sitio de Jerusalén

Ezequiel recibió instrucciones de hacer un dibujo de la ciudad de Jerusalén sobre una plancha de arcilla, para dibujar en ella los acontecimientos que ocurrirían en la ciudad. El Señor quería dejar bien claro ante el pueblo, por muchos medios, el mensaje que tenía para ellos. Ezequiel recibió instrucciones de dar al pueblo otras representaciones visuales para enseñar su mensaje con más eficacia (véase Ezequiel 4:4-17; 5). Otros profetas han recibido instrucciones en cuanto al uso de técnicas didácticas semejantes (véase Jeremías 27:1-11; Hechos 21:11; 1 Reyes 11:29-39; 13:1-11; 19:1-18.)

En el tiempo en que ocurrieron los acontecimientos que se explican en el capítulo 4 del libro de Ezequiel, el profeta estuvo cautivo con otros judíos en Babilonia. Dos veces Nabucodonosor había atacado Judá y en ambas ocasiones había llevado cautivos. Sin embargo, en las dos oportunidades levantó el sitio pensando que había enseñado una lección a Judá. De manera que Jerusalén había estado intacta hasta que se produjo el tercer sitio, durante el cual se llevó a cabo la destrucción de Judá. Ezequiel representó esta destrucción en los versículos 1-3.

La "plancha de hierro" (vers. 3) representa la muralla que los caldeas levantaron alrededor de la ciudad durante su sitio. La misma evitaba que se escaparan los judíos y que les hicieran llegar víveres.

(26-17) Ezequiel 4:4-8. ¿Por qué se mandó a Ezequiel que durmiera sobre su costado durante 430 días?

Ezequiel 4:4-8 contiene otro ejemplo de un método de enseñanza que no se ha interpretado del todo. Después de mostrar la representación de Jerusalén bajo el sitio (vers. 1-3), el Señor mandó a Ezequiel que durmiera sobre su costado durante 390 días para poner sobre él la iniquidad de Israel (en este caso parece que se quiere indicar al reino del norte). Luego tenía que cambiar de lado y dormir así durante 40 días para llevar sobre sí la iniquidad de Judá.

El significado simbólico de esto parece bastante claro. Ezequiel tuvo que ser atado a la cama (vers. 8) y sujetado para mostrar que los dos reinos estaban sujetos, o que iban a estar en cautiverio por causa de su iniquidad. Si en realidad Ezequiel así lo hizo o no, no se sabe. Parece raro que el Señor pidiera al profeta que quedara inmóvil durante quince meses. Es posible que se le haya mandado acostarse sobre su costado solamente de noche cuando estaba en cama, o tal vez realizó lo mandado en alguna otra forma simbólica.

No se sabe por qué fueron usados los números 390 y 40, ya que aunque se le dijo que cada día representaba un año (vers. 6), esta cantidad de años no coinciden con ningún hecho conocido de la historia.

Keil y Delitzsch, refiriéndose al total de 430 días o años (390 + 40), sugieren que éste es el número de años que Israel estuvo cautivo en Egipto (véase Exodo 12:40-41). Explicaron que la división entre 390 y 40 tiene relación con los cuarenta años transcurridos después que Moisés mató al egipcio y huyó al desierto de Madián (véase Exodo 2:11-15; Hechos 7:23, 30). Este período, antes de que Moisés retornara para librarlos, probablemente fue el período de mayor sufrimiento para Israel. (Véase Commentary, 9:1:74-76.) Otros, sin embargo, creen que los 430 años incluyen el tiempo desde Abraham hasta el Exodo. (Véase El Antiguo Testamento: Génesis—2 Samuel, págs. 119-20.)

Sin una revelación para interpretar el significado de estos números, no se puede llegar a comprender cabalmente este pasaje.

(26-18) Ezequiel 4:9-11, 16-17. ¿Por qué a Ezequiel se le indicó que comiera determinado alimento y en cantidades bien pesadas y medidas?

Otra acción simbólica que se le mandó realizar a Ezequiel representaba las condiciones que prevalecerían durante el sitio de Jerusalén.

"En tiempos de escasez, es costumbre, en todos los países, mezclar distintas clases de granos de calidad inferior con los mejores, con la finalidad de que el cereal sea suficiente y alcance para más tiempo. Este mashlín, que el profeta debía comer (según se le mandó) de trigo, cebada, habichuelas, lentejas, millo y avena, tenía la finalidad de mostrar cuán escasos estarían los alimentos durante el sitio.

"…La mezcla de granos, una vez molida, serviría para la masa de la cual el profeta tenía que hacer trescientos noventa panes; una torta de pan para cada día. Esta torta debía pesar veinte siclos (280 gramos diarios); y la cantidad de agua, una sexta parte de un hin, era equivalente casi a un cuartillo de galón o un litro. Todo esto muestra que las provisiones serían tan escasas durante el sitio, que se verían obligados a comer el alimento más pobre estrictamente por peso y el agua por medida; la ración de cada individuo apenas sería un cuartillo y medio o un litro de agua y diez onzas de pan, poco más de un cuarto kilo para cada día." (Clarke Commentary, 4:434.)

La frase "quebrantaré el sustento del pan" (Ezequiel 4:16) indica que llegaría el día en el que los habitantes de Jerusalén estarían sin pan. (Véase 2 Reyes 25:3 en cuanto al cumplimiento de esta profecía.)

(26-19) Ezequiel 4:12-15. ¿Qué propósito tenía el hecho de que Ezequiel recibiera instrucciones de cocinar con estiércol?

"En el Oriente es común el uso del estiércol seco de ganado bovino como combustible, y están obligados a preparar su comida con esto cuando no tienen leña. De hecho, allí se recoge el excremento seco de todo tipo. Aquí se le mandó al profeta que preparara su pan al fuego de excremento humano… Esto fue requerido para mostrar el grado de miseria al que llegarían, pues, al no poder salir de la ciudad para juntar el excremento de animales, durante el sitio se verían obligados, literalmente, a emplear excremento humano como combustible. Las circunstancias mismas muetran que así sucedió. Sin embargo, vemos que a pedo del profeta se le permitió emplear estiércol de yes como combustible. Véase versículo. 15." (Clarke, Commentary, 4:434-35.)

Tal como lo indica el versículo 13 del capítulo 4 de Ezequiel, los judíos serían llevados a Babilonia donde se verían forzados a comer "pan inmundo". Por mova de que veían a las naciones extranjeras como inmundas (véase Oseas 9:3-4; Amós 7:17), vivir y comer en otros países se consideraba un acto inmundo.

(26-20) Ezequiel 5:1-4, 12. ¿Cuál es el significado del corte y la división del cabello de Ezequiel?

En Ezequiel 5:12 el Señor brevemente explicó el guiente acto simbólico que mandó efectuar a Ezequiel (véase vers. 1-4). Ezequiel representaba a la nación judía y particularmente a la ciudad de Jerusalén. Lo que haría con su cabello, eso tambíen le sucedería a Judá. La navaja representaba a los babilonios que cortarían a Judá dividiéndolo con la espada, y senan el medio de ejecutar sobre ellos los juicios de Dios. "Rasurarse la cabeza o arrancarse la barba era señal de duelo entre los hebreos y muchas otras naciones" (James M. Freeman, Manners and Customs of the Bible, pág. 256; véase también Esdras 9:3; Job 1:20; Isaías 22:12; 48:37-38). Así como Ezequiel tenía que quemar una tercera parte de su pelo en la ciudad, así también una tercera parte del cabello que iba a ser cortada con cuchillo representaba a la gente que sería destruida por la espada en las cercanías de Jerusalén. La tercera parte que iba a ser arrojada al viento representaba a los que serían llevados cautivos lejos de su tierra. Habría, además, una espada desenvainada contra los que serían esparcidos (véase Ezequiel 5:2, 12), que taban representados por los cabellos que el profeta sujetó a la falda de su manto y que posteriormente ararrojó al fuego. Esto significaba que aun entre los que serían llevados cautivos y preservados de la destrucción original, posteriormente algunos serían "arrojados… en medio del fuego" (vers. 4) para ser destruidos, o para ser limpiados y purificados de la iniquidad mediante las tribulaciones. La promesa del Señor de que toda la casa de Judá no sería completamente destruida confirma al final que algunos escaparían. (Véase Ezequiel 6:8-10.)

(26-21) Ezequiel 5:10. "Los padres comerán a los hijos"

Como había sido profetizado anteriormente por Moisés (véase Levítico 26:29; Deuteronomio 28:53), el sitio de Jerusalén sería tan severo y el hambre tan terrible que los padres comerían a sus hijos y los hijos comerían a sus padres (véase Ezequiel 16-17; Jeremías 19:9; Lamentaciones 2:20; 4:10). Estas tragedias también ocurrieron durante el sitio de Jerusalén impuesto por los romanos bajo las órdenes del emperador Tito, en el año 70 de la era cristiana (véase Flavio Josefa, toria de la guerra judía, libro 5, cap. 10; libro 6, cap. 3).

(26-22) Ezequiel 6:9. ¿Qué quiere decir la frase "corazón fornicario"?

Esta expresión se refiere a la idolatría practicada en Israel. Algunos tal vez piensen que es extraño que el Israel antiguo fuera culpable de tal infidelidad a Jehová. Sin embargo, el Israel moderno a menudo también es culpable de lo mismo. Además de adorar ídolos de madera o piedra, los hombres llegan a entregarse a servir a ciertos gobiernos que se han establecido como religión estatal, o se dedican a adquirir cosas materiales, o se dan a otras empresas que los apartan del servicio a Dios. (Véase Spencer W. Kimball, El milagro del perdón, págs. 38-40; El Antiguo Testamento: Génesis—2 Samuel, Temas suplementarios, sección F.)

Se dice que los judíos adoraban dioses extraños porque depositaron su confianza en el poder de los hombres y el de los gobiernos de la tierra en lugar de hacerlo en Jehová y en la rectitud como solución para la felicidad y el bienestar humanos. La idolatría derna esencialmente es la misma que existía en la antigüedad, aunque la forma exterior haya cambiado.

(26-23) Ezequiel 7:7. "Tumulto… sobre los montes"

Este pasaje se refiere a la inminente destrucción de Jerusalén. Clarke dijo: "Las tropas enemigas avanzan. Se oye un sonido, un sonido tumultuoso. No supongáis que esto procede de las festividades que se celebraban en los montes ni del gozo de los que efectuaban la cosecha, ni de los que trabajaban en el lagar. (Era común la expresión de alegría en tiempos de cosecha.) Es el ruido que hacen quienes destruirán la nación y a sus habitantes… y no la repercusión del sonido o el eco en las montañas. 'Ahora pronto derramaré mi ira', versículo 8. ¡Ya llegan!" (Commentary, 4:439-40.)

En todo el capítulo 7, Ezequiel repite el mismo ma que Jeremías: Por causa de la maldad de la gente, Jerusalén será destruida.

(26-24) Ezequiel 7:20. ¿Qué es el ornamento?

El ornamento mencionado en Ezequiel 7:20 es una referencia al templo, el más hermoso ornamento de Jerusalén. El templo será despojado y profanado por los conquistadores porque la gente lo había despojado y profanado espiritualmente con sus ídolos.

(26-25) Ezequiel 8:3-18. La visión de Ezequiel de las abominaciones de idolatría en Jerusalén

Aunque Ezequiel residía en Babilonia entre los exiliados, fue llevado "en visiones… a Jerusalén" (Ezequiel 8:3) hasta el templo. "Aquí en el templo, Jehová le muestra al profeta las distintas clases de idolatría que Israel practica tanto pública como secretamente, no solamente en el templo, sino en todo el territorio de la nación. La división de estas distintas formas de idolatría en cuatro grupos o escenas de abominación (vers. 5, 6, 7-12, 13-15 y 16-18) que el profeta ve, to en el patio del templo como desde allí, es una expresión en lenguaje figurado de esta revelación dina." (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:116-17.)

(26-26) Ezequiel 8:7-12. Adoración de los animales en las tinieblas

En su visión de la segunda abominación (véase Ezequiel 8:7-12), el profeta vio toda suerte de animales y seres que se arrastran.

"Es probable que estas imágenes representadas en la pared fueran los objetos de la adoración egipcia: el buey, el mono, el perro, el cocodrilo, el ibis, el escarabajo y otros animales. Parece ser que los adoraban en secreto el Sanedrín o gran concilio judío, el cual estaba compuesto de setenta o setenta y dos hombres, seis elegidos de cada tribu, como representantes del pueblo. Las imágenes aparecían sobre la pared, tal como encontramos en las paredes de las tumbas de los reyes y nobles de Egipto." (Clarke Commentary, 4:443.)

Es significativo que tal tipo de adoración tuviera gar en las tinieblas (véase vers. 12). Esto, además de la necesidad de que Ezequiel tuviera que cavar en la pared para poder ver, indica que los israelitas conocían al Señor pero intentaban esconder de El sus prácticas abominables. Decían: "No nos ve Jehova" (vers. 12). Tal es el caso entre los que realizan actos inicuos. ¡Cuán equivocado es que alguien suponga que puede esconder sus acciones del ojo de Dios que todo lo ve!

La declaración hecha por el élder Spencer W. Kimball concerniente a la omnisciencia de Dios era aplicable en la época de Ezequiel como lo es en la nuestra: "No hay rincones tan oscuros, ni desiertos tan deshabitados, ni cañones tan remotos, ni automóviles tan escondidos, ni casas tan cerradas que El que todo lo ve no pueda penetrar y mirar". ("Messages of Inspiration", Church News, 30 de mayo de 1970, pág. 2.)

(26-27) Ezequiel 8:14. ¿,Quién era Tamuz y por qué las mujeres lo lloraban?

Según J. R. Dummelow, Tamuz era "una divinidad adorada en Babilonia y en Fenicia —correspondiente a Adonis adorado por los griegos. Parece haber sido el dios de la primavera, y el mito con relación al mismo relata su temprana muerte y el descenso de Istar, su enamorada, al infierno para buscarlo. La muerte de Tamuz simbolizaba la destrucción de la vegetación de primavera por causa del calor estival y se celebraba anualmente; para esto, las mujeres hacían siete días de lamentaciones durante el cuarto mes (junio-julio), que era llamado Tamuz. Esta superstición había sido introducida en Jerusalén." (A Commentary of the Holy Bible, págs. 497-98.)

(26-28) Ezequiel 8:16. Adoración del sol dando la espalda al templo

"La adoración del sol era practicada por los cananeos, pero más tarde fue introducida en Jerusalén desde Asiria (2 Reyes 23:5, 11; Jer. 8:2). Entre el pórtico y el altar estaba el lugar donde los sacerdotes oraban (Joel 2:17) con sus rostros, naturalmente, hacia el templo; en este mismo lugar, con la espalda hacia el templo, se efectuaba la adoración del sol, como completa nuncia a Jehová…" (Guthrie y Motyer, New Bible Commentary, pág. 670; véase también 2 Crónicas 29:6.)

(26-29) Ezequiel 8:17. ¿Qué significa aplicar el ramo a sus narices?

Aunque la expresión no es bien clara, y hay diferencia de opiniones entre los eruditos, un comentario de Dummelow puede resultar útil. Dijo que esa expresión normalmente "era parte de una ceremonia lacio nada con la adoración del sol. En Persia los adoradores del sol ponían delante de la boca ramas de ciertos árboles a fin de no contaminar al sol con su aliento". (Commentary, pág. 498.)

(26-30) Ezequiel 9:4. ¿Por qué se puso una marca en la frente de los justos de Jerusalén?

"Esta marca fue puesta sobre los fieles para protegerlos cuando los infieles fueran destruidos. Signifiba que pertenecían a Dios. La alusión responde a una costumbre muy antigua. En Egipto el esclavo que capaba era liberado de su amo si iba al templo y se entregaba al dios, recibiendo sobre su persona ciertas marcas que indicaban su consagración a la divinidad allí adorada. Caín recibió sobre sí una señal para su protección, como evidencia de la promesa de Dios de concederle la vida a pesar de su maldad (Génesis 4:15). Hasta esta época los hindúes se hacen cierta clase de marca sobre la frente indicando así su consagración a sus dioses. Varios pasajes del libro de Apocalipsis describen a los santos con señales sobre sus frentes. (Véase Apocalipsis 7:3; 9:4; 14:1; 22:4.) Los guidores de 'la bestia' también tienen señales en la frente o en las manos. (Véase Apocalipsis 13:16-17; 14:9; 20:4.) Los romanos marcaban a sus soldados en la mano y a sus esclavos en la frente. La mujer vesda de escarlata, a la que vio Juan, portaba un nombre escrito sobre su frente (Apocalipsis 17:5)." (Freeman, Manners and Customs of the Bible, págs. 301-2.)

En este caso la marca representaba la alianza de los fieles con Dios. Por pertenecer a Dios, serían preservados.

(26-31) Ezequiel 9:5-8. Muerte de los que no tenían marcas sobre la frente

Ninguno de los marcados en la frente sería muerto. Este pasaje muestra que aun en la guerra, en las gas y en el hambre, el Señor puede preservar a quienes quiera y permitir que los demás perezcan. Durante el gran terremoto ocurrido en América, en épocas del Libro de Mormón, aunque murieron miles, los más justos se salvaron (véase 3 Nefi 10:12). Aunque habrá mártires y otras excepciones, los santos de esta época tienen la promesa de que generalmente los justos serán preservados en las tribulaciones que vendrán (véase 1 Nefi 22:16-17; 2 Nefi 30:10; D. y C. 97:25-27; D. y C. 115:6; Moisés 7:61-62). En gran parte, la preservación de los justos es de esperarse ya que ellos siguen consejos inspirados mediante los cuales se guían para hacer buenas elecciones. (Véase Comentarios sobre Ezequiel 21:4.)

Lo que preserva al individuo no es solamente ser miembro del reino de Dios sino su rectitud personal. De hecho, el Señor reserva sus juicios más severos para quienes profesan su nombre pero no lo obedecen. Orson Pratt dijo: "¿Dónde comenzarán estos juicios grandes y severos? ¿Sobre qué pueblo tiene el Señor la intención de iniciar esta gran obra de venganza? Sobre el pueblo que profesa conocer su nombre y sigue blasfemando en medio de Su casa. Ellos son los que están designados para recibir algunos de los juicios más terribles de los últimos días." (En la obra de N. B. Lundwall, Inspired Prophetic Warnings to All Inhabitants of the Earth, pág. 139.) Compare Ezequiel 9:6 con D. y C. 112:24-26.

(26-32) Ezequiel 10. Ezequiel recibió otra visión semejante a la primera

La descripción que el profeta hace en el capítulo diez de una visión posterior contiene muchos elementos que corresponden a la visión que se explica en el primer capítulo. Compare las semejanzas de una y otra.

Una diferencia significativa que aparece en el capítulo diez es la frecuente referencia al querubín. La substitución del rostro de un querubín, que se hace en ese capítulo (véase vers. 14), por el rostro de un buey en el capítulo uno (véase vers. 10), hace surgir un interrogante respecto a la interpretación. Si los rostros representan distintas clases de seres vivientes en el reino de Dios, quienes actúan en armonía con su voluntad, el problema no es difícil de resolver. El querubín, que es un siervo angélico de Dios, es de la misma categoría de todas las criaturas que sirven a Dios. De hecho, todos los seres que Ezequiel vio son mencionados como querubines (véase Ezequiel 10:20). Todos siguen los dictados de su Espíritu y hacen su obra.

El versículo doce del capítulo diez menciona unos ojos sobre el cuerpo, y en las espaldas, manos y alas del querubín y sobre las ruedas. Estos ojos representan la luz y el conocimiento. Todas las criaturas que sirven a Dios con dedicación completa pueden tener la bendición de recibir la luz de Cristo, mediante la cual actúan en completa armonía con la voluntad de El.

(26-33) Ezequiel 10:1. ¿Qué son los querubines?

El élder Bruce R. McConkie escribió lo siguiente:

"Aparentemente un querubín es un ángel de algún orden o rango particular al cual se le asignan tareas y obras especiales. La parte de la palabra del Señor que hoy está al alcance del hombre no aclara ni la identidad ni la obra de estos seres celestiales… (Mormon Doctrine, pág. 124.)

(26-34) Ezequiel 10:2, 6-7. ¿Qué representaban los carbones encendidos esparcidos sobre Jerusalén?

La parte de la visión de Ezequiel que se encuentra en el capítulo 10 versículos 2, 6-7 es una referencia a los juicios y al incendio final y la destrucción que vendrían sobre la ciudad.

(26-35) Ezequiel 11:3, 7, 11. "No será tan pronto; edifiquemos casas; esta será la olla, y nosotros la carne"

Keil y Delitzsch dieron la siguiente explicación del versículo 3, capítulo 11 de Ezequiel: "Jeremías había invitado a los que estaban en el exilio a construir casas en los lugares adonde habían sido llevados, y a que se prepararan para una larga estadía en Babilonia, advirtiéndoles que no se dejaran engañar por las palabras de los profetas falsos que predicaban con respecto a un pronto retorno, pues todavía tenían que derramarse severos juicios sobre los que habían quedado en el territorio de Judá (véase Jeremías 29). Estas palabras de Jeremías fueron motivo de burla por parte de las autoridades de Jerusalén, quienes decían 'no será tan pronto', es decir, la construcción de casas en el exilio no es para ahora; no sucederá que Jerusalén caiga permanente o completamente en manos del rey de Babilonia. Por el contrario, Jerusalén es la olla, y nosotros, sus habitantes, somos la carne. El punto de comparación es éste: Así como la olla evita que la carne se queme, también la ciudad de Jerusalén nos protege de la destrucción. Este dicho expresa no solamente la falsa confianza en la fuerza de Jerusalén, sino también el desprecio y la burla que se hacía y manifestaba a las predicciones de los profetas enviados por Dios. Ezequiel debe profetizar, entonces, tal como lo hace en los versículos 5-12, contra este consejo pernicioso, el cual confirma los pecados de la gente." (Commentary, 9:1:144-45.)

(26-36) Ezequiel 12:1-14. Huida de Sedequías, su abandono y ceguera, todo fue descripto en simbolismos proféticos

La profecía de Ezequiel en cuanto al destino de Sedequías parecía contradecir las profecías de Jeremías e hizo que el rey rechazara ambas (véase Comentarios sobre 2 Reyes 25:1-7).

(26-37) 12:27. "Para lejanos tiempos profetiza"

Un error común y tonto que aquellos sin inspiración cometen es el de no hacer caso a las advertencias proféticas, pensando que el cumplimiento no es inminente y que todavía tienen tiempo de aplicar aquello de "comed, bebed y divertíos " (2 Nefi 28:7-8), Siempre piensan que el arrepentimiento puede venir más tarde, El Señor advirtió de tal locura durante su ministerio terrenal (véase Mateo 24:37-44; 25:1-13). ¡Cuánto más sabio es arrepentirse al primer llamado de advertencia del ungido del Señor!

(26-38) Ezequiel 13:1-16. Ezequiel reprende a los profetas falsos

El capítulo 13 de Ezequiel establece un paralelo bien marcado con la acusación hecha por Jeremías a los profetas falsos (véase Jeremías 23:9-40).

Es común entre la gente del mundo rechazar las palabras de los profetas verdaderos y aceptar las de los falsos (véase Helamán 13:24-38). Esto es fácil al principio, pues permite que la gente solamente acepte lo que quiere oír. Sin embargo, es la senda que lleva a la destrucción.

Los profetas falsos apaciguan y adormecen a la gente en una seguridad carnal (véase 2 Nefi 28:21). Como los zorros astutos del desierto (véase Ezequiel 13:4), obtienen su presa sutilmente, Los profetas falsos no han proporcionado a la gente una defensa segura contra la destrucción espiritual (véase vers. 5). Ezequiel comparó la obra de los profetas falsos con una pared cubierta de lodo suelto (véase vers. 10). Freeman explicó lo siguiente:

"Kitto opina que aquí se hace referencia a las paredes hechas con una mezcla de paja y arcilla, esto es, paredes que son hechas con una especie de adobe o ladrillos crudos que reciben su consistencia en moldes y que se colocan en la pared en capas, donde se secan a medida que la obra prosigue. Tales paredes no pueden soportar los efectos del clima, y las casas así construidas pronto se desmoronan… Para protegerlas de las inclemencias del tiempo, a veces se las recubre de argamasa, o sea, una mezcla de lodo con cal, la cual es esparcida en una capa gruesa sobre la parte exterior de la pared. Cuando esta mezcla se ha preparado adecuadamente con cal, cumple bien su finalidad; pero si no se usa cal, como sucede a menudo, el lodo suelto no sirve de protección…

"Algunos comentaristas traducen el vocablo tafel, que en nuestra versión aparece como 'lodo suelto', por lechada o colada (blanqueo). Representan la idea de una pared de material muy poco duradero y recubierta, no con cemento que la protege, sino con una simple capa de cal que le da a la pared un aspecto de estar bien terminada cuando en realidad no es así." (Manners and Customs of the Bible, pág. 302.)

(26-39) Ezequiel 13:17-23. Denuncia contra las encantadoras y adivinas

Ezequiel profetizó contra las mujeres que, mediante adivinación (Ezequiel 13:23), apartaban de Dios al pueblo dándole un sentimiento de falsa seguridad. Ellas acarrearon la destrucción sobre quienes de otro modo hubieran podido vivir (espiritualmente) y respaldaron y apoyaron a quienes debían haber sido condenados (véase vers. 19, 22). Prometían prosperidad y libertad (véase vers. 20) que no podían dar (comparar con 2 Nefi 28:22-23; Alma 30:53, 60).

(26-40) Ezequiel 14:9. ¿Engaña el Señor a sus profetas?

En la traducción inspirada de la Biblia hecha por José Smith, se corrigió el pasaje de Ezequiel 14:9, y allí dice que si el profeta hubiera sido engañado cuando ha dicho algo, no habría sido el Señor quien lo engañara.

(26-41) Ezequiel 14:13-20. Noé, Job y Daniel no pudieron salvar a los impíos de los juicios de Dios

Daniel, que era contemporáneo de Ezequiel en Babilonia, fue uno de los hombres más rectos de toda la tierra en su tiempo y era altamente favorecido de Dios. Era respetado aun por Nabucodonosor y Darío, reyes de Babilonia y Persia (véase Daniel 2:48; 6:1-3). El Señor se refirió a Noé y a Job diciendo que eran perfectos (véase Génesis 6:9; Job 1:1, 8; 2:3), queriendo decir que eran completamente rectos ante Dios porque vivían los mandamientos que El les había dado. Pero Ezequiel dijo que ni siquiera ellos pudieron salvar al pueblo de Judá de las consecuencias de sus pecados. Todas las personas perduran o caen de acuerdo con su propia conducta y no pueden depender de la rectitud de otras personas (véase Ezequiel 14:18, 20). Además, no es el poder personal del portavoz del Señor lo que hace volver al pueblo a las vías de Dios, sino el deseo de los que lo escuchan de responder a los susurros y al testimonio del Espíritu de Dios. (Consideremos, por ejemplo, el mensaje de la parábola que dio el Señor en cuanto al hombre rico y al mendigo llamado Lázaro, en Lucas 16:19-31.)

(26-42) Ezequiel 15:1-8. Los habitantes de Jerusalén comparados con una vid inútil

Los habitantes de Jerusalén en época de Ezequiel eran semejantes a los mencionados por Isaías en la parábola de la vid (véase Isaías 5:1-25). Aunque habían sido puestos como la viña del Señor para producir fruto, no lo producían y eran de escaso valor.

"Por medio de su profeta Ezequiel, el Señor declaró lo inservible que es una vid cuando no produce fruto (15:2-5), y es palpablemente cierto que la madera de una vid para nada sirve sino para ser quemada, pues como madera toda la vid es inferior a una sola rama de un árbol de bosque (vers. 3). Una vid de esta naturaleza representa a Israel: preciosa cuando da fruto, pero buena sólo para combustible en caso contrario, y por cierto de mala calidad." (Véase James E. Talmage, Jesús el Cristo, pág. 570.)

(26-43) Ezequiel 16:3-5. Los habitantes de Jerusalén eran como hijos de paganos

El Señor hizo referencia a los hijos de Jerusalén (que significa Judá en general), como hija de los amorreos por parte de padre y de los heteos por parte de madre.

"La descendencia y nacimiento mencionados no son físicos, sino espirituales. Espiritualmente Israel surgía de la tierra de los cananeos (aunque debía haber surgido de su padre espiritual, Jehová), y su padre era amorreo y la madre hetea, en el mismo sentido en que Jesús dijo a los judíos: 'Vosotros sois de vuestro padre el diablo' (Juan 8:44). La tierra de los cananeos es mencionada como tierra de las peores abominaciones paganas; y de entre las tribus cananeas, las de los amorreos y los heteos son mencionadas como padre y madre… porque eran reconocidas como las que dirigían la impiedad cananea." (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:196.)

El Señor dijo: "No fue cortado tu ombligo " (Ezequiel 16:4); es decir, todavía eran alimentados en su iniquidad por las prácticas degradantes de las naciones paganas que les habían dado nacimiento en la iniquidad. Y como nación, Judá no había sido llamada "lavada… salada, ni… envuelta en fajas" (vers. 4), o sea, que no había sido limpiada de las corrupciones que había recibido de sus padres.

La referencia a no haber sido salada proviene de una antigua costumbre de que "los recién nacidos eran frotados con sal a fin de endurecer su piel, dado que se creía que esta operación la secaba, la endurecía y la hacía firme… La sal también pudo ser aplicada como emblema de pureza e incorrupción". (Freeman, Manners and Customs of the Bible, pág. 304.)

Envuelta en fajas se refiere a envolver en una tela, lo que se hacía para proteger al tierno bebé. El mensaje presentado por Ezequiel es que los judíos nunca habían sido realmente limpiados de la corrupción del mundo ni habían nacido como hijos de Dios. Sin el cuidado de Dios, no tenían a nadie que los protegiera.

(26-44) Ezequiel 16:30-34. Las iniquidades de Judá eran peores que las de una ramera

La comparación que Ezequiel hace en el capítulo 16, versículos 30-34, es de las más severas que aparecen en todas las Escrituras. Comparando la idolatría con el adulterio, Ezequiel condenó a Judá por ser peor que una ramera que usa a los hombres para ganancia personal y por los obsequios que le hacen. Judá no era así. Menospreciaba los regalos personales (vers. 31) y tomaba a los extraños para sí sencillamente por distraerse y por el placer de estar con otros hombres (véase vers. 32). Una ramera acepta presentes de parte de sus amantes, y esa es su motivación; en el caso de Judá, no solamente no recibía esos presentes de sus amantes (los dioses falsos que no beneficiaban en nada a Israel), sino que en cambio, era ella quien daba presentes a sus amantes (los dioses falsos; véase vers. 33).

Así, tan profundamente hundida en su idolatría (adulterio), Judá no debía sorprenderse de ser castigada como consecuencia de la misma (véase vers. 35-43).

(26-45) Ezequiel 16:44-52. Los pecados de Judá eran peores que los de sus vecinos

Judá estaba en una situación deplorable, pues sus pecados eran peores que los de Samaria o de Sodoma, ciudades que ya habían caído bajo la mano castigadora del Señor. Para entender el mensaje de este pasaje, es útil conocer el significado de varios términos usados en estos versículos.

Ezequiel 16:45. Los vocablos madre y padre se refieren a las tribus de los heteos y los amorreos que eran las principales tribus en la idolatría cananea. Hija se refiere a Jerusalén, representante de Israel o de Judá. El esposo representa al Señor (véase Ezequiel 16:8, 32, 38)… Los hijos eran ofrecidos en sacrificio a Moloc como parte del rito pagano. Las hermanas eran Samaria y Sodoma (véase vers. 46). Ellas y Jerusalén eran motivadas por el mismo espíritu de idolatría.

Ezequiel 16:46. Para más claridad los vocablos mayor y menor podrían ser substituidos por más grande y más pequeña. Posiblemente se refieren a un grado de iniquidad; es decir, la iniquidad de Samaria era más grande, la de So doma más pequeña… El vocablo hijas es usado aquí y en el resto del capítulo con un sentido diferente al que se le dio en el versículo 45: hijas se refiere a ciudades bajo el dominio de Samaria y Sodoma, ciudades menores en las áreas cercanas. (Véase en Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:221-23; Interpreter's Bible, 6:148-49.)

(26-46) Ezequiel 17:1-21. Parábola de Ezequiel referente al cedro

Aunque la Biblia relata que los hijos de Sedequías fueron muertos (véase 2 Reyes 25:7), el Libro de Mormón explica que uno de ellos escapó y se llamaba Mulek (véase Omni 1:15; Mosíah 25:2; Helamán 6:10; 8:21).

El élder Orson Pratt dijo: "Cuando Sedequías, rey de Judá, fue llevado cautivo a Babilonia, el Señor tomó a uno de sus hijos, llamado Mulok [Mulek] con un grupo de los que habían escuchado sus palabras, y los condujo a través del océano y los puso en América. Esto fue hecho en cumplimiento de los versículos 22 y 23 del capítulo decimoséptimo de Ezequiel, en el cual leemos lo siguiente: [Ezequiel 17:22-23.] Al leer este capítulo [el 17], veremos que los judíos eran el 'alto cedro', que Sedequías era 'el principal de sus renuevos', que el 'cogollo' era uno de sus hijos a quien el Señor sacaría de allí para ponerlo, junto con los que le acompañaban, en la tierra de América, la cual El había dado a un resto de la tribu de José por herencia, en cumplimiento de la bendición de Jacob y Moisés sobre la cabeza de aquella tribu [Génesis 48-49; Deuteronomio 43]." (Orson Pratt's Works on the Doctrines of the Gospel, págs. 280-81.)

(26-47) Ezequiel 18:1-20. "El alma que pecare, esa morirá"

El Señor ha dado a cada persona la libertad de ejercer su propio albedrío. Por lo tanto, el hombre es responsable de sus propias acciones mientras se esfuerza por lograr su salvación. Nadie es castigado por los pecados ajenos. El segundo Artículo de Fe enseña ese principio.

Ezequiel empleó el ejemplo de un hombre, de su hijo y de su nieto para enseñar los principios de responsabilidad que atañen a la vida espiritual y a la muerte. Dijo que si un hombre (en este caso el abuelo) es justo, vivirá (véase Ezequiel 18:5-9). Si su hijo, habiendo sido testigo del buen ejemplo y habiendo estado expuesto a las buenas enseñanzas, se da a la iniquidad, no vivirá (véase vers. 10-31.) "Su sangre será sobre él" (vers. 13); esto es, será castigado por sus propios pecados. Si al mismo tiempo este hombre tiene un hijo que ve las iniquidades del padre y vive rectamente a pesar de lo que ve, "éste no morirá por la maldad de su padre" (vers. 17; véase también vers. 14-18). El versículo 20 es un claro resumen de estos principios. (Véase Comentarios sobre Jeremías 31:29-30).

(26-48) Ezequiel 18:24, 27. Nadie se puede salvar en base a la rectitud demostrada en el pasado

El Señor ha aclarado que todos los que deseen ser salvos deben perseverar en rectitud hasta el fin (véase Mateo 10:22; Mosíah 4:30; 3 Nefi 15:9; 27:17; D. y C. 18:22; 53:7; 82:7).

El presidente Spencer W. Kimball enseñó lo siguiente: "Habiendo recibido las ordenanzas salvadoras necesarias, a saber, el bautismo, el don del Espíritu Santo, las ordenanzas y sellamientos del templo, uno debe vivir de acuerdo con los convenios que ha concertado. Debe perseverar en la fe. No importa cuán espléndido haya sido el servicio que ha prestado el obispo, el presidente de estaca o alguna otra persona, si posteriormente titubea en la vida y deja de vivir rectamente 'hasta el fin' todas las buenas obras que hizo se hallan en peligro" (El Milagro del Perdón, pág. 119).

(26-49) Ezequiel 19:1-9. La alegoría de la leona y los leoncillos

"La interpretación de esta alegoría parece bastante clara. La leona, si no es la nación condenada (Judá), es Hamutal, la madre de Sedequías (2 Reyes 24:18). El primero de sus cachorros sería Joacaz, quien después de reinar un corto tiempo fue llevado prisionero a Egipto por Faraón Necao (2 Reyes 23:31-33). Joacaz a su vez fue sucedido por Joacím, hijo de Josías y de otra de sus esposas, es decir, que no era hijo de Hamutal. Joacím fue sucedido por su hijo Joaquín. Cuando éste fue llevado por los babilonios, el segundo hijo de Hamutal, Sedequías, ocupó el trono. Por lo tanto, él debe ser el otro leoncillo de la alegoría. Una vez llevado cautivo por Nabucodonosor y trasladado a Babilonia, Sedequías dio cumplimiento a lo declarado en los dos últimos versículos." (Sperry, Voice of Israel's Prophets, pág. 211.)

(26-50) Ezequiel 19:10-14. La alegoría de la vid y de sus ramas

La alegoría que se encuentra en Ezequiel 19:10-14 trata sobre las condiciones existentes en Israel en tiempos de Ezequiel: "Israel se asemejaba a una vid plantada junto a las aguas… Esta vid produjo ramas fuertes para los cetros de los gobernantes; es decir, de ella surgieron reyes poderosos y creció mucho… Fue destruida por la ira de Dios, echada al suelo, de manera que su fruto se marchitó… Las ramas desarraigadas de la vid fueron transplantadas a una tierra desolada, seca y carente de agua. Esto se refiere al transplante del pueblo de Israel al exilio. La tierra seca es Babilonia, que se describe como suelo estéril en el cual el reino de Dios no podía florecer." (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:261-62.)

Con la destrucción de Judá por Nabucodonosor y la muerte de los hijos de Sedequías, "no ha quedado en ella vara fuerte para cetro de rey" (Ezequiel 19:14). Clarke resume así: "No quedó (allí) nadie de la sangre real de Judá. Y desde entonces nadie de su propia raza real volvió a sentarse en el trono de Israel". (Commentary, 4:474.)

(26-51) Ezequiel 20:3, 31-32. "No os responderé"

Cuando los ancianos de Israel se presentaron para consultar con Ezequiel concerniente a la palabra del Señor (véase vers. 1), el Señor no respondió (vers. 3). La razón se da en el resto del capítulo 20. El Señor le dijo a Ezequiel que les hiciera recordar el pacto que El había hecho con Israel, las grandes bendiciones que les había dado y también la manera en que se habían rebelado. Luego le dijo a Ezequiel que les hiciera presente su condición apóstata, que era igual a la de sus padres (véase Ezequiel 20:31-32). Si los ancianos realmente hubieran querido escuchar la palabra de Dios, habrían obedecido lo que El les había dado mediante los profetas. Dios no será burlado. No dará más a quienes rechacen lo que ya les ha dado (véase Alma 12:9-11).

(26-52) Ezequiel 20:33-44. Israel será congregado mediante la revelación y con poder

Ezequiel profetizó del cautiverio y esparcimiento de Israel, y también con respecto al recogimiento de los últimos días. Dijo que este recogimiento sería efectuado mediante la revelación (véase vers. 35) y que sería acompañado por manifestaciones del poder del Señor (véase vers. 33-34).

El élder Orson Pratt, en un discurso dado en Salt Lake City el 26 de marzo de 1871, habló con respecto al cumplimiento de la profecía de Ezequiel y del hecho de que Israel sería recogido en los últimos días con manifestaciones del poder del Señor:

"Vosotros, jóvenes, que os halláis sentados aquí, viviréis para ver el cumplimiento del tiempo de los gentiles… La misión que recibiréis, jóvenes míos, será la de ir al remanente de la casa de Israel esparcido entre todas las naciones y reinos de los gentiles; de buscarlos y proclamarles el mensaje restaurado mediante el ángel, a fin de que ése le sea predicado tanto a Israel como a los gentiles. Ese es vuestro destino; eso, jóvenes, es lo que el Señor requerirá de vuestras manos (véase 1 Nefi 13:42)…

"…y tendréis el placer de recogerlos por millares, decenas de millares y cientos de millares, de las islas del mar y de todos los rincones de la tierra, porque ése será un día de poder mayor del que ahora se manifiesta mientras el Evangelio está entre los gentiles.

"…cuando llegue ese día de poder, [Israel] deseará escuchar y se reunirá en su tierra prometida, pues será el día del poder del Señor. ¿En qué sentido se manifestará el poder en aquel día? Tal como el que se manifestó cuando el Señor sacó a Israel de la tierra de Egipto hacia el desierto de Sinaí y les habló por su propia voz, así será el poder que el Dios Todopoderoso manifestará entre todas las naciones de la tierra cuando efectúe la redención y restauración de su pueblo Israel; o, en otras palabras, se eclipsará la demostración anterior de poder, pues lo que fue hecho en una tierra, entre los israelitas y los egipcios en el desierto, se efectuará entre todas las naciones…

"Así obrará con Israel en los postreros tiempos, y mostrará su mano poderosa y su fuerza cuando los recoja de entre las naciones, y dará revelación tal como lo hizo con sus padres en el desierto de la tierra de Egipto." (En Journal of Discourses, 14:64-66.)

Las profecías de Ezequiel y la interpretación de Orson Pratt ahora se están cumpliendo.

Pasar bajo la vara (véase Ezequiel 20:37) es una expresión que se refiere "a la costumbre de apartar el diezmo de entre las ovejas… Las ovejas eran encerradas en el redil, y…solamente salía una oveja a la vez… (el pastor) las contaba… y al llegar a cada decena, marcaba el lomo del animal con la vara (mojada en color bermejo) y decía: 'Esta se aparta… para el Señor'." (Clarke, Commentary, 4:447.) Así, los israelitas convertidos serán del Señor, tal como lo es el diezmo.

(26-53) Ezequiel 20:45-48. ¿Qué es el bosque de Neguev y qué quiso decir el Señor al anunciar que allí encendería fuego?

"El bosque (de Neguev) es una expresión que se refiere al reino de Judá [el Neguev o región sur de la tierra de Israel]… El bosque es una figura que representa a la población, o al conjunto de habitantes. Los hombres son los árboles. El árbol verde es una representación del que es justo, y el árbol seco representa al impío (vers. 3; comparar con Lucas 23:31). El fuego que Jehová enciende es el fuego de la guerra… Por la terrible intensidad del fuego, que nadie puede apagar, todos sabrán que Dios lo ha encendido, que ha sido enviado como un juicio… " (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:288-89.) El Señor además describió, en el capítulo siguiente, la fiereza de la ira de la guerra que se desataría sobre Judá (véase Ezequiel 21:1-17).

(26-54) Ezequiel 21:4. Los justos a veces sufren junto con los malvados

Cuando los justos viven entre los malvados, a veces sufren las tribulaciones que resultan de la impiedad de sus vecinos. En ocasiones, los "inocentes tienen que sufrir por las iniquidades de los culpables" (Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 36).

Hablando de los juicios de los últimos días, José Smith dijo: "Es falsa la idea de que los santos se escaparán de todos los juicios, mientras los inicuos sufrirán; porque toda carne está sujeta al padecimiento, 'y los justos apenas escaparán'. Con todo, muchos de los santos se librarán, pues los justos vivirán por la fe; sin embargo, muchos de los justos serán postrados por las enfermedades, las pestilencias, etc., por motivo de la debilidad de la carne, mas no obstante, se salvarán en el reino de Dios. De modo que tales y cuales personas han transgredido porque han sido víctimas de las enfermedades o la muerte, pues toda carne está sujeta a la muerte; y el Salvador ha dicho: 'No juzguéis, para que no seáis juzgados'." (Enseñanzas del profeta José Smith, pág. 193.)

Clarke ha hecho el siguiente comentario sobre Ezequiel 21:4 que nos ayuda a comprender por qué los justos, junto con los malvados, a veces encuentran que su vida está llena de pesares:

"Y cuando todas las provisiones se consumieron, cuando no hubo más pan en la ciudad, durante el sitio impuesto por Nabucodonosor, los justos deben haber sufrido tanto como los malvados; porque no pudieron ser preservados con vida, sino mediante un milagro, cuando no había paz. Mas para ellos perecer por necesidad no fue pérdida alguna, porque el Señor los llevaría directamente a su gloria. Y a pesar de que, en general, los hombres no desean morir, no ha habido ocasión, ni puede haberla, en que hombre alguno se haya quejado de haber llegado al cielo demasiado pronto. Además, si Dios hubiera permitido que sólo los malvados fueran llevados cautivos, los inicuos no tendrían esperanza, pues no habría nadie para poner un buen ejemplo, para predicar el arrepentimiento, para reprender el pecado, o para dar a conocer la voluntad de Dios de perdonar al pecador. Pero Dios, en su misericordia, permitió que muchos de los justos fueran llevados también, para que los malvados no fueran totalmente abandonados, o alejados de la posibilidad de ser salvos. De ahí, tanto Ezequiel como Daniel, y ciertamente varios profetas, hombres justos y otros fueron sacados de la patria y llevados al cautiverio. ¡Y así aumentó la gloria de Dios y el bien de los hombres! Aun en los países paganos fue sembrada la semilla de salvación al cortar a los rectos junto con los malvados. A esto debemos que bajo la inspiración de Dios se escribieran muchos de los Salmos, todo el libro de Ezequiel, todas las profecías de Daniel, el gran ejemplo de Sadrac, Mesac y Abed-nego, los decretos publicados en favor de la religión del verdadero Dios por Nabucodonosor, Ciro, Daría y otros reyes." (Commentary, 4:479-80.)

(26-55) Ezequiel 21:6-7. "…con quebrantamiento de tus lomos"

Para describir el terror y dolor de los juicios que vendrían sobre Judá, Ezequiel recibió el mandamiento de gemir y lamentarse como una mujer en el parto.

(26-56) Ezequiel 21:10, 13. "Al cetro de mi hijo ha despreciado, como a un palo cualquiera"

La espada de Nabucodonosor, o sea, su fuerza destructiva, demostró desprecio hacia toda otra fuerza o poder prometido a Judá (comparar con Génesis 49:9-10). Su espada destruyó al gobierno real de Judá así como había arrasado otras naciones contra las que fue desenvainada en poder. (Véase Comentarios sobre Ezequiel 20:45-48.)

(26-57) Ezequiel 21:12, 14 "Hiere… tu muslo" y "Bate una mano contra otra"

Ezequiel 21:12, 14, expresa señales de gran emoción —en este caso gran alarma y horror por la inminente calamidad (véase también Ezequiel 6:11; Jeremías 31:9). La acción de batir las manos también era señal de desprecio (véase Job 27:23), de ira (véase Ezequiel 22:13) o de triunfo (véase Ezequiel 25:6), o indicaba una promesa (véase Ezequiel 21:17).

(26-58) Ezequiel 21:21. "Ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado"

Tres métodos de adivinación usados por los idólatras consistían en sacudir las saetas y luego sacar una de la aljaba, o mirarlas caer, consultar con las imágenes y examinar las entrañas de los animales sacrificados —costumbres no menos ridículas que la de consultar las cartas y las hojas de té, o de leer las líneas de las manos. Nabucodonosor conquistó Jerusalén porque Jehová lo permitió, no por causa de que una saeta, una imagen o un hígado hayan indicado buenos augurios. (Véase Freeman, Manners and Customs of the Bible, págs. 305-7.)

(26-59) Ezequiel 21:26-27. "Depón la tiara… hasta que venga aquel cuyo es el derecho"

Judá sería destruida y su rey depuesto hasta que viniera Aquel que tiene el derecho de reinar sobre Israel y sobre toda carne: Jesucristo, el Rey (véase D. y C. 133:25; Miqueas 4:7; Apocalipsis 11:15).

King of Kings

El Rey de reyes

(26-60) Ezequiel 23:1-49. Alegoría de las dos hermanas

Ezequiel 23 habla en cuanto a la idolatría de las diez tribus (Samaria) y de Judá (Jerusalén). Todas las referencias a las fornicaciones, a otras prácticas sexuales impuras y a distintas partes de la anatomía femenina son metafóricas. Estas metáforas son empleadas en la misma forma en que las empleaban Oseas, Jeremías, Ezequiel y otros. Decían que Jehová es el esposo y la nación de Israel es la esposa. La infidelidad y la fornicación son semejantes, y ambas palabras tienen doble significado. Una se relaciona con el matrimonio (adulterio) y la otra con la adoración (idolatría). Ezequiel trabaja con esos dos significados, los compara entre sí y de ambos saca enseñanzas. Dummelow resumió las relaciones que se hacen en la alegoría de la siguiente manera:

"Las idolatrias y alianzas de Jerusalén y Samaria con naciones extranjeras se describen aquí usando el mismo simbolismo que en el capítulo 16. Ahola (Samaria) y Aholiba (Jerusalén) eran dos hermanas, ambas seducidas en Egipto durante su juventud (vers. 3), pero desposadas con Dios (vers. 4), y ambas infieles a El. Samaria tomó como amantes primero a los asirios (vers. 5-7), y luego a los egipcios (vers. 8), y al final fue muerta por los primeros (vers. 9, 10.). Jerusalén, no tomando ejemplo del destino de su hermana, tomó como amantes primero a los asirios y luego a los babilonios (vers. 11-16). Habiéndose hastiado de los últimos, se volvió a los primeros, los de Egipto (vers. 17-21), pero será destruida, como su hermana, por los amantes que acaba de abandonar (vers. 22-35). El pecado y el juicio de las dos hermanas se describen con claridad otra vez (vers. 36-49)." (Commentary, pág. 507.)

En su traducción inspirada, José Smith introdujo pequeños pero significativos cambios en el pasaje de Ezequiel 23:17, 22 y 28. El corazón y los pensamientos de las hermanas no se apartaron de sus amantes (los dioses falsos) sino de Dios por causa de ellos.

(26-61) Ezequiel 24:1-14. La parábola de la olla hirviente

En esta parábola la olla representa a Jerusalén. Sus habitantes están representados por la carne y los huesos que la olla contiene. Los trozos elegidos indican a los habitantes más fuertes e importantes de la ciudad (Sedequías y su familia serían parte de este grupo). El hacer hervir el contenido de la olla sobre el fuego representa el sitio de la ciudad por los babilonios. La suciedad en la olla indica impureza y el derramamiento de sangre en Jerusalén, cuyos habitantes estaban en condición de pecado. Así como el contenido de la olla es sacado parte por parte, igualmente la ciudad será vaciada de sus habitantes, uno por uno, ya fuera por la muerte o por el cautiverio. La frase 'sin echar suerte sobre ella' (vers. 6) significa que el contenido de la olla será sacado sin hacer descriminaciones, al azar, sin preferencias. El hecho de calentar la olla vacía representa el incendio de la ciudad después del sitio. (Véase Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:340-47; Clarke, Commentary, 4:488-89; Dummelow, Commentary, págs. 50.7-8.)

Ezequiel 24:7 y 8 se refieren a sangre derramada sobre una roca: "La ciudad ha derramado sangre, que no ha sido cubierta con tierra, sino que ha quedado descubierta, como sangre derramada sobre una roca dura, sangre que la roca no puede absorber y la cual clama venganza de parte de Dios porque queda al descubierto (comparar con Génesis 4:10; Job 16:18 e Isaías 26:21). La idea es la siguiente: Ha pecado en una forma vergonzosa e insolente y nada ha hecho para cubrir su pecado; no ha demostrado señal de arrepentimiento mediante el cual podría librarse de su pecado. Esto todo ha sido ordenado por Dios. El ha hecho que la sangre derramada cayera sobre la roca desnuda, a fin de quedar al descubierto y así poder ejecutar venganza por el delito." (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:345.)

(26-62) Ezequiel 24:15-27. ¿Por qué Ezequiel recibió el mandamiento de no hacer duelo por la muerte de su esposa?

Aunque el Señor quitó "el deleite de (sus) ojos" (Ezequiel 24:16), refiriéndose a la esposa (véase vers. 18), Ezequiel recibió instrucciones de no guardar luto. Desparramar cenizas sobre la cabeza, descalzar los pies, taparse la boca y comer pan de luto eran señales de pesar. (Véase Josué 7:6; 2 Samuel 13:19; Isaías 20:2-3; Miqueas 3:7; Oseas 9:4; Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:348-49.)

"Al abstenerse Ezequiel en esa forma de todo lamento y señal externa de luto por la muerte de su amada, el pueblo entendió que esa conducta debía tener algún significado y le preguntó qué es lo que quería mostrar en esa forma. Entonces les anunció la palabra de Dios (vers. 20-24). Así como la persona a quien él más amaba, su esposa, le había sido quitada, así también el objeto más querido de ellos (el templo) sería quitado de la nación, o sea, destruido, y sus hijos serían muertos por la espada. Cuando esto ocurriera, ellos actuarían tal como lo estaba haciendo él ahora: No guardarían luto ni llorarían, sino que simplemente en su amargo pesar suspirarían en silencio por causa de sus pecados y se lamentarían unos a otros." (Keil y Delitzsch, Commentary, 9:1:349.)

RESUMEN ANALITICO

(26-63) Ezequiel como profeta

Las profecías de Ezequiel pueden agruparse en los siguientes períodos:

  1. Las inmediatas, que se cumplirían en el espacio de unos días o unos pocos años.

  2. Las intermedias, que se cumplirían entre unos pocos años y algunos siglos (principalmente cumplidas unos 200 años a.C.).

  3. Las distantes, que se cumplirían unos 2500 a 2700 años después.

¿De qué beneficio son tales profecías? ¿Quién se beneficiaría más con las inmediatas? ¿Con las intermedias? ¿Con las distantes?

Lea Deuteronomio 18:22. ¿Cuál es una de las formas de distinguir entre un profeta verdadero y uno falso? Emplee este criterio para evaluar los escritos de Ezequiel. ¿Puede pensar en por lo menos tres profecías de los primeros veinticuatro capítulos de Ezequiel que se dieron en tal forma que nadie podría dudar de ellas una vez que se cumplieran?

(26-64) Un mensaje para todos los tiempos

¿Cuál es el mensaje que tienen en común los siguientes pasajes?: Ezequiel 7:1-9, 25-27; 3 Nefi 8:23-25; Mormón 4:10-12 con Mormón 5:2; 6:7-8, 16-18; D. y C. 101:1-8; Moisés 8:19-23, 28-30; D. y C. 43:23-27. ¿Qué compromisos debemos hacer con nosotros mismos después de haber estudiado estos ejemplos y muchos otros semejantes que se encuentran en las Escrituras?