Preguntas y respuestas
¿Qué podemos hacer cuando en la escuela se habla de temas inapropiados?
Estas respuestas se dan como ayuda y orientación para los miembros de la Iglesia, y no como doctrina religiosa.
La Respuesta de Liahona
Tu respuesta a cada conversación inapropiada no va a ser siempre la misma. Debes tener en cuenta quiénes son las personas que así hablan, tu relación con ellas y hasta lo que se está diciendo.
Hay diversos tipos de conversación inapropiada, entre los que se incluyen los chismes, el sarcasmo, las mentiras, los relatos soeces y la blasfemia. A veces, estando entre amigos, no hace falta más que un recordatorio amable; y en ocasiones, aun cuando el ofensor sea un completo desconocido, puedes sentirte impulsado a decir lo que piensas, especialmente si esa persona está diciendo algo cruel o falso respecto a alguien más o está tomando el nombre del Señor en vano.
Pero si no conoces bien a los alumnos que están hablando de forma ofensiva e intentas cambiar su comportamiento con tus palabras, podrían considerarte una persona impertinente. Esa forma de actuar podría dañar futuras oportunidades de trabar amistad con ellos, una relación que podría incluir el compartir el Evangelio. En esas circunstancias, la mejor alternativa tal vez sea alejarte de la conversación e intentar dar un buen ejemplo sin tener una actitud sentenciadora.
Si, por el contrario, esos alumnos son amigos o compañeros a los que conoces bastante bien, quizá podrás expresarles con tacto que su conversación te resulta ofensiva. De esa manera, es posible que te pregunten sobre tus normas.
En la mayoría de los casos, la forma en que expreses tus sentimientos influirá enormemente en cómo se reciban. Una vez que el presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) estaba en el hospital, “mientras era conducido en una camilla hacia la sala de operaciones, el joven enfermero accidentalmente se magulló un dedo entre el marco de la puerta y el respaldo metálico de la cama en donde yacía el Profeta ya bajo los efectos de un sedante. Cuando ocurrió el incidente, el joven, adolorido… utilizó el nombre del Salvador en vano. El presidente Kimball reaccionó de inmediato, abrió los ojos y amablemente reprendió al enfermero diciendo: ‘Jovencito, no diga eso, ¡Él es mi mejor amigo!’ ” (Robert E. Wells, “Amigos, siervos, hijos del Salvador”, Liahona, enero de 1983, pág. 132). ¿Podría persona alguna ofenderse por una reprimenda semejante?
Puede que el consejo más útil sea que busques la guía del Espíritu. Ora respecto a qué hacer en cuanto a las conversaciones inapropiadas, pero prepárate para obedecer. A veces la respuesta correcta puede que no sea la respuesta fácil ni la que desees.
Las Respuestas de los Lectores
En la escuela suelo retirarme a un lugar donde puedo centrarme más en las cosas de Dios o en mis tareas académicas. En la mayoría de los casos, la biblioteca me ofrece el mejor lugar para retirarme. Recuerda que no puedes agradar a Dios sin molestar a Satanás.
Lorenzo Nii Ashie Myers, Barrio Cape Coast 2, Estaca Cape Coast, Ghana
Enseño a jóvenes de 12 a 16 años y casi a diario tengo que oír un vocabulario soez. Las más de las veces mis alumnos respetan mi opinión y si se les escapa una palabrota, generalmente se disculpan de inmediato.
Desde el comienzo del curso les enseño el respeto hacia los demás y les señalo que deben pensar en lo que realmente están diciendo y en si de verdad lo piensan así y quieren decirlo.
Hans Roth, Barrio Wettingen, Estaca Zurich, Suiza
Mis amigos solían decir vulgaridades durante el recreo. Al principio me marchaba, pero luego decidí ser más audaz, así que les dije que había muchas cosas buenas para pensar y hablar y les expliqué que no quería tener la mente llena de cosas sin valor.
Ellos hicieron caso omiso de mi petición, excepto mi amiga Ivette. Cuando los demás hacían comentarios inapropiados, ella solía decir: “Véte a otra parte”. A veces se iba conmigo. Más tarde recibió a los misioneros.
Suamny Milagros Cedano de Franco, Rama Villa Canales, Estaca Villa Hermosa, Ciudad de Guatemala, Guatemala
Una vez, durante una sesión de estudio, no podía mantenerme callada, así que les pregunté amistosamente a mis amigos si podían cambiar de tema. Cuando se negaron, yo me fui. Tuve que hacerlo durante cada descanso. Con el tiempo se mostraron más considerados y hasta cierto punto interesados. Les dije lo que la Iglesia significa para mí y ahora no hablan de temas inapropiados delante de mí.
Berendina Jantje Wachtmeester, Barrio Apeldoorn, Estaca Apeldoorn, Países Bajos
Cuando el profeta José Smith estuvo en la cárcel y tenía que escuchar a los guardas hablando de cosas terribles, les habló con semejante poder que aquellos hombres le pidieron perdón. Él tuvo el valor de hacer lo correcto.
Giuliana Oliveira Giustiana, Barrio Barão Geraldo, Estaca Castelo, Campinas, Brasil
Debemos tratar a nuestros amigos con amor y hablarles de las enseñanzas del Evangelio. Al hacerlo, podremos ayudarles a encauzar sus pensamientos lejos de las cosas inapropiadas.
Pouono Lameko, Barrio Fasitoo Uta, Estaca Upolu Samoa Faleasi’u
Los años que pasamos en la escuela nos ofrecen grandes oportunidades de permitir que brille la luz de nuestro ejemplo (véase Mateo 5:16). Cuando nuestros amigos y compañeros hablan de forma grosera, podemos cambiar amablemente la conversación. Puede que algunos se burlen de nuestras creencias, pero otros pueden estar buscando un ejemplo a seguir.
Federico Malara, Rama Alessandria, Distrito Vercelli, Italia
Podemos pedirles a nuestros compañeros que cambien de tema y, si no lo hacen, podemos irnos y buscar a personas que quieran hablar de cosas edificantes. No es tan importante tener muchos amigos en la escuela como lo es observar las normas del Evangelio.
Caterina Trujillo, Barrio Coconut Creek, Estaca Pompano Beach, Florida
Si la gente dice cosas inapropiadas, me pregunto qué querría Jesucristo que yo hiciera, y entonces comparto mi testimonio sobre las bendiciones de vivir el Evangelio. Sé que somos bendecidos cuando no nos avergonzamos del Evangelio de Jesucristo.
Sery Jean Claude Appolinaire, Barrio Toit Rouge, Estaca Abidján, Costa de Marfil
La secundaria fue difícil debido al lenguaje y el comportamiento de mis compañeros de clase. Con frecuencia salía al pasillo para no tener que oír conversaciones inapropiadas. Ayuné y le pedí a mi Padre Celestial que conmoviera sus corazones para que me respetaran, y con el tiempo eso es lo que ocurrió. Cuando alguien hablaba de cosas inapropiadas, mis amigos solían decir: “Eh, Jezabel está aquí”. Comenzaron a respetar mis valores y pude darles un ejemplar del Libro de Mormón a dos de ellos.
Jezabel Dana Álvarez, Barrio Mayoraz, Estaca Santa Fe Norte, Argentina
El profeta nos ha aconsejado que no tengamos una actitud de superioridad hacia los que no son de nuestra fe. En la mayoría de las conversaciones, hay expresiones positivas que podemos aprovechar para compartir la verdad del Evangelio.
Kenny Richard Ojulari, Rama Ademulegun, Misión Nigeria Lagos
“Eviten el hablar depravado”
“Eviten el hablar depravado; no tomen el nombre del Señor en vano… No es un signo de hombría el usar en vano y a la ligera el nombre del Todopoderoso o el de Su Hijo amado, como muchos suelen hacerlo.
“Elijan a sus amigos con detenimiento; son ellos los que los llevarán en una dirección o en otra. Todos desean tener amigos; todos necesitan amigos, y a nadie le gusta estar sin ellos. Pero nunca pierdan de vista el hecho de que son sus amigos los que los llevarán por los senderos que habrán de seguir.
“Aunque deben ser amigables con todas las personas, seleccionen con mucho cuidado a aquellos que deseen tener cerca de ustedes; ellos les salvarán en situaciones donde ustedes tengan dudas para tomar una decisión, y ustedes harán lo mismo por ellos”.
—Presidente Gordon B. Hinckley (“El consejo y la oración de un profeta en beneficio de la juventud”, Liahona, abril de 2001, pág. 37).