Para la Fortaleza de la Juventud Un ancla en el mundo actual
La Primera Presidencia dijo que las normas que se encuentran en Para la Fortaleza de la Juventud “les ayudarán con las decisiones importantes que están tomando ahora y las que tomarán en el futuro”1. Tras el lanzamiento de la nueva edición del folleto, el equipo de las revistas de la Iglesia tuvo la oportunidad de pasar un tiempo con la Presidenta General de las Mujeres Jóvenes, Elaine S. Dalton, y el Presidente General de los Hombres Jóvenes, David L. Beck; durante ese tiempo hablaron acerca de la edición revisada del folleto.
¿Por qué se ha publicado una nueva edición de Para la Fortaleza de la Juventud ahora?
Hermano Beck: Aunque las normas del Señor no han cambiado, los ataques del adversario contra dichas normas han aumentado en frecuencia e intensidad. Para la Fortaleza de la Juventud se ha actualizado con el fin de ayudar a los jóvenes a resistir esos ataques.
Hermana Dalton: Los profetas siguen usando términos muy claros para hablarle a la juventud y nosotros queremos que sus palabras más actuales estén disponibles. Los jóvenes tienen que anclarse en seguir al profeta, y por eso se han incluido enseñanzas recientes en este folleto.
Hermano Beck: Como nos ha recordado el presidente Thomas S. Monson, la juventud de estos tiempos está creciendo en una época en que la brecha entre las normas del Señor y las normas del mundo se ensancha cada vez más2. Las tentaciones son cada vez más grandes y la conducta pecaminosa es cada vez más aceptable socialmente. El consejo inspirado que encontramos en este folleto es una demostración del amor del Padre Celestial por los jóvenes. Él desea que cada persona joven goce de las bendiciones de vivir el Evangelio, y les ha dado normas con el fin de ayudarlos. Él tiene una obra importante para ellos en esta época. Las normas de Para la Fortaleza de la Juventud ayudan a facultarlos para llevar a cabo Su obra.
¿Qué es lo que se ha actualizado en esta edición?
Hermana Dalton: Se ha agregado la sección “El trabajo y la autosuficiencia”. Hay muchos jóvenes que pasan tanto tiempo con las nuevas tecnologías: las redes sociales, internet y los videojuegos, que nunca aprenden a trabajar de verdad. Eso es una preocupación ya que cuando un joven sale a la misión, a veces él o ella no están preparados para las exigencias de ese arduo trabajo físico y espiritual. Eso va de la mano con otra sección nueva: “La salud física y emocional”. Debemos gozar de salud física y cuidar de nuestro cuerpo, pero también debemos estar atentos a nuestra salud emocional.
Hermano Beck: También se ha hecho mayor hincapié en seguir al Espíritu y llevar una vida digna para asistir al templo.
¿Qué pueden hacer los jóvenes a fin de que Para la Fortaleza de la Juventud sea parte de sus vidas?
Hermana Dalton: Me gustaría que los jóvenes prestaran atención a las bendiciones que se mencionan en el folleto y que pensaran en cómo esas bendiciones los conducirán hacia sus objetivos. Realmente creo que esta generación está preparando la tierra para la Segunda Venida del Salvador. Me gustaría instar a los jóvenes a que recordaran que querrán presentarse con confianza en Su presencia cuando Él venga de nuevo.
Hermano Beck: Los libritos Cumplir Mi Deber a Dios y Progreso Personal también ofrecen muchas buenas ideas. Por ejemplo, en las secciones “Vive dignamente” de Mi Deber a Dios, se invita a los hombres jóvenes a estudiar las normas de Para la Fortaleza de la Juventud, hacer un plan para vivir de acuerdo con ellas y luego compartir sus experiencias con otras personas. Al hacerlo, ellos fortalecen no sólo su propio testimonio, sino también el de los demás.
Hermana Dalton: Otro ejercicio interesante sería que los jóvenes leyeran Para la Fortaleza de la Juventud y encerraran con un círculo todas las ocasiones en que se menciona el Espíritu. El vivir de acuerdo con estas normas les permitirá tener la compañía constante del Espíritu Santo; y en esta época en que los jóvenes toman decisiones tan cruciales, necesitan esa compañía.
Hermano Beck: También veo este folleto como un valioso recurso para compartir el Evangelio; podemos usarlo para ayudar a nuestros amigos a entender por qué vivimos de la manera en que vivimos. Además, los jóvenes pueden usarlo para preparar lecciones de la noche de hogar, discursos para la reunión sacramental o lecciones para clases de la Iglesia; incluso pueden usarlo simplemente para encontrar respuestas a las preguntas que tengan acerca de las normas del Señor. A medida que los jóvenes hagan estas cosas, las doctrinas y los principios que se encuentran en Para la Fortaleza de la Juventud penetrarán lo más profundo de su corazón y llegarán a ser parte de su identidad.
¿Qué les dirían a los que consideran que es difícil vivir estas normas en el mundo actual?
Hermana Dalton: Yo les diría: “Tienen razón; es difícil”. Pero les recordaría que es mucho más difícil cuando no viven de acuerdo con las normas. El pecado complica la vida y lo lleva a uno a tener que lidiar con cosas que no quiere. Yo les diría que vivir las normas de Para la Fortaleza de la Juventud es la clave para la felicidad, y todos deseamos ser felices.
Hermano Beck: Nada de lo que el mundo tenga para ofrecer se compara con la influencia consoladora del Espíritu Santo, con la satisfacción de saber que el Padre Celestial está complacido con nosotros, ni con el poder de los convenios del templo. Éstas son las bendiciones que se prometen a aquellos que obedecen las normas del Señor.
Hermana Dalton: Son tantas las jovencitas que dicen: “Hice algo malo, así que ya no puedo ir a la capilla”. Entonces su conducta comienza a empeorar. Yo les diría: “Ustedes pueden arrepentirse. Pueden cambiar y el momento de hacerlo es ahora. Hoy es el día. Éste es su momento”.
¿Qué consejo darían a los jóvenes que no cuentan con mucho apoyo en sus hogares en lo que respecta a vivir de acuerdo con estas normas?
Hermano Beck: Yo creo que el Señor nos coloca en los lugares donde podemos ser de mayor beneficio con los dones espirituales que Él nos ha dado. Si su familia no comparte el compromiso de ustedes de vivir de acuerdo con las normas del Señor, no se den por vencidos. Sigan viviendo del modo que saben que deben, porque nunca saben quién de su familia podría estar observándolos y, en silencio, obtenga fortaleza por medio del ejemplo de ustedes.
Hermana Dalton: Una cosa más: recuerden siempre quiénes son. Ustedes fueron reservados para venir a la tierra en este tiempo porque tienen un firme testimonio del Salvador. Ustedes lo demostraron en el mundo premortal. Como dijo el hermano Beck, el que ustedes vivan de acuerdo con las normas podría, en última instancia, bendecir a su familia. No transijan; no se rindan. Al vivir estas normas podemos ser una luz; podemos reflejar la luz del Salvador.
¿Qué bendiciones recibirán los jóvenes por vivir de acuerdo con las normas?
Hermano Beck: El Señor ha prometido muchas bendiciones maravillosas para quienes sean fieles a las normas que Él ha establecido. Algunas de ellas son inmediatas: la compañía del Espíritu Santo, la tranquilidad de conciencia, mayor fe y confianza. Cada vez que obedecemos un mandamiento, aumenta nuestra capacidad de ser obedientes.
Hermana Dalton: El mundo dice: “Prueben todo. Ya que son jóvenes, pueden experimentar”. Lo que sucede cuando hacen caso a ese mensaje es como un embudo que al principio es ancho, pero al llegar al final termina siendo muy angosto. Su albedrío se ve restringido por causa de esas decisiones. El experimentar puede conducir a la adicción. Un momento de emoción puede terminar en un embarazo fuera de los lazos del matrimonio o en un cambio en los planes que tenían para su vida. Pero, si caminan por un sendero angosto —dan vuelta el embudo— y obedecen las normas del Señor, el mundo entero se abre ante ustedes y cada vez se hace más amplio en la medida en que guarden los mandamientos. En vez de quedar presos por causa de sus errores, tienen la libertad de llevar el tipo de vida que los hará felices.
Hermano Beck: El mundo necesita personas jóvenes que comprendan el valor de estas bendiciones y la manera de ser merecedores de ellas. Hay muchos jóvenes entre sus amigos y compañeros que están buscando otra alternativa a los caminos del mundo, jóvenes que quieren principios verdaderos sobre los cuales establecer su vida; todo lo que necesitan es el ejemplo y el testimonio de ustedes.
¿Les gustaría compartir algo más con los jóvenes?
Hermana Dalton: El mensaje que les daría a los jóvenes es que el arrepentimiento no es algo malo: es una bendición. El Salvador nos proporcionó la facultad de arrepentirnos. No esperen. Podemos cambiar, y eso nos ayudará a vivir de acuerdo con las normas. Un jovencito virtuoso o una jovencita virtuosa, guiado por el Espíritu, puede cambiar el mundo. Ustedes pueden ser ese joven o esa joven.
Hermano Beck: Los amamos y nos regocijamos por lo buenos que son. Es emocionante e inspirador ser testigos de su fidelidad. Si se sienten solos, recuerden que hay miles de jóvenes como ustedes en todo el mundo que están comprometidos a guardar las normas del Señor. Recuerden también que el Espíritu Santo puede ser su compañero constante. Vivan dignos de Su presencia, sigan Sus impresiones y permítanle consolarlos cuando lo necesiten. El Padre Celestial los ama y confía en ustedes. Él tiene grandes cosas preparadas para ustedes.