Hasta la próxima
¿Cómo puedo saber que el Señor me ha perdonado?
De “Permaneced en lugares santos”, Liahona, marzo de 1974, pág. 43.
¿Cómo le contestarían a alguien que les hiciese esa pregunta?
Hace algunos años, el presidente [Marion G.] Romney [1897–1988] y yo estábamos sentados en mi oficina; la puerta se abrió y un joven de expresión muy preocupada entró y dijo: “Hermanos, mañana voy a entrar al templo por primera vez. En el pasado, he cometido algunos errores; he hablado con mi obispo y mi presidente de estaca, y a ambos les he hecho una completa confesión de todo. Después de un período de arrepentimiento y de asegurarse de que no hubiese vuelto a cometer esos errores, me han considerado preparado para ir al templo. Pero hermanos, eso no es suficiente; quiero saber que el Señor también me ha perdonado, pero, ¿cómo puedo saberlo?”.
¿Qué le contestarían a alguien que les hiciese esa pregunta? Después de reflexionar por un momento, recordamos el discurso del rey Benjamín que se encuentra en el libro de Mosíah. Había un grupo de personas que querían ser bautizadas y dijeron que eran conscientes de su estado carnal:
“…y todos a una voz clamaron, diciendo: ¡Oh, ten misericordia, y aplica la sangre expiatoria de Cristo para que recibamos el perdón de nuestros pecados, y sean purificados nuestros corazones! “Y… después
de que hubieron hablado estas palabras, el Espíritu del Señor descendió sobre ellos, y fueron llenos de gozo, habiendo recibido la remisión de sus pecados, y teniendo paz de conciencia” (Mosíah 4:2–3).
Allí estaba la respuesta.
Si llega el momento en que han hecho todo lo posible por arrepentirse de sus pecados, sean quienes sean y dondequiera que se encuentren; si han hecho lo posible por hacer las debidas correcciones y restituciones; si, al tratarse de algo que afecte a su condición de miembro de la Iglesia han recurrido a las autoridades correspondientes; entonces, con seguridad, desearán recibir la respuesta confirmatoria con respecto a si el Señor los ha aceptado o no. Si al hacer un profundo examen introspectivo, buscan la paz de conciencia y la hallan, por ese medio sabrán que el Señor ha aceptado su arrepentimiento. Satanás desea que piensen lo contrario y a veces los persuade para que ahora que han cometido un error, sigan adelante sin retroceder. Ésa es una gran mentira. El milagro del perdón está al alcance de todos aquellos que abandonen sus maldades y no las vuelvan a hacer.